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El 96% de las víctimas de maltrato acudió al centro de salud en el año previo y casi la mitad pidió cita más de doce veces

El 96% de las víctimas de maltrato acudió al centro de salud en el año previo y casi la mitad pidió cita más de doce veces

Fecha de publicación: 06 de noviembre de 2007

El 96% de las mujeres que sufren violencia doméstica pasó por su centro de salud el año previo; de hecho, el 41% pidió cita una vez al mes de media (más de doce veces en un año) y eso supone hacerlo más del doble que el resto de la población. Se considera que acudir con frecuencia a la consulta por somatizaciones y malestar psicológico es uno de los signos de alerta que el médico debe tener en cuenta.


Estos datos proceden de un estudio, cuyos resultados preliminares se presentan en el XXVII Congreso de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) que mañana empieza en el Centro de Congresos de Valladolid (Institución Ferial de Castilla y León) organizado por la Sociedad Castellana y Leonesa de Medicina de Familia y Comunitaria (socalemFYC).

Esta investigación se ha llevado a cabo en ocho comunidades autónomas y en ella participan un total de 65 centros de salud y cerca de 400 profesionales sanitarios (médicos y personal de enfermería). Entre sus objetivos, figura determinar las características demográficas y clínicas de las víctimas de la violencia de género.

Los datos presentados en Valladolid se han recopilado a partir del diagnóstico de maltrato a 342 mujeres mayores de 14 años. Tenían una media de edad de 52 años (la mayor tenía 88 años y la menor 17). Más de la mitad (64%) estaban casadas; el 15% eran divorciadas y un porcentaje algo menor eran solteras (8%) o tenían pareja de hecho (8,5%). El 52% tenía un trabajo remunerado y de ellas el 40,1% estuvo de baja laboral al menos en una ocasión en el año previo a la detección del maltrato.

Los resultados revelan que la mayoría (81%) presenta alguna patología asociada. De ellas presentaban ansiedad (74%), depresión (51%) o migrañas (15%). Otra conclusión relevante ha sido confirmar el alto consumo de psicofármacos, medicamentos que tomaban hasta el 46% de las pacientes, un porcentaje muy superior al resto de la población femenina. “La presencia de patología asociada es muy elevada si se compara con mujeres no maltratadas, pero además hemos visto que estas complicaciones aumentan a medida que pasa el tiempo de exposición a la violencia en el hogar.

Los problemas de salud añadidos al maltrato condicionan una peor calidad de vida para la paciente. Por eso es tan importante lograr el diagnóstico lo antes posible”, asegura la doctora Carmen Fernández, responsable del estudio y coordinadora del Grupo de Violencia Doméstica de la socalemFYC.

Cada día se producen un millón de consultas en los centros de salud españoles. El 60% de esas consultas las hacen mujeres y un porcentaje significativo de ellas, unas 60.000, sufre maltrato pero no menciona de manera expresa este problema delante del médico. “Esto significa que los médicos de familia debemos aprovechar que preguntan por otros problemas de salud para realizar una intervención encaminada a identificar signos de alerta y factores de riesgo. En ese sentido, la formación es clave”, afirma el doctor Luis Aguilera, presidente de semFYC.

Médicos formados: mayor número de diagnósticos
El estudio tenía como finalidad principal evaluar hasta qué punto los médicos formados en la detección de la violencia doméstica consiguen diagnosticar más casos y prestar mejor atención a estas pacientes. “Aún no hay resultados definitivos, pero sí estamos viendo que los médicos formados son más efectivos en la detección, lo que pone de manifiesto la importancia de conocer los protocolos necesarios para identificar y atender a los casos de violencia de género”, afirma la doctora Fernández.

El 52% de las mujeres incluidas en el estudio llevaba más de seis años de evolución de maltrato cuando se produjo el diagnóstico. Por eso, como dice el presidente de semFYC, “es preciso conocer los factores de riesgo, situaciones de mayor vulnerabilidad e indicadores de sospecha de maltrato. Aparte, claro ésta, es necesario tener la sensibilidad adecuada para entender que este problema nos atañe como profesionales de la salud”.

Bajo el título Violencia de género, una prioridad y un reto social, el congreso de Valladolid dedica una mesa a analizar el papel de los profesionales sanitarios frente a esta “prioridad en salud”, como la ha definido la Organización Mundial de la Salud (OMS). “La intervención de los facultativos y su formación es algo esencial y debe ser asumido como un reto.

No obstante, la realidad es que el colectivo médico aún no ha asumido ese reto, y debería hacerlo si queremos asumir el papel que nos corresponde en la detección y manejo del problema; la implantación del protocolo de actuación sanitaria frente a la violencia de género, exige que previamente se forme a los profesionales para su aplicación y desarrollo”, comenta la doctora Fernández.

Para erradicar la violencia doméstica es preciso, según esta experta, dar una respuesta sanitaria pero también social. “Necesitamos cambios en los valores y en esa cultura que permite y legitima la desigualdad. Es igualmente fundamental que los gobiernos y las instituciones promuevan cambios en las leyes y se haga un esfuerzo desde el principio, es decir desde la educación de niños y jóvenes”, sostiene la doctora Fernández.

Pautas para realizar la entrevista clínica
En los talleres que se llevarán a cabo en Valladolid los médicos abordarán una serie de pautas para realizar una entrevista clínica ante una sospecha de maltrato: citar a la mujer sola (asegurar confidencialidad); utilizar el tiempo necesario; observar las actitudes y el estado emocional de la paciente (lenguaje verbal y no verbal); facilitar la expresión de sentimientos, mantener una actitud de escucha activa; hacerle sentir que no es culpable de la violencia sufrida; expresar claramente que la violencia nunca está justificada, abordar directamente el tema de la violencia (preguntas que faciliten las respuestas como por ejemplo ¿cómo le van las cosas en casa?; ¿tiene algún problema con su esposo o con los hijos?, etc); creer y tomar en serio a la mujer sin emitir juicios, alertarla sobre los riesgo que corre; respetar su decisión y en última instancia ayudarla a tomar decisiones. La descripción detallada de todos estos hechos debe incluirse en el historial de la paciente.