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Entrevista a Verónica Casado, coordinadora editorial del Tratado de Medicina de Familia y Comunitaria

Entrevista a Verónica Casado, coordinadora editorial del Tratado de Medicina de Familia y Comunitaria

Fecha de publicación: 15 de diciembre de 2006

¿Por qué cree que hasta ahora no se había publicado ningún tratado sobre la especialidad?
La especialidad de MFyC es una especialidad y una disciplina de instauración relativamente reciente en España y hasta ahora ha ido consolidando su cuerpo doctrinal a través de magníficos textos, pero hemos considerado que la especialidad ha llegado a un punto de madurez en el que es oportuno dotarnos de un tratado especifico, lo que por otra parte nos ayuda a configurarnos como disciplina, como especialidad y como área de desarrollo competencial. En otros países con instauración previa de la especialidad cuentan desde hace algunos años con textos de Medicina de Familia como es el caso del Taylor, Rubinstein, Mengel... Creo que es un paso más de consolidación de nuestra especialidad y de nuestra profesión.

¿De qué forma se ha estructurado esta obra?
El libro consta de 38 capítulos y 12 subcapitulos en los que encontramos 34 capítulos clínicos (que engloban problemas de diferentes aparatos y sistemas de elevada prevalencia e importancia y atención a los diferentes grupos poblacionales y de riesgo ) 9 de competencias esenciales (comunicación, razonamiento clínico, gestión clínica, sistemas de información, trabajo en equipo, gestión y organización de la actividad, gestión de la calidad, responsabilidad civil y médico-legal y bioética), dos de competencias específicas (atención a la familia y atención a la comunidad) y 5 básicas ( valores profesionales, perfil profesional, formación y docencia, investigación y recursos de Internet).

En la presentación del libro usted explicó que el Tratado puede ser útil para distintos públicos...

El tratado nace inicialmente del programa de la especialidad y su desarrollo exhaustivo hace que este libro no sólo tenga el valor de ser referente formativo para el residente sino marco para el mantenimiento de la competencia de los profesionales en ejercicio. En definitiva este libro se concibe para los estudiantes en medicina, para los residentes de Medicina Familiar y Comunitaria y para los residentes de otras especialidades que roten por Medicina de Familia, como una herramienta de primera magnitud para el estudio cotidiano. Pero también tiene un objetivo principal, que es ayudar a mantener las competencias y contribuir al desarrollo profesional de los médicos de familia en ejercicio y de todos aquellos profesionales que precisan de este campo doctrinal en su trabajo cotidiano. Se entiende también, por lo tanto, como un libro que trata de dar respuesta a los clínicos. Su enfoque hacia los problemas más prevalentes, importantes y/o graves, hacia los síntomas y signos más frecuentes, hacia las actividades preventivas y los procedimientos de mayor relevancia le confiere una utilidad importante.


Una de las aportaciones del libro es la definición de las principales competencias del médico de familia. ¿Cuáles son en su opinión?
El libro contiene las cinco áreas competenciales del médico de familia. Contiene las competencias genéricas que incluyen la comunicación, el razonamiento clínico, la gestión de la atención y la bioética. Estas han pasado de ser áreas consideradas tradicionalmente como áreas de apoyo a competencias esenciales. Define las competencias clínicas de atención al individuo y de atención a los grupos poblacionales y de riesgo. Profundiza en las áreas específicas de la Medicina de Familia y Comunitaria que son el abordaje familiar y el abordaje comunitario y desarrolla competencias básicas como formación y docencia, investigación y recursos en Internet. Y por último, y sin embargo en primer lugar define los valores profesionales y el perfil competencial de los médicos de familia. La competencia de un médico en general y de un médico de familia en especial tiene muchos que ver con su humanismo, su profesionalidad, en definitiva tiene mucho que ver con sus compromisos.

