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José Ignacio Alastrué Loscos: “El diagnóstico precoz, en el que es fundamental la participación de la AP, nos permite evitar la transmisión de la infección y fomentar hábitos de vida saludable”

José Ignacio Alastrué Loscos: “El diagnóstico precoz, en el que es fundamental la participación de la AP, nos permite evitar la transmisión de la infección y fomentar hábitos de vida saludable”

Fecha de publicación: 01 de diciembre de 2022
Como todos los años, el 1 de diciembre se celebra el Día Mundial del Sida. Y como siempre, la ONU ha elegido un lema: Igualdad Ya. Porque aún hay mucho por hacer en lo que atañe a esta enfermedad. Hemos querido que nos lo cuente José Ignacio Alastrué Loscos, miembro del Grupo de Trabajo de VIH-SIDA.



Hoy se celebra el Día Mundial del Sida. A estas alturas, ¿realmente hay algo que celebrar?



Tenemos motivos de celebración, pero menos de los que quisiéramos. El último informe de ONUSIDA revela que durante los dos últimos años, el progreso de la lucha contra la pandemia del VIH ha decaído, ya que la pandemia prospera aprovechándose de la COVID-19, los desplazamientos masivos y otras crisis; así como a que los recursos destinados a combatirla se han reducido. Por tanto, siguen en riesgo millones de vidas que no deberían de estarlo. El número de nuevas infecciones a nivel mundial solo disminuyó un 3,6 % entre 2020 y 2021, el descenso anual más pequeño en las cifras de nuevas infecciones por el VIH desde 2016



Sin embargo, también tenemos algunos motivos para ser moderadamente optimistas. A nivel mundial podemos celebrar que en el año 2021, el 85% de personas que vivían con el VIH conocían su estado serológico; y que el 88% de estos tenían acceso a tratamiento.



A nivel español, también podemos celebrar que más del 97% de las personas diagnosticadas de infección por el VIH está en tratamiento, lo que hace que la morbimortalidad esté disminuyendo de una forma espectacular.



A pesar de esto, nos encontramos con que aproximadamente una de cada seis personas que son portadores del VIH desconocen que lo son.



¿En qué consiste el abordaje en AP de las personas con sida a día de hoy?



El Médico de Familia y la enfermera de AP tienen un papel fundamental en este abordaje ya que la infección por el VIH precisa del desarrollo de una estrategia de prevención combinada que incluye la distribución de preservativos, el inicio inmediato de la terapia antirretroviral o la profilaxis pre-exposición al VIH (PrEP). El diagnóstico precoz, en el que es fundamental la participación de la AP, nos permite evitar la transmisión de la infección y fomentar hábitos de vida saludable, mejorando la calidad de vida y evitando la progresión de la infección. Lo mismo podemos decir del tratamiento precoz del VIH: evita el progreso de la infección, evita muertes relacionadas con el VIH y previene nuevas infecciones en aquellos casos en los que se consigue una buena respuesta al tratamiento (tratamiento como prevención). Y todo esto es posible abordarlo desde la Atención Primaria.



Por otra parte, el hecho de que esta infección se haya convertido para muchos pacientes en una enfermedad crónica posibilitaría que el control de aquellos pacientes con buena respuesta al tratamiento pasase del hospital al centro de salud. Esto sería factible en el momento en que se dote a los MF del tiempo necesario para poder dedicar a cada paciente en función de sus características.



Qué avances hay en la medicación de los enfermos de Sida?



La medicación es cada vez más sencilla y mejor tolerada por los pacientes, por lo que los incumplimientos terapéuticos son bajos.



Continuamente se producen novedades sobre el tratamiento, algunas interesantes y otras no tanto, ya que es un tema que incumbe directamente a la industria farmacéutica por su rentabilidad. Como ejemplo, la reciente autorización de un nuevo fármaco inyectable que se administra cada dos meses y que sustituye al tratamiento diario, facilitando la adherencia del paciente.



Sin embargo, las normas de comercio mundial están obstaculizando la producción de medicamentos en los países de bajos ingresos, manteniendo los precios inasequibles para que estos países los adquieran a gran escala.



En temas de diagnóstico, ¿estamos en datos similares a años anteriores?



Debido a la sobrecarga de los servicios de vigilancia epidemiológica de las Comunidades Autónomas en el contexto de la pandemia por COVID19, los últimos datos facilitados por el Ministerio de Sanidad son los correspondientes al año 2020, y son datos provisionales.



Podemos decir que la tasa de nuevos diagnósticos de VIH es similar a las de otros países de Europa Occidental, aunque superior a la media de los países de la Unión Europea.



En 2020, la transmisión en hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres fue la más frecuente: 55,2%; seguida de la heterosexual: 27,5%; la que se produce en personas que se inyectan drogas representó el 2,4%.



