El 35% de los adolescentes no realiza ejercicio físico en su tiempo libre
Uno de cada tres adolescentes (35,5%) no realiza ejercicio físico en su tiempo libre, un porcentaje que asciende al 70,5% entre los 13 y los 15 años. Así lo demuestran los datos de un estudio1, cuyos resultados se han presentado en la I Conferencia sobre Prevención y Promoción de la Salud en la práctica clínica en España, que estos días se celebra en Madrid y que por primera vez reúne a una treintena de sociedades científicas y a las administraciones central y autonómicas para definir cuáles deben ser en nuestro país las prioridades en materia de prevención.
En esta investigación participaron 1.020 niños en Castilla-La Mancha y los datos revelan que el 33.6% de ellos presenta un exceso de peso. Los autores de este trabajo comprobaron que al ingesta de alimentos es superior a la recomendada, especialmente la de dulces. Los niños analizados ocupaban gran parte de su tiempo libre viendo la televisión y jugando con el ordenador en detrimento del deporte y la actividad física. Esta tendencia a la vida sedentaria se acentúa a partir de los 5 años de forma progresiva a medida que el menor va cumpliendo años.
Para el doctor Fernando Salcedo, de la Sociedad Castellano Manchega de Medicina de Familia y Comunitaria (SCAMFYC), autor de otro trabajo presentado en la Conferencia de Prevención, “no hay duda de que el sobrepeso y la obesidad son muy prevalentes entre los adolescentes y que en dicho problema tiene un peso importante la falta de ejercicio físico en el tiempo libre de la población infantil”. Este estudio2 demostró los beneficios que puede conseguir una intervención de actividad física fuera del horario escolar sobre la salud del menor.
Participaron 1.119 niños de cuarto y quinto curso de educación primaria de 20 colegios de la provincia de Cuenca. Durante dos años académicos, comprendidos entre el 2004 y el 2006, sobre los alumnos de la mitad de las escuelas incluidas en el estudio se realizó la siguiente intervención: tres sesiones semanales de 90 minutos de duración, con 60 minutos de ejercicios de resistencia aeróbica, 15 minutos de flexibilidad y otros 15 de fuerza resistencia. Los otros 10 colegios mantuvieron las actividades habituales.
El resultado fue que en el grupo intervenido se consiguió reducir en un 6% la prevalencia de sobrepeso y obesidad (pasando del 33.2% al 27,1%): un 6% en las niñas y un 2% en los niños. Según el doctor Salcedo, “esto pone de relieve que la actividad física es efectiva no sólo para reducir el sobrepeso y el colesterol, sino también para que los niños tengan un mayor rendimiento y menos limitaciones. Además, es una actividad exenta de riesgos, fácil de aplicar y supone un coste razonable. Es igualmente importante fomentar la promoción de juegos y actividades lúdicas que requieran actividad física y a la vez favorezcan las relaciones en grupo y las actividades al aire libre”.
Los gustos personales son fundamentales a la hora de definir los ejercicios que resultan más favorecedores para cada persona, pero en el caso de los niños resulta menos problemático. Como señala el doctor Salcedo, “esto es posible gracias a que es más fácil convertir el ejercicio físico en un juego y evitar la competitividad. Nosotros lo hicimos utilizando materiales alternativos como freesbees, paracaídas, pelotas gigantes, zancos, etc.”.
La creciente tendencia al sedentarismo en las actividades lúdicas está incidiendo de una manera muy negativa y preocupante en la salud de niños y jóvenes. “El objetivo es inculcar cuanto antes en los más pequeños la actividad física como un hábito diario en su vida. De ese modo será más fácil que mantengan la realización de esta actividad en la edad adulta y se evite la obesidad”.
La dieta en los comedores escolares
Otro estudio3 presentado en el marco de este encuentro científico se llevó a cabo con 366 alumnos (44% niños y 56% niñas) de distintos colegios de Madrid de entre 9 y 11 años para ver su estado nutritivo, la dieta consumida en casa y la recibida en el colegio con una media de edad de 11 años. Un 15% presentó sobrepeso y el 12.8% obesidad. El 19.9% tenía el colesterol superior a 200 mg/dl. De sus hábitos nutricionales, la investigación concluye que el consumo medio de alimentos es adecuado para frutas y lácteos, elevado para carnes y azúcar, insuficiente para pescado, huevos y verduras y deficiente para cereales y legumbres. La ingesta de alimentos consumidos en el colegio cubre el 28,5% de las necesidades energéticas diarias. Los alimentos más consumidos (90%) son precocinados, huevos y lácteos y los menos las frutas (77%). Aunque la cantidad de energía ingerida es adecuada, se observó un exceso de calorías provenientes de lípidos y proteínas en detrimento de los hidratos de carbono.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), de seguir con las tendencias actuales en 2015 habrá aproximadamente 2.300 millones de adultos con sobrepeso y más de 700 millones con obesidad. La obesidad tiene un fuerte impacto sobre la mortalidad: se ha estimado que puede reducir en 7 años la esperanza de vida para un individuo obeso de 40 años comparado con otro de peso normal. Además, representa un factor de riesgo de primer orden de algunas de las enfermedades crónicas más prevalentes como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la patología músculo-esquelética, algunos tumores y diversos trastornos psicosociales.
