El 60% de los ancianos sale del hospital sin entender la medicación que debe tomar
El 60% de los ancianos desconoce o no entiende la medicación prescrita al recibir el alta hospitalaria. Así lo demuestra un estudio1 realizado por médicos de Cataluña y presentado en el XXIX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) que estos días se celebra en el Palacio de Congresos de Barcelona - Fira Barcelona. La investigación, que valoró las necesidades sanitarias de los ancianos considerados frágiles, concluye que es imprescindible un seguimiento continuado desde Atención Primaria a las personas mayores cuando abandonan el hospital.
Para el doctor Iñaki Martín Lesende, del Grupo de Atención al Mayor de semFYC, no es lo mismo atender a una persona mayor que vive con su familia o un cuidador que a un paciente que reside solo y que, por tanto, requiere una atención especial. "No sólo se trata de prescribir fármacos sino que debemos asegurarnos, tanto en el ámbito hospitalario como en la atención primaria, de que la persona mayor sabe lo que tiene que tomar y por qué. En muchas ocasiones los problemas auditivos o sensoriales que padece dificultan la comunicación por lo que es muy importante asegurarse, mediante un familiar o cuidador, de que va a tomar la medicación de forma adecuada", advierte este experto.
Según el estudio, realizado sobre una muestra de 76 ancianos, el 78% de los pacientes se puso en contacto con su médico o enfermera de Atención Primaria en las primeras 24-48 horas. El 72% conocía el motivo por el que era enviado al hospital y el 88% sabía cuál era su diagnóstico al alta. El desconocimiento se localiza en la medicación que deben tomar. A esto hay que añadir que la mayoría (70%) no sabe si necesita cuidados de enfermería. El trabajo también refleja que un 66% de los pacientes va a precisar cambios, ajustes o modificaciones en su tratamiento crónico habitual.
Los ancianos analizados presentan problemas de salud que generan discapacidad (anciano frágil), con una edad media de 82 años y el 80% con un grado de dependencia de moderada a severa. "Es habitual que veamos este tipo de pacientes en nuestra práctica clínica diaria por lo que la coordinación entre el hospital y la atención primaria es fundamental para que reciban la asistencia que precisan. Uno de cada tres ancianos va a salir del hospital con un notable deterioro en su capacidad funcional, lo que hace imprescindible su reconocimiento en las primeras 24-48 horas. De ese modo, evitamos posibles errores de tratamiento y favorecemos un seguimiento continuo por parte de los profesionales de atención primaria, enfermeros, asistentes sociales y médicos de familia", indica el doctor Martín Lesende.
Características del anciano frágil
En Barcelona también se ha presentado otro estudio2 que retrata las características del anciano frágil. El trabajo se ha realizado en el centro de salud Abs Cappont de Lleida, al cual están adscritas 1.037 personas con más de 74 años. Los autores concluyen que un 15,2% vive solo en su domicilio, un 9% tiene más de 80 años, el 19,2% está polimedicado y el 21,2% tiene una enfermedad crónica invalidante. Estos ancianos tienen un riesgo alto de dependencia. Por eso, como indica el doctor Lesende, "la intervención precoz constituye una de las prioridades del médico de familia en la atención al mayor", afirma el doctor Martín Lesende.
Prevenir caídas para evitar fracturas
Las caídas en una persona mayor suelen estar asociadas a graves consecuencias físicas, psíquicas y sociales. Según un estudio3, cuyas conclusiones se han difundido igualmente en este congreso de semFYC, un 12% de los ancianos había sufrió una fractura como consecuencia de la caída. Las fracturas de cadera fueron las más comunes (27 pacientes), seguidas de las de muñeca (14), las vertebrales (10) y otro tipo de fracturas (6 ancianos).
En este trabajo participaron 476 varones ancianos sin antecedentes de fractura que acudieron a urgencias tras sufrir caídas casuales. Está realizado por médicos de los centros de salud Monterozas e Ibiza de Madrid y los autores concluyen que existe una relación entre el riesgo de fracturas y tener el índice de masa corporal bajo (IMC<20), diabetes y EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica). Sin embargo, el consumo de estatinas o lácteos no parece tener un efecto protector en esta población.
Según el doctor Martín Lesende, para prevenir las fracturas en los ancianos es necesario que los profesionales sanitarios lleven a cabo una intervención de control encaminada a reducir el riesgo de caídas. "Por encima de los 75 años entre un 20% y un 30% sufre una caída, lo que lo convierte en un síndrome geriátrico de gran importancia. Por este motivo, es fundamental que los profesionales vigilemos de forma estrecha patologías como la obesidad o la diabetes, la medicación prescrita y, en definitiva, preguntemos expresamente al paciente. En muchas ocasiones, el anciano acude a la consulta cuando ya ha pasado tiempo desde que sufrió la caída y no nos la cuenta".
Promover el envejecimiento activo
El médico de familia desempeña un papel clave para prevenir o retrasar la dependencia y hacer realidad el concepto de envejecimiento activo. "A partir de los 75 u 80 años es cuando empiezan a surgir con mayor intensidad los problemas de discapacidad y dependencia y una simple gripe o una caída pueden provocar que una persona mayor que se valía por si misma necesite la ayuda de otras para llevar a cabo sus actividades cotidianas", explica el doctor Martín Lesende.
Además de las condiciones en las que viven estos pacientes, es importante que el médico de familia conozca sus hábitos de vida. Según el doctor Martín Lesende, "las personas que se mantienen activas, tanto física como mentalmente, a lo largo de toda su vida son las que más claramente están evitando en el futuro tener una situación de dependencia". "Es igualmente importante", añade, "que participen y se sientan útiles dentro de la sociedad".