El 56% de las españolas fumadoras no deja el tabaco durante el embarazo
Valladolid, 8 de noviembre de 2007.- El embarazo es una de las situaciones vitales que favorecen el abandono del tabaco. Sin embargo, en España, el 56% de las embarazadas que eran fumadoras no deja el tabaco durante el embarazo. Las que volvieron a fumar lo hicieron en unos casos por estrés y en otros porque les gusta este hábito. Así lo demuestra una encuesta hecha a 649 madres, cuyos resultados se han presentado en el XXVII Congreso de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) que estos días se celebra en el Centro de Congresos de Valladolid (Institución Ferial de Castilla y León), organizado por la Sociedad Castellana y Leonesa de Medicina de Familia y Comunitaria (socalemfyc).
La encuesta ha sido realizada en un centro de salud de Salamanca y pone de relieve los problemas que conlleva el abandono de esta droga. Los resultados revelan que más del 80% de las que abandonaron el tabaco durante ese periodo luego volvió a fumar y el 15% de éstas lo hizo durante la lactancia. “Los datos de esta encuesta se corresponden con la realidad que vemos en la consulta. Estudios previos mostraban un porcentaje menor de mujeres capaces de abandonar el cigarro al menos durante los nueve meses de embarazo. Frente al 44% que lo hace en esta encuesta, existen trabajos previos que muestran menos del 30%”, asegura el doctor Javier Mataix, coordinador del Grupo de Atención al Tabaquismo (GAT) de semFYC.
Descontadas las que vuelven a fumar en la lactancia y las que lo hacen un tiempo después de dar el pecho a su hijo, al final sólo un 16% de las fumadoras dejó el tabaco definitivamente. Es un porcentaje bajo teniendo en cuenta que en general son conocedoras del riesgo que este hábito conlleva para ellas y su entorno familiar; de hecho el 72% de las encuestadas cree que ser fumador influirá en que sus hijos desarrollen este hábito.
El doctor Mataix señala que las mujeres que consiguen dejar el tabaco durante el embarazo reducen en un 10% el riesgo de muertes fetales y de lactantes. “Los hijos de fumadoras pueden nacer con bajo peso, ser prematuros y tienen más posibilidades de muerte perinatal, la tan temida muerte súbita”, explica este experto. “En la consulta a las futuras madres se les informa procurando evitar que se sientan culpables por ser fumadoras. Pero sí dejándoles muy claro cuáles son los beneficios de suprimir el tabaquismo si lo hacen en ese momento”, añade.
Eficacia de la información
Se sabe que uno de los factores que más influyen en el abandono del tabaco por parte de la embarazada es que ésta haya sido previamente informada de las ventajas de esta decisión. “También sabemos que entre las que dejan de fumar al quedarse embarazada, aquellas que lo hacen de forma espontánea, es decir sin el apoyo y el asesoramiento de los profesionales sanitarios, son luego las que más riesgo tienen de recaer en el tabaquismo durante el año siguiente a la fecha del parto. Por eso es clave que el médico haga un seguimiento durante los meses posteriores. Uno de los privilegios de la atención primaria es que el embarazo motiva un mayor número de consultas y en cada cita debe haber un momento para incluir una pregunta relacionada con el tabaco”.
Por otra parte, el doctor Mataix subraya que uno de los factores que se olvidan con frecuencia y que, sin embargo, más influye en que la mujer deje de fumar con la noticia del embarazo y que no vuelva a recaer tras el parto es la condición del marido fumador. “Por ese motivo es imprescindible intervenir sobre él para conseguir el objetivo deseado”.
Algunas embarazadas no dejan el tabaco porque consideran erróneamente que el estrés que esa decisión conlleva va a ser a la larga mucho peor. “Es una de las falsas creencias que más hay que desterrar; aún hay gente que piensa que más vale que fumes tres o cuatro cigarrillos que la ansiedad de no fumar ninguno. Las evidencias demuestran que bastan varios cigarros al día para poner en riesgo la salud del feto y de la propia mujer. El objetivo debe ser la abstinencia total”, asegura el doctor Mataix.
De las terapias disponibles para ayudar a dejar de fumar la única que no está contraindicada con el embarazo es la terapia sustitutiva con nicotina. “Es una opción que puede ser válida en aquellas mujeres con un alto grado de dependencia. Su uso debe ser siempre bajo la supervisión de un profesional sanitario que valore la relación riesgo-beneficio”.
Género y edad
Los últimos datos de las encuestas nacionales de salud revelan que en el segmento de edad que va de los 16 a los 24 años el número de fumadores es mayor entre ellas que entre ellos. En los más pequeños conviene, según el doctor Mataix, “empezar a partir de los cinco años de edad a transmitir una serie de mensajes que previamente hay que inculcar a los padres. Una vez que cumplen diez años debe preguntarse al niño de la forma más adecuada, para que no se sienta presionado por la presencia de sus padres, cuál es su actitud ante el tabaco y si ha fumado en alguna ocasión”.
Más dureza contra el tabaco
La opinión favorable de la Unión Europea, anunciada recientemente, respecto al endurecimiento de las leyes y el encarecimiento del tabaco es vista con buenos ojos por los médicos de familia. “Las medidas más eficaces contra el tabaquismo son las preventivas que se apoyan en la legislación, como el control de la publicidad o los espacios sin humo. El aumento del precio también reduce, sin duda, el consumo”.
*Gabinete de Prensa XXVII Congreso semFYC:
Luis Pardo/Mónica Llorente Diana Gutiérrez Arranz
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Las notas de prensa y fotos distribuidas cada día a lo largo del congreso estarán disponibles en semfyc.es