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Crónica de un JMF de la semFYC desde Astaná: "Que esta Declaración no se quede en unas palabras bonitas depende de todos"
Fecha de publicación: 16 de enero de 2019
Nuestro joven médico de familia Jaime Barrio Cortes, miembro del Grupo de Trabajo de la semFYC en Atención al Mayor y Vocal de Investigación de la Junta Directiva de la SoMaMFYC, estuvo entre los pocos afortunados que recibieron una invitación de la Organización Mundial de la Salud para poder asistir a la Conferencia Mundial sobre AP que se celebró en Astaná y cuyo objetivo era revalidar y fortalecer el compromiso alcanzado hace 40 años en Alma Ata.
Tras su asistencia, ha querido compartir con #noticiassemFYC la crónica de su experiencia:
Durante los días 25 y 26 de octubre de 2018 tuve la gran oportunidad de poder acudir a la Conferencia Mundial sobre Atención Primaria de Salud (APS) celebrada en Astaná (Kazajstán) tras recibir una invitación de la OMS por haber sido seleccionado como joven líder en APS dentro de los 50 primeros candidatos entre más de 2000 solicitudes de jóvenes de todas las nacionalidades.
Este Congreso Mundial sobre APS fue organizado conjuntamente por la Organización Mundial de la Salud, UNICEF y el Gobierno de Kazajstán, reuniendo a casi 2.500 participantes de más de 140 países. Estos asistentes fueron, por un lado, políticos como Jefes de Estado y ministros de Sanidad, Economía, Educación, Bienestar Social o directores de Salud Pública y funcionarios de los Estados y Gobiernos. Por otro lado, fueron un heterogéneo grupo de profesionales relacionados con la APS de organizaciones internacionales, sociedad civil, instituciones sanitarias, asociaciones relevantes defensoras y promotoras de la salud, así como jóvenes líderes en APS, estudiantes y medios de comunicación para conmemorar el 40 aniversario de la Declaración de Alma-Ata y respaldar una nueva Declaración llamada a revitalizar la APS durante el siglo XXI.
Así, 40 años después de la histórica Declaración de Alma-Ata de 1978 que identificó a la APS como la clave para conseguir la salud para todos, los líderes mundiales y todos los actores implicados en la APS, se reunieron nuevamente en Kazajstán en una de las conferencias más importantes celebradas en este siglo para renovar su compromiso con una APS sólida y fundamental para la consecución de la cobertura universal de salud y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Además, se presentó una nueva visión de la APS para este siglo XXI que debería inspirar acciones e inversiones concretas en cada país.
El haber podido asistir a este evento histórico como joven médico de familia ha sido un gran honor y una experiencia única. El mejor recuerdo que me he traído a casa ha sido poder conocer a personas de todo el mundo fuertemente comprometidas con la APS. También he podido descubrir cómo políticos y diferentes tipos de profesionales relacionados con la APS trabajan en distintos países y partes del mundo. Además, a través de los eventos culturales y sociales que se organizaron durante la Conferencia como visitas turísticas, un espectáculo musical en la Ópera y una recepción en el Ayuntamiento, he podido disfrutar de un país tan especial como Kazajstán y de su peculiar capital, Astaná. Astaná es una ciudad imponente que se creó de la nada hace 20 años con una población que alcanza casi el millón de habitantes, con grandes avenidas y descomunales edificios que le dan un aspecto de una ciudad artificial algo solitaria, ya que durante el día apenas se veía gente pasear por sus calles.
El lema del congreso fue: “Desde Alma-Ata hacia la cobertura sanitaria universal y los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
El programa oficial de la Conferencia incluyó 6 sesiones plenarias que trataron los siguientes temas:
Además, hubo más de 20 sesiones ministeriales sobre diversos temas en relación con la APS como: políticas, planes de acción multisectoriales y alianzas en APS; construcción, educación y fortalecimiento de los profesionales de APS; nuevas tecnologías, investigación e innovación en APS; prestación de servicios en APS; control de enfermedades transmisibles y no transmisibles en APS; uso racional de antimicrobianos; APS equitativa para mujeres, lactantes, niños y adolescentes; empoderamiento de pacientes y profesionales en APS; compromiso del sector privado con la APS; resiliencia para prevención y respuesta a emergencias a través de la APS; atención a las necesidades del paciente mayor desde APS; cuidados paliativos en APS; rehabilitación en APS; integración de la salud mental en APS; acceso a vacunas, medicinas y productos sanitarios en APS; APS a nivel comunitario y Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con APS.