Un dato muy preocupante es que casi el 50% de los pacientes diagnosticados presentaron un diagnóstico tardío, ya en fases avanzadas de la infección. Lo que significa que ya llevaban años viviendo con el VIH, con el consiguiente deterioro de su estado inmunológico y el incremento del riesgo de trasmisión.



Y en cuanto a la cultura de prevención ¿Está la ciudadanía concienciada de lo importante que es?



Yo creo que no. El hecho de que la infección por el VIH tenga un tratamiento tan eficaz ha hecho que se banalice la repercusión que puede tener infectarse, tanto a nivel personal, como familiar y social; y se han relajado mucho las medidas preventivas.



En ocasiones nos encontramos con personas que incluso manifiestan que no les importaría infectarse, para así poder dejar de tomar precauciones. No son conscientes de lo que puede suponer vivir con el VIH en determinados entornos y circunstancias personales.



¿Y los hábitos de vida saludables?



Pues en la medida que nuestra sociedad evoluciona, en algunos aspectos para bien y en otros no tanto, los hábitos de vida también lo hacen.



La voluntad de tenerlo todo de forma inmediata y la ausencia de formación e información presente en algunos segmentos de nuestra sociedad, está teniendo repercusión en algunos hábitos saludables.



Por ejemplo, los cambios en el patrón de consumo de drogas, no solo en el tipo de sustancia, sino también en la forma y lugares de consumo en los últimos años con la aparición del chemsex (el uso intencionado de drogas estimulantes para tener relaciones sexuales por un período largo de tiempo, que puede durar desde varias horas hasta varios días), incluso por vía intravenosa, el slamming), condiciona una mayor vulnerabilidad al VIH.



En general ¿cómo ha sido el avance de la enfermedad en los últimos años?



En 2021, unas 650.000 personas murieron de enfermedades relacionadas con el sida, 38,4 millones de personas vivían con el VIH en todo el mundo y de estas, 1,5 millones habían contraído la infección ese mismo año.



Afortunadamente 28,7 millones de personas tenían acceso a la terapia antirretroviral.



ONUSIDA estima que en 2025 se necesitarán 29.000 millones de dólares para poder poner fin al sida como amenaza para la salud pública mundial.



¿Cómo ha afectado la covid a los enfermos de sida?



Afortunadamente no ha habido una afectación mayor que la de la población general.



No existe evidencia que sugiera que las personas que viven con el VIH presenten un mayor riesgo de adquirir el virus SARS-CoV-2 o de padecer complicaciones graves si desarrollan la COVID-19, siempre y cuando su sistema inmunitario esté en unos niveles adecuados.



Por tanto, las recomendaciones preventivas deben de ser las mismas que para la población general: vacunarse correctamente, utilizar mascarilla cuando así se recomiende, el lavado frecuente de manos…



Este año el lema del Día Mundial es ¡Igualdad ya!. Entiendo que hay un tema importante de inequidades en salud en cuanto al sida. En qué afecta en nuestro país?



El eslogan «Igualdad Ya» de ONUSIDA es una llamada a la acción. Pretende impulsarnos a trabajar en todas aquellas acciones prácticas que se ha demostrado que son necesarias para abordar las desigualdades y ayudar a poner fin al sida.



Afortunadamente, en nuestro país la igualdad se ha ido haciendo presente poco a poco, aunque todavía nos queda trabajo pendiente, fundamentalmente en cuanto a la discriminación y el estigma que sigue presente en una parte de nuestra sociedad.



Si preguntásemos a nuestros vecinos, todavía nos encontraríamos quien no querría que su hijo compartiese aula con otro niño portador del virus, o aquellos a los que no les gustaría compartir su local de trabajo o un restaurante con alguna persona que vive con el VIH. Nos falta información.



¿Cuál es el trabajo del Grupo de Trabajo de VIH-Sida de la semFYC?



Nuestro grupo tiene como función mantener la atención de los MF sobre el problema del VIH proporcionando información actualizada y proponiendo iniciativas que desde el ámbito de la AP reduzcan el problema que supone el VIH: colaboraciones con consejerías, sociedades científicas y ONG, impulso del Diagnóstico Precoz del VIH en Atención Primaria, colaboración con el Plan Nacional sobre el Sida, colaboraciones con atención hospitalaria…



En este último aspecto, en febrero de este año hemos publicado un “Documento para el manejo compartido del paciente con infección por el VIH entre Atención Primaria y Hospitalaria”, a partir del que se va a desarrollar un curso en semFYC a partir de este mes de diciembre, del que ya hay información en nuestra página.



Quisiera termina la entrevista animando a los jóvenes MF a incorporarse al grupo, que ha tenido momentos de intensa actividad y producción científica y que ahora necesita la incorporación de jóvenes MF que planteen nuevos objetivos e impulsen nuevas actividades para conseguir tal y como plantea ONUSIDA “Acabar con las desigualdades y estar en condiciones de poner fin al Sida para 2030".