La medicina del futuro estudiará la salud en función del sexo del paciente
Que existen diferencias biológicas y culturales entre hombres y mujeres es una realidad. Sin embargo, no resulta tan conocido el hecho que no enferman de la misma manera ni muestran la misma sintomatología en muchas patologías. Según diversos expertos, es muy posible que la medicina del futuro aborde la salud en función del sexo del paciente.
Según Cristina Bernis, catedrática de Antropología Física y directora del Instituto Universitario de Estudios de la Mujer de la Universidad Autónoma de Madrid, existen diferencias biológicas y sexuales que con frecuencia interactúan y producen problemas de salud que son más prevalentes en mujeres y que se expresan de manera diferente, como los trastornos de la conducta alimentaria, las patologías cardiovasculares, los desórdenes osteomusculares, y las enfermedades mentales. En la población femenina, además, "la insuficiencia de sueño, sumada frecuentemente a dobles jornadas, responsabilidades familiares con menores, ancianos y discapacitados, trabajos precarios y mala situación económica, contribuyen a empeorar la percepción de su salud, así como al incremento de la morbimortalidad en esta población", dice Bernis. En relación a esta cuestión, un grupo de quince psiquiatras españolas que ya está estudiando desde una perspectiva biopsicosocial las enfermedades mentales en las mujeres, debido a su mayor prevalencia y a su diferente sintomatología.
La mortalidad masculina es más alta
En los hombres se producen otras patologías -algunas laborales- que se producen con más frecuencia y que también vienen influidas por el sexo y la tradición. Asimismo, la mortalidad masculina es más alta al relacionarla con alcohol, violencia, tabaco y accidentes de tráfico.
Según afirma Elena Aldasoro, de la Dirección de Planificación y Ordenación Sanitaria del Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco, es necesario abordar la salud desde una perspectiva de género. Al estudiar la incidencia del infarto de miocardio, el equipo al que pertenece Aldasoro observó que se producían importantes diferencias en la afectación según el sexo, ya que morían más mujeres, los infartos se producían más tarde, y en ellas se aplicaba con menor frecuencia la revascularización de la arteria, principal tratamiento de elección.
A partir de este trabajo han querido centrarse en las guías clínicas para que en su elaboración se atienda a las diferencias existentes. Para ello están desarrollando una lista de preguntas cortas para que al crear los protocolos "se tengan en cuenta las diferencias por sexo, por edad y otros factores, y su interacción entre todos ellos. No debemos pensar que hay que tratar de manera homogénea a toda la población", dice Aldasoro.
"Esto implica muchos aspectos, desde la investigación de fármacos en hombres y en mujeres, hasta la consideración de los niveles diferenciales de estrés que sufren, y la necesidad de disponer de estadísticas por sexo de indicadores de salud, enfermedad y mortalidad, cuya interpretación debe hacerse considerando tanto el sexo como una categoría de análisis", asegura Bernis. Si el abordaje de una paciente se basa en la evidencia publicada, y las investigaciones se han realizado sólo en hombres se están extrapolando resultados que no tienen por qué ser beneficiosos, puntualiza Aldasoro.
En el ciclo Salud y mujer: una perspectiva integral, de la Fundación de Ciencias de la Salud y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, celebrado en Madrid, Concha Colomer, directora del Observatorio de Salud de la Mujer, se centró en la necesidad de mostrar las estadísticas en salud desglosadas por sexo. "La información desagregada es clave para que las estrategias de salud sean más efectivas, de cara a la planificación de futuras políticas". Bernis puntualiza que "los profesionales de la salud deberían completar su formación con unas bases sólidas de teoría de género y de su aplicación para interpretar las diferencias en salud y enfermedad sobre hombres y mujeres".
Joan Benach, del Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud de la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona, explica que en el campo de las desigualdades en salud se pide que los estudios y sus resultados sean realizados en hombres y en mujeres y se analicen para ambos sexos. Sin embargo, apunta hacia otros factores: "Ser mujer u hombre en su relación con la clase social, la inmigración, la etnia, y otras cuestiones. Los datos de género en sí mismos son importantes, pero si se les añaden otros componentes obtendremos una visión más fina de la realidad".
Atención samitaria para mujeres
El 51 por ciento de la población española son mujeres. Sin embargo, no reciben una atención médica adecuada a su fisiología. "La mayoría de los fármacos no tiene la misma eficacia en población femenina porque se han ensayado en varones y no se estudian suficientemente las diferencias de sintomatología entre ambos sexos", afirma Carmen Vela, presidenta de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas.
Hay que prestar atención a la genética, la epidemiología, los hábitos y la cultura Isabel Illa, catedrática de Neurología en la Universidad Autónoma de Barcelona, considera "fundamental y básico" que haya una atención sanitaria dirigida a mujeres. "Hace ya veinte años que se publicaron en New England los resultados distintivos del infarto de miocardio, pero no se les ha prestado atención. La mayoría de los ensayos se hacen con hombres, pues una de las condiciones es que la participante no esté embarazada o no vaya a estarlo. Además, las hormonas son distintas y a veces interfieren en los resultados". Según Illa, desde el punto de vista genético podría hablarse de enfermedades ligadas al cromosoma X, pero algunas patologías como las cardiovasculares pueden hacer mella especialmente en mujeres por sus hábitos de vida, ya que en los estudios epidemiológicos se ha visto que hacen mucho menos deporte que los hombres. "Esto no tiene que ver con una tendencia de género, sino con la falta de tiempo libre, ya que la mayoría de las mujeres lo emplean en cuidar a los demás y es evidente que nadie las cuidará a ellas".
No hace falta especialización
La mujer debe recibir información y concienciación sobre la salud vascular. "No creo que haga falta una especialización médica para mujeres. Es cierto que hay patologías que serían específicas de la mujer, pero pueden ser atendidas perfectamente por facultativos especializados en determinadas áreas. Creo que el único ámbito que hoy queda sin cubrir es el de terapias complementarias de la enfermedad que ayuden a entenderla y a sobreponerse", afirma Teresa Soria, cirujana del Hospital Virgen de la Arrixaca, de Murcia. "Sería interesante que la mujer sea objeto de campañas de información y concienciación acerca de los riesgos para su salud vascular, que antes parecían afectar sólo a los hombres. Y, por supuesto, que atienda a sus trastornos de salud con la misma diligencia que lo hace cuando algún miembro de la familia está enfermo".
Ya se incluye a las mujeres en los estudios. "Creo que no se requiere una medicina específica para mujeres que no sea la ginecología y la obstetricia. La mayoría de las enfermedades son las mismas aunque no tengan igual incidencia, y aunque pueda haber sintomatología distinta", asegura Carmen Maroto, catedrática de Microbiología de la Universidad de Granada.
Las especialidades médicas están muy subdivididas en áreas concretas y no parece ni útil ni bueno que además se separen por sexos.
Puede que antes las mujeres no tuvieran representación en los ensayos clínicos, pero hoy es muy raro que no sean incluidas en los grandes estudios multicéntricos, en los que el sexo debe tener tanta presencia como la edad, el peso u otros factores.