También se realizaron más de 20 sesiones informativas (sesiones “de café”, sesiones alternativas y sesiones para jóvenes) sobre el papel de los políticos en la provisión de servicios de salud y cobertura de salud universal; el nuevo orden económico global y APS; herramientas y aproximaciones innovativas para mejorar el acceso a la APS; necesidades de poblaciones marginales; programas en APS para enfermedades transmisibles y no transmisibles; papel de la APS en la prevención, detección precoz y control del cáncer; suministro de alimentos y una nutrición adecuada a través de APS; APS en migrantes; sobrediagnóstico y sobretratamiento; coste económico de una APS fuerte; programas y activos de salud comunitarios; competencias y capacidades de los equipos de APS; sistema de toma de ayuda de decisiones y e-learning para el aprendizaje en APS.
Algunas de estas sesiones fueron muy interesantes, pero en otras (sobre todo en las ministeriales) los políticos se impusieron a los expertos en salud y monopolizaron el discurso con un escaso conocimiento sobre la realidad de la APS contando sólo la experiencia de su país de origen y sin dejar espacio para un debate que facilitara una confrontación de argumentos e ideas, lo que tendría que haber sido fundamental en una Conferencia de estas características.
Finalmente, la Declaración de Astaná, que se adoptó en la Conferencia:
• Reafirma su compromiso con el derecho a la salud del ser humano y con todos los valores y principios de Alma-Ata, en particular la justicia y la solidaridad, subrayando la importancia de la salud para la paz, la seguridad y el desarrollo socioeconómico, y su dependencia mutua.
• Muestra su apoyo al fortalecimiento de la APS con un enfoque más inclusivo, eficaz y efectivo para la mejora de la salud física y mental de las personas, así como su bienestar social, y afirma que la APS es la piedra angular de un sistema de salud sostenible para la cobertura sanitaria universal y los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la salud.
• Defiende que los servicios de promoción, prevención, curación y rehabilitación, y la atención paliativa, deben ser accesibles a todos para acabar con las disparidades en los resultados sanitarios y la inequidad en la salud de las personas, en particular los pobres y los que se encuentran en situaciones vulnerables.
• Busca combatir la creciente carga de enfermedades no transmisibles, que provocan mala salud y muertes prematuras debido al consumo de tabaco, el consumo nocivo de alcohol, los modos de vida y comportamientos poco saludables, y la insuficiente actividad física y las dietas malsanas.
• Insta a actuar de inmediato para evitar la pérdida de vidas prematuramente a causa de las guerras, la violencia, las epidemias, los desastres naturales, los efectos del cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos en la salud y otros factores medioambientales.
• Llama a solucionar la escasez de trabajadores de la salud y su distribución desigual y a tomar medidas con respecto a los costos crecientes de la atención sanitaria y los medicamentos y vacunas para no permitirnos despilfarros en los gastos de la atención de salud debido a la ineficiencia.
• Se compromete con cuatro áreas clave:
- Elecciones políticas valientes en pro de la salud para todos los sectores.
- Establecer una APS sostenible.
- Empoderar a los individuos y las comunidades.
- Alinear el apoyo de las partes interesadas con las políticas, estrategias y planes
nacionales.
Sin embargo, se han producido muchas críticas a esta Declaración porque los gobiernos de los países que constituyen la OMS se han apropiado de la declaración final como autores del documento ya que sustituyeron a “La Conferencia Mundial sobre APS” por otro ente denominado “Nosotros, los Jefes de Estado y de Gobierno, los ministros y los representantes de Estados y Gobiernos que participamos en la Conferencia Mundial sobre APS”.
Por otro lado, muchos han pensado que se ha excluido de la misma a los médicos de familia y otros profesionales de la APS como personal de enfermería, farmacéuticos, matronas, trabajadores sociales y otros trabajadores de la salud ya que su profesión no se menciona explícitamente en la Declaración de Astaná si no que se habla de forma genérica de profesionales de la APS.
Además, se produce una falta de reconocimiento de quién debería implementar estos compromisos puesto que la declaración afirma que la APS será implementada de acuerdo con la legislación nacional, su contexto y prioridades lo que dificulta elaborar una estrategia común entre países.
Por todo esto, pese a que las discusiones y los posicionamientos que han surgido de Astaná deberían de contribuir activamente para conseguir la salud y el bienestar para todos, puede ser posible que esta Declaración se quede en unas palabras bonitas sobre papel mojado ya que si todos los participantes no trabajan de forma conjunta planes basados en la solidaridad, la coordinación y cooperación entre sí, no se logrará el objetivo de salud y bienestar para todos sin dejar a nadie detrás que se promueve al final de la Declaración.
Jaime Barrio Cortes
Médico Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria.
Investigador en Unidad de Apoyo a la Investigación de la Gerencia de Atención Primaria de Madrid y Fundación para la Investigación e Innovación Biomédica en Atención Primaria de Madrid.
