¿Es posible un cambio de estrategia en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca? Sí. La propuesta, en el editorial de la revista Atención Primaria
Representa un importante problema sociosanitario, debido a su alta morbimortalidad, así como al deterioro de la calidad de vida del paciente. La mortalidad puede llegar al 75%2 a los cinco años, siendo el pronóstico peor que el de algunos cánceres. En nuestro país, en concreto, supone el 2% del gasto sanitario anual.
La estrategia clásica planteada por las principales guías de práctica clínica para el tratamiento de la IC se basaba en tratamiento secuencial, escalonado. Se le van añadiendo terapias al paciente si permanece sintomático, de manera que «siempre vamos por detrás del síntoma».
Pero en el artículo de la revista Atención Primaria, Nuevos enfoques en el tratamiento de la insuficiencia cardiaca: un cambio en la estrategia terapéutica, Juan Carlos Obaya Rebollar, coordinador del Grupo de Trabajo de Enfermedades Cardiovasculares semFYC, plantea cambiar esta estrategia.
Apostar por “una aproximación terapéutica que en un mismo primer escalón, desde el inicio, sitúa los 4 pilares que han demostrado reducciones de la mortalidad y las hospitalizaciones de pacientes con IC-FEr: IECA o ARNI (sacubitril/valsartán), betabloqueantes, antagonistas de los receptores mineralocorticoides e iSGLT2, siempre y cuando no presenten contraindicaciones o intolerancia; en caso de congestión, se añadirán diuréticos”.
“Es hora de simplificar para progresar, proponiendo un marco conceptual novedoso para la implementación de terapias farmacológicas en IC-FEr, en que se introducen los cuatro pilares de la IC en paralelo, de manera precoz en la ruta del paciente, con la posterior optimización de la dosificación cuando sea necesario”.
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