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La Obesidad, la nueva enfermedad para Atención Primaria

La Obesidad, la nueva enfermedad para Atención Primaria

Tiempo de lectura: 2 minutos
Fecha de publicación: 06 de marzo de 2024

Coincidiendo con el Día Mundial de la prevención de la Obesidad, que ha tenido lugar esta semana, el programa APDAY de la semFYC ha señalado la necesidad de abordar los problemas de nutrición y endocrinometabólicos de los pacientes en su actualización de 2024.  

Concretamente, el coordinador del grupo de trabajo de Obesidad de la semFYC, Gabriel Cuatrecasas, considera que es prioritario pensar en la obesidad como una enfermedad metabólica crónica e inflamatoria, y que puede ocasionar un elevado riesgo cardiovascular, por lo que es importante iniciar su prevención de manera temprana. 

Se considera obesidad cuando una persona tiene un índice de masa corporal (IMC), que se calcula dividiendo el peso en kilogramos por el cuadrado de la altura en metros, y el resultado es igual o superior a 30. Además, se correlaciona estrechamente con muchas enfermedades crónicas, incluidas la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión y los accidentes cerebrovasculares, así como varios tipos de cáncer. 

Para una correcta clasificación de la obesidad y la adiposopatía, el especialista debe conocer no solo el índice de masa corporal, sino también el perímetro de la cintura, y si es posible, la distribución corporal de la masa grasa y de la masa magra.  

Es por ello por lo que, dentro de los objetivos terapéuticos a tratar en las consultas de Atención Primaria, la prioridad no ha de ser la pérdida de peso per se, sino, ante todo, reducir el riesgo cardiovascular y metabólico derivado, evitando la estigmatización y fomentando el bienestar emocional de los pacientes. Y por descontado, debe ser individualizada, planificada y consensuada.  

El grupo de estudio de la obesidad de la semFYC propone que las pérdidas de peso deben ser realistas y fomentar la dieta mediterránea hipocalórica, que es la que cuenta con mayor evidencia en cuanto a reducir el riesgo cardiovascular. Y al mismo tiempo en el abordaje de la obesidad en personas ancianas y frágiles se debe tener en cuenta la sarcopenia y la osteoporosis, para no agravarlas. 

Por último, también es clave contemplar un tratamiento multidisciplinar, que incluya fármacos y operaciones siempre que el cambio de dieta y estilos de vida no sean suficientes, y al mismo tiempo gestionar una buena coordinación entre los distintos centros sanitarios involucrados, a fin de poder ofrecer una atención continuada.