Vocal de Investigación de la Junta Directiva de SoMaMFYC.
Miembro del Grupo de Trabajo de Atención al Mayor de SEMFYC.
Tras su asistencia, ha querido compartir con #noticiassemFYC la crónica de su experiencia:
Durante los días 25 y 26 de octubre de 2018 tuve la gran oportunidad de poder acudir a la Conferencia Mundial sobre Atención Primaria de Salud (APS) celebrada en Astaná (Kazajstán) tras recibir una invitación de la OMS por haber sido seleccionado como joven líder en APS dentro de los 50 primeros candidatos entre más de 2000 solicitudes de jóvenes de todas las nacionalidades.
Este Congreso Mundial sobre APS fue organizado conjuntamente por la Organización Mundial de la Salud, UNICEF y el Gobierno de Kazajstán, reuniendo a casi 2.500 participantes de más de 140 países. Estos asistentes fueron, por un lado, políticos como Jefes de Estado y ministros de Sanidad, Economía, Educación, Bienestar Social o directores de Salud Pública y funcionarios de los Estados y Gobiernos. Por otro lado, fueron un heterogéneo grupo de profesionales relacionados con la APS de organizaciones internacionales, sociedad civil, instituciones sanitarias, asociaciones relevantes defensoras y promotoras de la salud, así como jóvenes líderes en APS, estudiantes y medios de comunicación para conmemorar el 40 aniversario de la Declaración de Alma-Ata y respaldar una nueva Declaración llamada a revitalizar la APS durante el siglo XXI.
Así, 40 años después de la histórica Declaración de Alma-Ata de 1978 que identificó a la APS como la clave para conseguir la salud para todos, los líderes mundiales y todos los actores implicados en la APS, se reunieron nuevamente en Kazajstán en una de las conferencias más importantes celebradas en este siglo para renovar su compromiso con una APS sólida y fundamental para la consecución de la cobertura universal de salud y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Además, se presentó una nueva visión de la APS para este siglo XXI que debería inspirar acciones e inversiones concretas en cada país.
El haber podido asistir a este evento histórico como joven médico de familia ha sido un gran honor y una experiencia única. El mejor recuerdo que me he traído a casa ha sido poder conocer a personas de todo el mundo fuertemente comprometidas con la APS. También he podido descubrir cómo políticos y diferentes tipos de profesionales relacionados con la APS trabajan en distintos países y partes del mundo. Además, a través de los eventos culturales y sociales que se organizaron durante la Conferencia como visitas turísticas, un espectáculo musical en la Ópera y una recepción en el Ayuntamiento, he podido disfrutar de un país tan especial como Kazajstán y de su peculiar capital, Astaná. Astaná es una ciudad imponente que se creó de la nada hace 20 años con una población que alcanza casi el millón de habitantes, con grandes avenidas y descomunales edificios que le dan un aspecto de una ciudad artificial algo solitaria, ya que durante el día apenas se veía gente pasear por sus calles.
El lema del congreso fue: “Desde Alma-Ata hacia la cobertura sanitaria universal y los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
El programa oficial de la Conferencia incluyó 6 sesiones plenarias que trataron los siguientes temas:
- Revitalización de la APS en el siglo XXI para lograr una cobertura universal de salud.
- Futuro de la APS
- Situación económica para la APS
- Impulsar la equidad a través de la APS
- Abordar las necesidades de salud a través de la APS
- APS para la cobertura sanitaria universal y el Objetivo de Desarrollo Sostenible nº3.
Además, hubo más de 20 sesiones ministeriales sobre diversos temas en relación con la APS como: políticas, planes de acción multisectoriales y alianzas en APS; construcción, educación y fortalecimiento de los profesionales de APS; nuevas tecnologías, investigación e innovación en APS; prestación de servicios en APS; control de enfermedades transmisibles y no transmisibles en APS; uso racional de antimicrobianos; APS equitativa para mujeres, lactantes, niños y adolescentes; empoderamiento de pacientes y profesionales en APS; compromiso del sector privado con la APS; resiliencia para prevención y respuesta a emergencias a través de la APS; atención a las necesidades del paciente mayor desde APS; cuidados paliativos en APS; rehabilitación en APS; integración de la salud mental en APS; acceso a vacunas, medicinas y productos sanitarios en APS; APS a nivel comunitario y Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con APS.
