El 55% de los cuidadores informales sufre aislamiento social
El médico de familia, que dedica gran parte de su tiempo al paciente mayor, es el profesional en mejores condiciones para retrasar y reducir el riesgo de dependencia. Con el objeto de discutir todos los aspectos relacionados con la atención sanitaria a la dependencia y la nueva ley, a punto de ponerse en marcha, más de 300 profesionales de Atención Primaria (AP) se reúnen este fin de semana en Valladolid, en el marco del IX Encuentro del Programa de Actividades Comunitarias en Atención Primaria (PACAP).
Unas jornadas que han sido organizadas por las sociedades Española y de Castilla y León de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC y socalemFYC).
La mayoría de las veces (68-80%), el afectado es atendido fundamentalmente por una sola persona, su cuidador principal. En España, el perfil del cuidador responde al de una mujer, de 50-60 años, que es hija o hija política del enfermo, que no trabaja fuera de casa, que presenta un bajo nivel de instrucción y que lleva cuidando al paciente entre 4 y 8 años.
Para el médico de familia, el cuidador es clave por su doble vertiente de informador de los cambios que experimenta el paciente y por ser también el que asume, por lo general sin ayuda, los cuidados básicos del enfermo y el que planifica sus actividades.
Todo ello genera una importante sobrecarga física y psicológica que llega a alterar la calidad de vida y la salud del cuidador.
Problemas psicológicos
La incidencia de problemas psíquicos entre las cuidadoras es un 40% superior a la media. Entre un 50 y un 60% de las cuidadoras muestra algún trastorno psíquico, sobre todo ansiedad. “Sin embargo”, cuenta el doctor Aguilera, “muchas de ellas ni siquiera quieren tomar un simple analgésico. Para ellas tener que medicarse es sentir que han fracasado, que se rinden. Creen que no pueden estar malos porque si no quién cuidará al enfermo. Si toman algún medicamento temen perder la concentración, quedarse dormidos y, en definitiva, no poder cumplir con su responsabilidad”.
Es preciso que el cuidador conozca la enfermedad y sepa lo que tiene que hacer en cada caso. Para el doctor Aguilera, estas personas deberían recibir formación y apoyo para reducir el grado de presión y de desgaste físico al que están sometidos.
“Sabemos de primera mano su situación y podemos prever la evolución que tendrá la enfermedad y planificar cuidados activos para ambos como son la rehabilitación y actividades para aliviar el agobio y la presión”.
Ley de Dependencia
Respecto a la nueva Ley de Dependencia, el presidente de semFYC considera que aunque es algo positivo por su significado social, su desarrollo se ha llevado a cabo de forma precipitada y con falta de planificación. “La escasa información que existe sobre la ley afecta tanto a los profesionales como a los ciudadanos. Incluso muchos médicos lo perciben como un aumento de la carga burocrática.
Los médicos de familia somos los responsables máximos de la valoración del grado de dependencia e intervenimos sobre ella a través de la prevención, la detección de necesidades y la resolución de los problemas de los cuidadores. Es preciso que nos coordinemos con el trabajador social del centro de salud y se nos descargue de otras tareas burocráticas”.
Uno de los talleres de este encuentro está dirigido al cuidado del cuidador. El objetivo del mismo es proporcionar a los profesionales elementos para poder ayudar a los cuidadores familiares a aliviar los síntomas de cansancio físico y psicológico.
Aprender a poner límites, saber pedir ayuda, aceptar situaciones difíciles relacionadas con la dependencia como el envejecimiento y la muerte, adquirir cuidados básicos de las personas que cuidan y cómo deben cuidarse (alimentación ejercicio, ocio y relaciones
sociales) son algunas de las pautas que se enseñan.