¿Demasiado soñadores?
No hace mucho salía un artículo en La Vanguardia sobre un nuevo síndrome que se puede denominar ensoñación excesiva. Algo así como personas que sueñan de manera patológica y que estos sueños acaban alterando de manera importante sus vidas.
No he conocido a ninguna persona así. Nunca he visto a un paciente que cumpla criterios de Maladaptative Daydreaming (Ensoñación excesiva en inglés). Estoy más habituado a ver personas que no sueñan, que tienen limitada su capacidad de abstraer y de pensar que las cosas pueden cambiar, o mejorar. Me temo que en esta sociedad en la que vivimos hay más tendencia a vivir cada día en la realidad, inmersos a veces en un día a día rutinario, que a soñar.
Ojalá recuperemos nuestra capacidad de soñar, de creer que podemos cambiar cosas, que podemos hacer nuestras vidas y el de nuestro entorno más agradables y más llevaderas. Nos vemos superados muchas veces por la realidad, y vemos tantas maravillas y cosas tan geniales en nuestro mundo, que nos sentimos empequeñecidos e incapaces de hacer grandes cosas.
Soñar es necesario porque durante los sueños el cerebro utiliza una buena parte de la energía consumida para reordenar y clasificar las memorias y recuerdos acumulados durante el día. Necesitamos, pues, soñar.
Además soñar con sucesos que nos gustaría que sucedieran nos da motivación y esperanza para mantenernos en la lucha.
Yo sueño cada día con que las personas nos quitemos los miedos y estemos lo menos asustadas posibles para poder vivir lo más serenamente posible. Y sueño sobre todo con que seamos capaces de potenciar nuestra capacidad de ayudar al que tenemos al lado, de hacer que se sienta acompañado, que sepa que tiene alguien disponible.
#músicapararelajarte: Sueña
Banda Sonora Original de la película "El Jorobado de Notre Dame"
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Alfonso Garcia Viejo
GdT de Salud Basada en las Emociones de la semFYC