Los Jóvenes Médicos de Familia expresan su desacuerdo ante la creación de una nueva especialidad de Urgencias y Emergencias
• Consideran que no sólo dificulta su salida laboral, sino que complica la homologación de los médicos sin especialidad
• Defienden la troncalidad y la creación de un Área de Capacitación de Urgencias como disciplina de alta especialización desde la formación en otras especialidades
Ante el reciente anuncio del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad de crear una especialidad de Urgencias y Emergencias, los jóvenes médicos de familia han expresado su preocupación y malestar por lo que consideran un error que les perjudicaría doblemente. "Con la creación de esta especialidad no se resolvería uno de los problemas fundamentales que es facilitar la homologación de los médicos sin especialidad, sino que por el contrario la complicaría y reabriría el problema de los mestos, de manera que habrá especialistas, profesionales a los que les homologuen el título y médicos de familia a los que el periodo de tiempo trabajado en urgencias no les permita acogerse a ninguna de las dos opciones", asegura Manuel Sarmiento, responsable de la sección Jóvenes Médicos de Familia de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC).
Según el doctor Sarmiento, ante la difícil situación del mercado laboral, "se cierra una salida laboral a los futuros médicos de familia y, sobre todo a los que ya han empezado la residencia de familia para dedicarse a urgencias". Una situación ante la cual, explica, "no entendemos el posicionamiento a favor de la especialidad por parte de los Colegios de Médicos, ya que va en contra de la opinión de muchos de sus colegiados y no beneficia los intereses de los jóvenes médicos". La sección ha creación un evento en Facebook llamado "Casi 30 razones para decir NO a la especialidad de urgencias".
Por su parte, semFYC, que representa a casi 20.000 profesionales de Atención Primaria, ya ha manifestado su disconformidad apelando para ello a la troncalidad, proceso que se inició en el año 2003 y que ocho años después continúa sin desarrollarse y por el que se podría habilitar una vía para adquirir las competencias de Urgencias y Emergencias como una área de alta especialización a través de las especialidades de medicina de familia, medicina interna y medicina intensiva, sin perjuicio del reconocimiento a los que actualmente ejercen esas funciones. Así está previsto en la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS) cuyo cumplimiento lleva más de 10 años solicitando el Consejo Nacional de Especialidades Médicas. Esto va en contra además de la situación del resto de países de la Unión Europea, donde el número de especialidades es sensiblemente menor que en España.
En este contexto, los jóvenes médicos de familia denuncian que la decisión del Ministerio debería tener en cuenta las opiniones y valoraciones de los especialistas que desarrollan su actividad en los servicios de urgencia y que están representados en el Consejo Nacional de Especialidades Médicas. Según los médicos de familia, la creación de una nueva especialidad dificulta la posible formación de alta especialización en urgencias para especialistas ya formados o en formación. Opinan que se traduciría, asimismo, en una mayor rigidez del mercado de trabajo, más dificultad para encontrar empleo y un incremento del gasto sanitario, lo que en el momento actual supone una irresponsabilidad política. Asimismo, esta sociedad científica lamenta que el Ministerio haya llevado a cabo este anuncio con escasa transparencia y sensibilidad, es decir pasando por alto la opinión y consenso de los profesionales.
Hay que recordar que desde 1995, hace dieciséis años, es necesario ser especialista para trabajar en el sector público, por lo que actualmente, los profesionales que se han incorporado a los servicios de urgencias tienen ya especialidad: medicina de familia, medicina interna, medicina intensiva... La creación de un Área de Capacitación Específica permitirá profundizar aún más la competencia de estos especialistas y facilitaría la coordinación de las Urgencias con el resto del sistema sanitario, centros de salud y hospitales. Una nueva especialidad fragmentaría más el sistema y los residentes que la obtuvieran, al no poder desempeñar otros puestos de trabajo, se encontrarían en un callejón sin salida sobre todo a partir de los 55 años.