Las habilidades comunicacionales del médico de familia mejora su labor diagnóstica y terapéutica
• La presión asistencial puede repercutir muy negativamente en la relación medico-paciente
• La comunicación con el profesional sanitario, más allá de su valor diagnóstico, produce por si misma un efecto terapéutico
La entrevista clínica y la comunicación con el paciente constituyen las principales herramientas de trabajo con las que cuenta el médico de familia en su consulta diaria. De hecho, los objetivos principales del médico, diagnosticar y tratar enfermedades, están muchas veces condicionados a su destreza en la comunicación con los pacientes y familias. Así lo han manifestado los expertos reunidos recientemente en Burgos con motivo del XXII Congreso Nacional de Entrevista Clínica y Comunicación Asistencial, una iniciativa del Grupo Nacional de Comunicación y Salud de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC). El doctor Josep Basora, presidente de semFYC, ha afirmado que las habilidades de comunicación constituyen una herramienta básica en el trabajo asistencial de los profesionales sanitarios. "La relación médico-paciente es la piedra angular de la asistencia clínica. En ocasiones, la mejor labor diagnóstica y terapéutica pierden eficacia si el paciente no recibe información de forma adecuada".
En este sentido, como indica el doctor José Ignacio Torres, presidente del Comité Organizador del Congreso y miembro del Grupo Comunicación y Salud de semFYC, la realización de un foro de estas características ha hecho posible que más de trescientos profesionales sanitarios, en su mayoría médicos de familia, tuvieran la oportunidad de discutir e intercambiar conocimientos sobre los aspectos más variados en relación con la comunicación médico-paciente. "La solución a gran número de problemas de salud que son habituales en las consultas del médico de familia pasa, en muchos casos, por lograr una comunicación fluida y cordial con el paciente. Esta reunión nos permite reflexionar sobre la capacidad comunicativa que, aunque imprescindible, no se contemplade forma adecuada en la formación del profesional sanitario en pregrado ni postgrado. Hasta hace poco este tipo de formación básica era exclusiva del Programa de la espacialidad de Medicina de Familia". Por su parte, la doctora Ana Isabel Mariscal, presidenta del Comité Científico, ha apuntado que está demostrado que en el ámbito de la comunicación el beneficio se produce en las dos direcciones. "Cuando el médico charla y se comunica con su paciente está más satisfecho profesionalmente y al mismo tiempo el propio paciente también está más abierto a recibir y a cumplir el tratamiento".
Cómo dar malas noticias, la comunicación con otras culturas, la entrevista clínica a mujeres en situación de maltrato o las terapias complementarias en pacientes oncológicos, por ejemplo, fueron aspectos objeto de análisis durante este encuentro en mesas y talleres.
Relación médico-paciente
Para estos expertos, lo más importante es que el paciente confíe en el médico. "Bajo esta premisa, lo importante no es el tiempo real, de reloj, sino el tiempo percibido. El paciente tiene que salir de la consulta sintiendo que ha sido escuchado y considerado como persona, en definitiva, satisfecho", asegura el doctor Torres. En palabras de este experto, "si se dispone de conocimientos y habilidades comunicacionales se pueden emplear estrategias que permitan saber que es lo que sucede al paciente, por ejemplo intentando penetrar en aspectos psicológicos o familiares de su vida que ayuden a crear un clima de confianza y de respeto".
La falta de control de las emociones (por cualquiera de las partes) suele ser el elemento que desencadena un encuentro difícil entre médico y paciente. "Sin embargo, el hecho de ser consciente de la respuesta emocional del encuentro constituye un paso adelante para encontrar una solución", concluye la doctora Mariscal.