“El 56% de los adolescentes de 14-18 años ha probado cigarrillos electrónicos, lo cual es la puerta de entrada al mundo del tabaco”, Vidal Barchilón
The Lancet Regional Health, ha publicado el artículo E-cigarretes; public saviour or Trojan Horse?" (Cigarrillos electrónicos: ¿salvadores de la salud pública o caballos de Troya?), en el que se examina la evolución y el impacto de los cigarrillos electrónicos desde su introducción en 2003 como herramientas para dejar de fumar y alternativas más seguras a los cigarrillos tradicionales. En este artículo se exponen algunos estudios que han demostrado que los cigarrillos electrónicos pueden ayudar a algunas personas a dejar de fumar y reducir la exposición a toxinas, pero, sin embargo, también se explica que su efectividad es variable y controvertida.
Vidal Barchilón, especialista en Medicina de Familia y Comunitaria y coordinador del Grupo de Trabajo de Abordaje al Tabaquismo de la semFYC, ha querido expresar su opinión sobre este artículo y los estudios que se exponen en él. “Llevamos tiempo señalando que los estudios que defienden los cigarrillos electrónicos como una herramienta eficaz para dejar de fumar están sesgados y presentan confusiones, ya que no consideran que muchos usuarios terminan consumiendo tanto cigarrillos electrónicos como cigarrillos tradicionales. Se sabe que el 80% se queda fumando dos cosas, el convencional y el dual. Y eso hace mucho más daño que quedarse con uno u otro.”
“La Cochrane y sus estudios son muy discutibles”, señala el especialista haciendo referencia a la Revisión Cochrane de 2024 que se menciona en el artículo publicado en The Lancet. Según este estudio, los cigarrillos electrónicos con nicotina tienen una mayor certeza de aumentar las tasas de abandono de la nicotina que la terapia de reemplazo de nicotina, y una certeza moderada de aumentar las tasas de abandono en comparación con los cigarrillos electrónicos sin nicotina. “Se ha comprobado que estos estudios tienen conflictos de intereses con personas que están financiadas por la industria del tabaco. Además, la evidencia que exponen es muy, muy débil y no se puede exteriorizar”, afirma Vidal Barchilón.
Respecto a la situación actual de consumo de este tipo de dispositivos en nuestro país, Vidal Barchilón señala “Está demostrado en este país que el 56% de los adolescentes de 14-18 años ha probado cigarrillos electrónicos y es la puerta de entrada, por supuesto, al mundo del tabaco. Esto no podemos seguir permitiendo.”
The Lancet ya pone sobre la mesa el marcado aumento del uso de cigarrillos electrónicos entre niños y adolescentes en la región europea de la OMS: el 32% de los jóvenes de 15 años probaron cigarrillos electrónicos (de cualquier tipo) entre 2021 y 2022. Expone el caso de Reino Unido, “la evidencia que muestra que el uso de cigarrillos electrónicos aumentó el riesgo de transición al tabaquismo tradicional entre los jóvenes”, se apunta en el artículo. “Es un caballo de Troya que les puede producir un gran problema”, concluye Vidal Barchilón.
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