Actualidad
La medicina de Atención Primaria en crisis (situación en Navarra)

La medicina de Atención Primaria en crisis (situación en Navarra)

Fecha de publicación: 19 de marzo de 2008

“La organización de la atención tiene que intentar dar la mayor calidad dentro de un marco que sea socialmente aceptable, económicamente sostenible y laboralmente soportable”

Desde hace un tiempo los médicos de familia estamos continuamente en el candelero.

Primero fueron quienes desarrollan su trabajo en el ámbito urbano, reivindicando menor carga de trabajo y reordenación organizativa principalmente. La gran mayoría de médicos se sienten desmotivados, agotados por una demanda, unas expectativas y unos trámites burocráticos que les sobrepasan, y con la sensación de que esas condiciones y la premura que imprimen a la consulta merman el desarrollo de sus capacidades técnicas y habilidades, obteniendo bajos rendimientos y resultados de salud en sus pacientes.

Tras varias reuniones entre la Dirección de Atención Primaria del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea (DAP del SNS-O), miembros de la Sociedad de Medicina de Familia y Atención Primaria (SNaMFAP) y representantes de la Plataforma 10 minutos, se llegó a un acuerdo para poner en marcha un proyecto piloto de reordenación, que actualmente se está llevando a cabo en cinco centros de salud y que, tras un período de desarrollo y posterior evaluación, se valorará extender al resto de las Zonas Básicas de Salud.

En este tiempo, y en paralelo, han ido surgiendo conflictos en el ámbito rural, en este caso motivados especialmente por la escasez de médicos, que dificultan mantener un sistema en el que profesionales “de refuerzo” (de enfermería y de medicina) continúen realizando, como lo venían haciendo, las guardias que los titulares (fijos o eventuales) no hacían, así como sustituir las ausencias de éstos. Hay que recordar que, durante años, los médicos de refuerzo han estado trabajando en unas condiciones económicas y contractuales muy precarias.

Por ello, y viendo que muchos profesionales se iban a otras comunidades autónomas u otros países, o simplemente se quedaban en su casa sin querer trabajar en las condiciones ofrecidas, la DAP del SNS-O inició el desarrollo de un modelo basado principalmente en el “cierre de plantillas”, lo que quería decir que adjudicando un determinado número de médicos y enfermeras a cada Zona Básica de Salud, ésta debería ser autosuficiente para atender a los ciudadanos en horario habitual y cubrir la atención de urgencias fuera del mismo.

Para ello, la Administración negoció en diciembre con los profesionales de apoyo rural una mejora en sus contratos que, paradójicamente, ha dado lugar a otros problemas. Cierto es que sus contratos han mejorado respecto a que les confiere una cierta estabilidad y contemplan derechos básicos como bajas, vacaciones, maternidad, lactancia, etc., pero siguen sin tener un calendario laboral definido. De hecho, siguen sin cubrirse todos los puestos necesarios (sólo 15 de las 55 plazas previstas de médicos) con lo cual, en muchas zonas, los médicos titulares siguen teniendo excesivas guardias o se ven obligados, sin quererlo, a comenzar a hacerlas, mientras que, en otras, la obligación es dejarlas, mermando lógicamente sus ingresos. Además, para muchos de éstos, las mejoras salariales de los primeros suponen un agravio comparativo (la misma hora trabajada se remunera con cantidades diferentes).

La organización de la atención tiene que intentar dar la mayor calidad dentro de un marco que sea socialmente aceptable, económicamente sostenible y laboralmente soportable. Como Sociedad abogamos por una atención continuada que sea factible y que no conlleve condiciones de trabajo insoportables para los trabajadores. El otro principio que defendemos es que no existan categorías diferenciadas de médicos. Por supuesto que debe haber diferencia entre ellos, pero debe ser en función de su calidad científico-técnica y de sus méritos laborales y profesionales.

Contando con los propios protagonistas, los sindicatos y otras organizaciones que los representan deben negociar unas condiciones de trabajo que den salida a la situación.

Desde la SNaMFAP pensamos que:

Se debe incentivar la realización de guardias (esto conlleva aumentar su retribución económica pero también utilizar incentivos a medio y largo plazo).


Las guardias no deben comprometer la calidad de la atención en horario normal. Se necesita garantizar el descanso de los profesionales que deben llevar a cabo la atención nocturna tras la suya habitual, pero también que las personas que acuden al centro de salud puedan acceder (lo que no significa todos los días) a su médico elegido.


Se debe favorecer la autonomía de los equipos para la organización de su atención, siempre sin comprometer la calidad de ésta ni permitir acaparar los escasos recursos humanos disponibles. Permitir, dentro de los márgenes legales, una autonomía de gestión para que los equipos logren dar satisfacción al máximo de profesionales intentando que aquellos que desean hacer mayor número de guardias puedan hacerlo y aquellos que no lo deseen puedan evitarlas.


Además, en aras de dotar al área rural de un mayor atractivo, incentivar de otras formas el trabajo desarrollado en áreas de especial dificultad (puntos en baremos, etc.).

Sabemos que estas propuestas son muy generales pero sería absolutamente ilusorio pretender que esta situación que vivimos pueda resolverse con medidas limitadas y concretas. Se necesita un cambio en profundidad que suponga una mejora substancial de la atención que los médicos de familia realizan desde los centros de salud en el horario habitual.

También es imprescindible racionalizar la atención urgente que se ve comprometida en numerosas ocasiones por un uso inadecuado, muchas veces consecuencia de las deficiencias de otros dispositivos asistenciales y de la poca conciencia de algunos sectores ciudadanos a la hora de demandar atención.

Para dar salida a esta situación, consideramos que hay que ser realistas e imaginativos, intentar romper “el café con leche para todos” y comenzar a negociar entre Administración y representantes de los profesionales medidas que permitan un mejor clima laboral (y no parece que tras la reunión del pasado día 1 en la mesa sectorial se haya logrado nada).

Pensamos que medidas como las referidas, con diálogo y buena voluntad de las partes, son necesarias para mantener la ilusión en nuestro trabajo y seguir prestando una adecuada atención a los ciudadanos.

Santos Induráin Orduna, presidenta de la Sociedad Navarra de Medicina de Familia (SNaMFAP).
Kontxi Sánchez Vázquez, vocal de Medicina Rural en la Junta Directiva de la SNaMFAP.