También se realizaron más de 20 sesiones informativas (sesiones “de café”, sesiones alternativas y sesiones para jóvenes) sobre el papel de los políticos en la provisión de servicios de salud y cobertura de salud universal; el nuevo orden económico global y APS; herramientas y aproximaciones innovativas para mejorar el acceso a la APS; necesidades de poblaciones marginales; programas en APS para enfermedades transmisibles y no transmisibles; papel de la APS en la prevención, detección precoz y control del cáncer; suministro de alimentos y una nutrición adecuada a través de APS; APS en migrantes; sobrediagnóstico y sobretratamiento; coste económico de una APS fuerte; programas y activos de salud comunitarios; competencias y capacidades de los equipos de APS; sistema de toma de ayuda de decisiones y e-learning para el aprendizaje en APS.
Algunas de estas sesiones fueron muy interesantes, pero en otras (sobre todo en las ministeriales) los políticos se impusieron a los expertos en salud y monopolizaron el discurso con un escaso conocimiento sobre la realidad de la APS contando sólo la experiencia de su país de origen y sin dejar espacio para un debate que facilitara una confrontación de argumentos e ideas, lo que tendría que haber sido fundamental en una Conferencia de estas características.
Finalmente, la Declaración de Astaná, que se adoptó en la Conferencia:
• Reafirma su compromiso con el derecho a la salud del ser humano y con todos los valores y principios de Alma-Ata, en particular la justicia y la solidaridad, subrayando la importancia de la salud para la paz, la seguridad y el desarrollo socioeconómico, y su dependencia mutua.
• Muestra su apoyo al fortalecimiento de la APS con un enfoque más inclusivo, eficaz y efectivo para la mejora de la salud física y mental de las personas, así como su bienestar social, y afirma que la APS es la piedra angular de un sistema de salud sostenible para la cobertura sanitaria universal y los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la salud.
• Defiende que los servicios de promoción, prevención, curación y rehabilitación, y la atención paliativa, deben ser accesibles a todos para acabar con las disparidades en los resultados sanitarios y la inequidad en la salud de las personas, en particular los pobres y los que se encuentran en situaciones vulnerables.
• Busca combatir la creciente carga de enfermedades no transmisibles, que provocan mala salud y muertes prematuras debido al consumo de tabaco, el consumo nocivo de alcohol, los modos de vida y comportamientos poco saludables, y la insuficiente actividad física y las dietas malsanas.
• Insta a actuar de inmediato para evitar la pérdida de vidas prematuramente a causa de las guerras, la violencia, las epidemias, los desastres naturales, los efectos del cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos en la salud y otros factores medioambientales.
• Llama a solucionar la escasez de trabajadores de la salud y su distribución desigual y a tomar medidas con respecto a los costos crecientes de la atención sanitaria y los medicamentos y vacunas para no permitirnos despilfarros en los gastos de la atención de salud debido a la ineficiencia.
• Se compromete con cuatro áreas clave:
- Elecciones políticas valientes en pro de la salud para todos los sectores.
- Establecer una APS sostenible.
- Empoderar a los individuos y las comunidades.
- Alinear el apoyo de las partes interesadas con las políticas, estrategias y planes
nacionales.
Sin embargo, se han producido muchas críticas a esta Declaración porque los gobiernos de los países que constituyen la OMS se han apropiado de la declaración final como autores del documento ya que sustituyeron a “La Conferencia Mundial sobre APS” por otro ente denominado “Nosotros, los Jefes de Estado y de Gobierno, los ministros y los representantes de Estados y Gobiernos que participamos en la Conferencia Mundial sobre APS”.
Por otro lado, muchos han pensado que se ha excluido de la misma a los médicos de familia y otros profesionales de la APS como personal de enfermería, farmacéuticos, matronas, trabajadores sociales y otros trabajadores de la salud ya que su profesión no se menciona explícitamente en la Declaración de Astaná si no que se habla de forma genérica de profesionales de la APS.
Además, se produce una falta de reconocimiento de quién debería implementar estos compromisos puesto que la declaración afirma que la APS será implementada de acuerdo con la legislación nacional, su contexto y prioridades lo que dificulta elaborar una estrategia común entre países.
Por todo esto, pese a que las discusiones y los posicionamientos que han surgido de Astaná deberían de contribuir activamente para conseguir la salud y el bienestar para todos, puede ser posible que esta Declaración se quede en unas palabras bonitas sobre papel mojado ya que si todos los participantes no trabajan de forma conjunta planes basados en la solidaridad, la coordinación y cooperación entre sí, no se logrará el objetivo de salud y bienestar para todos sin dejar a nadie detrás que se promueve al final de la Declaración.
Jaime Barrio Cortes
Médico Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria.
Investigador en Unidad de Apoyo a la Investigación de la Gerencia de Atención Primaria de Madrid y Fundación para la Investigación e Innovación Biomédica en Atención Primaria de Madrid.
Vocal de Investigación de la Junta Directiva de SoMaMFYC.
Miembro del Grupo de Trabajo de Atención al Mayor de SEMFYC.