Algunos compañeros de profesión piensan que “los médicos de familia sabemos un poco de todo pero no somos especialistas en nada”. ¿Encontrarán en este libro la respuesta a lo que hace un médico de familia distinto a otras especialidades médicas?
La especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria es una especialidad básicamente transversal, con algunas especificidades y con una orientación y un paradigma determinado. Lo que la define es su enfoque biopsicosocial, su abordaje global y holístico e integrador de abordajes y precisamente por esta razón, múltiples de sus campos de interés son compartidos con otras especialidades. Sin embargo, y aún hoy en día, cuando a una persona se le pregunta quién es el especialista en el acné, la úlcera duodenal, las neumonías o la depresión, te contestará que el dermatólogo, el digestólogo, el neumólogo o el psiquiatra y sin embargo todas y cada una de estas patologías son atendidas y a veces exclusivamente, por los médicos de familia y por lo tanto también le son propias. Una de las grandes aportaciones del nuevo programa es describir todas estas competencias y delimitar a través de los niveles de responsabilidades cuáles deben ser los limites con las otras especialidades con las que comparte la atención de las personas. Esto creemos que es de gran trascendencia para dar definición clara a nuestra especialidad, ya que una de las cosas que la determina y la diferencia de la medicina general es pasar de un área enormemente indiferenciada a un cuerpo doctrinal definido y claro. Y esto es lo que pretende el presente tratado. Delimitar, describir y profundizar en los contenidos propios de la especialidad.

Usted ha remarcado también la importancia de recuperar académicamente áreas competenciales y formativas propias del médico de familia, que han ido adquiriendo otros especialistas. ¿Qué ha ocurrido para que dichas áreas se hayan desdibujado y en ocasiones se hayan perdido?
Han existido múltiples razones. El desarrollo espectacular de los hospitales y de forma paralela el desplazamiento de la financiación y la atención de políticos, gestores y profesionales hacia el hospital generó desprestigio y desmotivación en un nivel al que se mantuvo alejado de este mundo sanitario en desarrollo, y quizá uno de los elementos más perniciosos para la medicina de familia fue el alejamiento de la Universidad, con la exclusión de la medicina general del mundo académico. Mientras que el primero se solucionó algo con la reforma sanitaria, el segundo se mantuvo exactamente igual y ha llevado a una formación centrada en la teoría, en el hospital, en la enfermedad, sin peso ni presencia de la medicina del primer nivel sanitario, en definitiva con muy escasa orientación hacia la salud, la resolución de problemas y la comunidad. Esta situación se sigue manteniendo y aún hay algunos profesores que consideran que se proporciona suficiente formación en el grado para los futuros especialistas. Todos los traumatólogos, internistas, cirujanos, ginecólogos… tienen formación previa en traumatología, medicina interna, cirugía y ginecología antes de iniciar su formación de postgrado, sin embargo la formación más básica, más amplia, más general y a la que optan el 40% de los residentes tiene muy escasa presencia en el grado Este tratado lo que persigue también es demostrar que hay un cuerpo doctrinal de gran calado y que este es muy necesario en el grado y no sólo para los futuros médicos de familia sino también, y SOBRE TODO para los que no van a serlo. Y esto es básico, si un oftalmólogo precisa tener formación en traumatología, mucho más en medicina de familia que es esencial para todos los médicos.

¿Desea añadir algo más?

Este libro no podría haberse hecho sin semFYC, sin la apuesta de la Junta Directiva de semFYC en este proyecto. Tampoco hubiera sido posible sin los editores que han dado forma al libro y han leído, releído y corregido los capítulos en busca del nivel de homogeneidad que debe tener una obra de estas características y sin la gran labor realizada por semFYC ediciones. Pero desde luego no habría sido posible sin sus autores, que son los verdaderos artífices de este tratado.
También es importante reseñar que a pesar del importante esfuerzo de los editores y los autores por homogeneizar y actualizar hasta el último momento los contenidos del presente tratado, la medicina es una ciencia dinámica sometida a cambios constantes, con lo cual los editores recomiendan lo que en el propio libro se propone de actitud “constructiva y critica” frente a las opiniones y también frente a las evidencias.
El deseo de editores y autores del tratado de Medicina de Familia y Comunitaria es que este nuevo instrumento nos sea útil para todos, estudiantes, profesionales sanitarios y no sanitarios, especialistas en formación y especialistas en ejercicio, para seguir creciendo y haciendo que la Medicina de Familia y Comunitaria como profesión, especialidad y disciplina sea cada día más sólida, competente, profesional, humana y resolutiva.