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El médico de familia, el profesional idóneo para comunicar el diagnóstico del cáncer

El médico de familia, el profesional idóneo para comunicar el diagnóstico del cáncer

Fecha de publicación: 10 de noviembre de 2007

Los médicos de familia son profesionales muy cercanos al paciente y a su entorno, que abordan cada día en su consulta desde problemas de salud leves hasta trastornos que requieren un riguroso abordaje científico-técnico.

Esta relación médico-paciente hace que el profesional de atención primaria se convierta para sus pacientes en la persona más propicia en caso de tener que transmitirles un diagnóstico de cáncer. Para ello, además de la experiencia adquirida con el tiempo y las capacidades comunicativas innatas, siempre es necesaria una formación específica en comunicación con el fin de mejorar la calidad asistencial de los pacientes oncológicos.

Por este motivo, el XXVII Congreso de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) que estos días se celebra en el Centro de Congresos de Valladolid (Institución Ferial de Castilla y León) bajo la organización de la Sociedad Castellano Leonesa de Medicina de Familia y Comunitaria (socalemfyc), dedica un taller a La Comunicación con el paciente oncológico.

“Una buena comunicación médico-paciente favorece que los familiares del paciente oncológico nos expresen dudas o temores que no hablan con el enfermo y viceversa, es decir, éste nos transmite miedos e inquietudes que no comparte con su familia. De esta manera, el profesional recibe información sobre las cosas que no se dicen unos a otros, facilitando la resolución de situaciones que llamamos de doble silencio o conspiración de silencio”, afirma la doctora Clavel Arce, coordinadora del Grupo de Cuidados Paliativos de la semFYC.

Uno de los estudios presentados en el Congreso se llevó a cabo para conocer las preferencias sobre la comunicación de un diagnóstico si tuviesen cáncer. Los resultados concluyen que si bien el paciente cada vez demanda más información sobre este asunto, hay que insistir en que el titular del derecho a la información es el propio afectado y que sus seres queridos serán informados en la medida en que el enfermo lo permita. La investigación, realizada por médicos de familia del Centro de Atención Primaria Iturrama, de Pamplona, analizó, sobre una muestra de 278 pacientes la edad de los encuestados y los factores asociados a sus decisiones, entre otros aspectos.

Los autores observaron que el 85,4% de los pacientes encuestados querrían saber el diagnóstico si padeciesen un cáncer. Comprobaron que cuando el supuesto enfermo de cáncer es un familiar el porcentaje de quienes le comunicarían siempre el diagnóstico se reduce al 62,8%. En cualquier caso, explica la doctora Clavel Arce, “El médico de familia debe hacer frente a situaciones a las que los pacientes y los familiares no pueden o no saben dar una respuesta efectiva”.

Cercanía y empatía
Un médico de familia atiende al año a una media de 10 pacientes oncológicos. El intercambio efectivo de información y afecto entre el médico de familia y el paciente oncológico favorece una mejor predisposición de los mismos a las pruebas diagnósticas, terapéuticas o paliativas y genera la obtención de logros importantes en la calidad de vida de los mismos. ”A pesar de que han mejorado enormemente las tasas de supervivencia de estos pacientes todavía el cáncer se asocia a la muerte.

En este sentido, es fundamental el apoyo emocional y la comunicación con el médico de familia donde tenemos que ser capaces de traspasar la mera información técnica sobre la evolución de la enfermedad y los tratamientos disponibles y facilitar la expresión de las emociones y la aceptación de la enfermedad por parte del paciente“, explica la doctora Arce.

Así, la comunicación se convierte en una herramienta terapéutica para el paciente oncológico. De ella, depende su autoestima, el seguimiento del tratamiento, el control de los síntomas y en definitiva, su calidad de vida. “El paciente oncológico necesita ser escuchado, pero no siempre disponemos del tiempo suficiente en la consulta, por lo que estamos condicionados a nuestra destreza comunicativa para trasmitirle confianza y apoyo”, precisa la doctora Arce.

Por tanto, la relación médico-paciente es la piedra angular de la asistencia clínica. En ocasiones, la mejor labor diagnóstica y terapéutica pierde eficacia si el paciente no recibe información de forma adecuada.