En los últimos años el Ministerio de Sanidad y Consumo ha puesto en marcha la estrategia NAOS para la promoción de la alimentación saludable, la actividad física y la prevención de la obesidad. Se están llevando a cabo actuaciones en diversos ámbitos, como la regulación de la publicidad de alimentos dirigidos a menores o la implantación del Programa PERSEO, programa de intervención en centros escolares para inculcar hábitos saludables y estimular la práctica de la actividad física.
Factores de riesgo
En la actualidad, existen factores de riesgo como son un peso al nacer superior a 3 kg y medio; la ausencia de lactancia materna; la ingesta elevada de grasa y de bollería, refrescos y embutidos y escaso consumo de frutas y verduras, además de falta de actividad física, etc., Son factores que se pueden modificar con hábitos de vida saludables. A todas estas situaciones de riesgo hay que sumar el papel nocivo de la televisión: “El número de horas de televisión también está relacionado con la obesidad. Los niños consumen entre 20-25% de sus calorías diarias delante de la televisión y además se tiende a aumentar el consumo de alimentos que se anuncian mientras se ve la televisión”.
Según los expertos, los juegos actuales de los niños en las calles o parques no se parecen a los de sus padres o abuelos. Los de éstos últimos requerían un importante gasto de calorías que no tienen los de ahora.
Los médicos de familia consideran imprescindible la puesta en marcha de iniciativas para modificar los estilos de vida relacionados con las causas de la obesidad. Otro dato fundamental es que el 8% de los adolescentes españoles no desayuna. Los niños con sobrepeso se saltan más el desayuno que los niños delgados y la ingesta regular de desayuno está asociada con un menor IMC (Índice de Masa Corporal). “La prevención es el arma más importante y efectiva en la lucha contra la obesidad infantil. Se puede hacer desde dos frentes: limitar la ingesta calórica y aumentar el gasto energético. Para ello se requiere una actuación multidisciplinar con un cambio de comportamiento por parte del niño o adolescente, la familia y el entorno social. Es importante fomentar el desayuno como una de las principales comidas; debe aportar un 20-25% de las calorías diarias, aunque hay que cuidar mucho los mensajes de educación para la salud en nutrición y evitar los trastornos alimentarios”, afirma el doctor Salcedo.
Conferencia pionera
La I Conferencia sobre Prevención y Promoción de la Salud en la práctica clínica en España busca promover el debate y el intercambio de experiencias y conocimientos sobre aspectos relevantes, novedosos y/o controvertidos de las actividades de prevención y promoción de la salud aplicables en la práctica clínica, entre los profesionales de las sociedades científicas con mayor relevancia en este campo y de las administraciones públicas. Pretende asimismo impulsar la elaboración de documentos que reflejen el estado actual de una actividad preventiva concreta y las distintas posturas existentes al respecto.
Asociaciones participantes
Entre las sociedades científicas que promueven conjuntamente con semFYC la creación de este foro figuran la Asociación Española de Pediatría en AP (AEPAP), Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC); Federación de Asociaciones de Enfermería Comunitaria y Atención Primaria (FAECAP), Asociación Española de Neuropsiquiatría-Profesionales de Salud Mental (AEN); Asociación Española de Pediatría (AEP); Asociación Española de Vacunología (AEV); Socidrogalcohol; Sociedad Española de Epidemiología (SEE); Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG); Sociedad Española de Medicina del Tráfico (SEMT);Sociedad Española de Medicina General (SEMG); Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN); Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA), la Sociedad Española de Cardiología (SEC), la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), la Sociedad Española de Geriatría y Gerontologia (SEGG), la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMEG), la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI); Sociedad Española de Nefrología (SEN); Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC); la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH); Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB); Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF); Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS); Sociedad Española de Toxicomanías (SET); la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), la Sociedad Española de Neurología (SEN), la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) y la Asociación Española de Gastroenterología (AEG) y la Federación de Asociaciones Científico Médicas de España (FACME).
PAPPS
El interés de semFYC por impulsar la prevención en España se remonta a finales de los 80 con la puesta en marcha del PAPPS, que desde entonces ha cristalizado en la red actual de 600 centros adscritos al programa y comprometidos en la integración de actividades preventivas definidas y revisadas periódicamente por los grupos de expertos.