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Los médicos de familia esperan que este año se recupere la normalidad respecto a la gripe, con un solo pico epidémico, entre febrero y marzo

Los médicos de familia esperan que este año se recupere la normalidad respecto a la gripe, con un solo pico epidémico, entre febrero y marzo

En el año 2020 apenas se registraron casos de gripe. Una dinámica que se mantuvo durante 2021 con muy pocos casos. En el 2022 hubo una temporada de gripe atípica con un comienzo precoz y dos ondas pandémicas —una de gripe A en noviembre/diciembre, y otra de gripe B, en enero/febrero—. Ante este escenario de enorme volatilidad registrado en campañas precedentes, los modelos de previsión actuales apuntan a que en 2023 se vuelvan a recuperar los niveles prepandémicos, con un solo pico entre febrero y marzo.

Fecha de publicación: 26 de octubre de 2023

De cualquier manera y ante la posibilidad de que se vuelvan a adelantar los casos de gripe, se recomienda la vacunación, principalmente en personas especialmente vulnerables, como mayores de 59 años; menores  de 60 años de edad —y convivientes— con inmunodepresión; personas con enfermedades crónicas cardíacas, respiratorias, renales, hepáticas o diabéticos; embarazadas y personal ​​sociosanitario. Del mismo modo, este año, por primera vez, se incluye en estas recomendaciones a todos los niños de entre 6 y 59 meses de edad y no solo a los más vulnerables.

Ana Pilar Javierre, coordinadora del Grupo de Prevención de Enfermedades Infecciosas y Vacunas del PAPPS: “El hecho de que se vaya a vacunar a toda la población sana de esa edad se debe, fundamentalmente, a que los niños son los principales transmisores de gripe, entre ellos y hacia los adultos. Si habitualmente uno de cada 10 adultos (10%) tiene gripe, en la población infantil ese porcentaje puede aumentar hasta tres de cada 10 niños (30%)”

Esta es precisamente una de las principales novedades de la campaña de vacunación de 2023, la recomendación de incluir a la población infantil, más allá de las patologías de riesgo, como sucedía hasta la pasada campaña. Ana Pilar Javierre, coordinadora del Grupo de Prevención de Enfermedades Infecciosas y Vacunas del PAPPS (Programa de Actividades Preventivas y promoción de la Salud), ofrece la siguiente explicación para esta medida: “El hecho de que se vaya a vacunar a toda la población sana de esa edad se debe, fundamentalmente, a que los niños son los principales transmisores de gripe, entre ellos y hacia los adultos. Si habitualmente uno de cada 10 adultos (10%) tiene gripe, en la población infantil ese porcentaje puede aumentar hasta tres de cada 10 niños (30%)”. La campaña tiene como objetivo prevenir y/o atenuar el contagio del Influenza, virus de la gripe, que se caracteriza por que es estacional.

Previsiones para esta temporada

Hacer este tipo de estimaciones es complicado, ya que el comportamiento del virus influenza, responsable de la gripe, depende de muchos factores, no solamente de los virus circulantes. Según Javierre, “influye también el comportamiento humano, las interacciones sociales, la inmunidad previa que tenga la población, la meteorología, etc.”. En este sentido, la médica de familia y coordinadora del grupo que aborda la gestión vacunal el PAPPS-semFYC afirma que “durante los años de pandemia el virus no ha sufrido grandes cambios ni ha tenido un comportamiento distinto a lo previsto. Los que sí hemos tenido cambios en el comportamiento hemos sido los humanos”.

A pesar de esta dificultad y teniendo en cuenta que en el año 2020 apenas se registraron casos de gripe; y esta dinámica se mantuvo en 2021 con muy pocos; mientras que en el año 2022 hubo una temporada de gripe atípica con un comienzo precoz y dos ondas pandémicas, los expertos estiman que esta temporada de gripe irá recuperando la normalidad prepandémica.

