Médicas de familia expertas en violencia de género defienden la longitudinalidad de la Atención Primaria y la formación específica para combatir esta lacra social desde la consulta
La accesibilidad del servicio que ofrecen los especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria, y la atención sanitaria que proporcionan a lo largo de la vida, la llamada longitudinalidad, favorecen la detección precoz y el abordaje de la violencia de género.
“Desde el primer año de residencia de la especialidad en Medicina Familiar y Comunitaria, tendría que haber formación y sensibilización transversal y obligatoria en violencia de género”, explica Eva Pasamón Lara, médica de familia y miembro del Grupo de Trabajo de Atención a la Mujer de la semFYC, quien añade que “es fundamental que las direcciones y la gestión sanitarias apoyen, con un compromiso real, esta formación”.
Estas demandas de Eva Pasamón Lara son algunas de las que el Grupo de Trabajo de Atención a la mujer ha recogido en un manifiesto elaborado por este equipo de especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se conmemora este 25 de noviembre para sensibilizar sobre un gravísimo problema social, que cada año pone fin a la vida de decenas de mujeres a manos de un hombre en España.
Este grupo, del que recientemente ha asumido la coordinación la doctora Anna Pujol Flores, también destaca que la longitudinalidad de la Atención Primaria, es decir, la atención sanitaria a lo largo de toda la vida que se presta a la persona atendida y a su familia, es un punto clave en la detección precoz y el abordaje de la violencia de género. En este sentido, las médicas y los médicos de familia se presentan como aliados a la hora de afrontar esta lacra social que afecta a una de cada dos mujeres mayores de 16 años residentes en España.
Infradetección y claves para superarla
Anna Pujol Flores sostiene que “hay una infradetección de casos de violencia de género y también de sus consecuencias en salud tanto para las mujeres como para sus hijas e hijos. Algunas de las barreras que limitan la detección en las consultas de Atención Primaria son la necesidad de una mayor formación y el desconocimiento de los recursos existentes para el acompañamiento de estas mujeres en cada uno de los territorios por una falta de homogeneización a nivel territorial; falta de tiempo en la consulta y carencias del sistema (por ejemplo, la precarización de contratos laborales); un modelo de atención aún muy biomédico y androcéntrico, que descuida en algunas ocasiones el componente biopsicosocial y el contexto individual de las mujeres y sus necesidades de salud; la existencia de rechazo por parte de las y los profesionales a entrar en la privacidad de las mujeres, a las repercusiones legales, o a la reacción de los agresores; y el desgaste emocional que supone el acompañamiento a una mujer víctima de violencia de género y a su familia”.
Con este contexto, la semFYC, a través del Grupo de Trabajo de Atención a la Mujer, expresa lo siguiente:
- Reclamamos una formación competencial y avanzada en la etapa de pregrado y posgrado, así como para todo el personal del ámbito de la Atención Primaria en materia de violencia de género.
- Solicitamos la creación de protocolos y procedimientos de actuación sencillos, eficaces y homogeneizados, con el fin de mejorar el proceso de atención a la víctima, y una mejor coordinación de los profesionales y recursos existente potenciando así el trabajo en red, siendo este último beneficioso para las mujeres, ya que evita la victimización secundaria de las mismas.
- Pedimos una unificación de la codificación existente en las historias clínicas de Atención Primaria en relación con la violencia de género, de tal manera que se homogenice a nivel estatal y facilite así la recogida de datos.
- Exigimos que no se dé ni un paso atrás a nivel jurídico ni político en el ámbito de la violencia de género, dado que actualmente nuestro país es un ejemplo a nivel de sistema de protección de las mujeres e hijas e hijos víctimas de violencia de género.
- Reivindicamos un modelo de atención centrado en la mujer, que tenga en cuenta las decisiones individuales de las mismas, y que las empodere en su recuperación y rehabilitación.