José María Molero, portavoz del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de la semFYC, comenta que “a  medida que se controla la evolución de la pandemia del SARS-CoV-2 mediante la vacunación y los tratamientos antivirales preventivos en grupos de riesgo, es probable que interfiera menos con la circulación de los virus respiratorios como la gripe o el VRS (virus respiratorio sincitial); y la evolución de la epidemia anual de gripe sea más similar a la de los años prepandemia. Poco a poco se ha ido recuperando cierto grado de inmunidad a nivel poblacional, perdido durante el 2020 y 2021. Por lo tanto, aunque es imprevisible, se podría esperar que la actividad vuelva a recuperar a niveles similares a los años prepandémicos pareciéndose más a estas epidemias clásicas”.

José María Molero, Grupo de Trabajo en Enfermedades Infecciosas: "Se podría esperar que la actividad vuelva a recuperar a niveles similares a los años prepandémicos pareciéndose más a estas epidemias clásicas”.

Si se volviese a la evolución de la epidemia de gripe prepandémica, existiría una sola onda pandémica de gripe, entre enero y marzo del 2024.“De cualquier manera y ante la posibilidad de que se vuelvan a adelantar los casos de gripe, se recomienda comenzar la vacunación durante el mes de octubre”. Ana Pilar Javierre concluye que “lo importante es evitar oportunidades perdidas de vacunación y tener en cuenta las dificultades logísticas para vacunar a toda la población. Por lo tanto, conviene no posponerla, pues la circulación del virus podría adelantarse”.

Hemisferio sur

La temporada de gripe del hemisferio sur, que se desarrolla entre abril y septiembre, suele ofrecer una pista de cómo podría ser la temporada de gripe en el norte, entre octubre y mayo. En ese sentido, José María Molero comenta que “según los datos de actividad enviados a la Organización Mundial de la Salud, el virus notificado con más frecuencia fue el Influenza A(H1N1). En cuanto a la evolución, Chile y Sudáfrica notificaron un comienzo anticipado de su temporada de gripe, a principios de mayo; mientras que en Argentina y Australia, los niveles de actividad de influenza son los esperables en esta época. Por otro lado, las tasas de infección han sido inferiores al último año prepandémico (2019)  y al  2022, con una afectación importante en la población infantil”.

En lo que se refiere a hospitalizaciones por este virus en los países del hemisferio sur,  “Sudáfrica ha notificado un nivel moderado de hospitalizaciones asociadas a este virus, mientras que Australia refiere niveles normales de hospitalizaciones en relación con sus tendencias históricas”, ha concluido el médico de familia.

¿Quién se debe vacunar?

Ana Pilar Javierre recuerda que hay que “hacer énfasis especial en que se debe vacunar frente a la gripe a todas las personas que tengan 60 años o más; así como a los menores de 60 años que tengan condiciones de riesgo que puedan complicar la evolución de la infección por gripe. La vacuna va a impedir los casos graves de gripe, así como las hospitalizaciones. En estos casos incluiríamos pacientes con diabetes o cualquier otra enfermedad endocrino metabólica; obesidad mórbida; enfermedades crónicas cardiovasculares; hipertensos; enfermedades respiratorias como asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC); enfermedades renales, pacientes con asplenia anatómica o funcional; enfermedades hepáticas crónicas; pacientes con inmunocompromiso, ya sea producida por algún tratamiento farmacológico o por alguna patología; pacientes oncológicos; incluso celíacos o con enfermedad inflamatoria intestinal crónica; o con cromosomopatías como síndrome de Down; o demencias”. Este año se incluye también como grupo a vacunar a los fumadores, independientemente de su edad. También se recomienda la vacunación a personas con exposición laboral directa a animales o a sus secreciones.

Por otro lado, también deben acudir a vacunarse las embarazadas, puesto que son un grupo de riesgo para complicaciones de gripe. Se recomienda la vacunación en el embarazo en cualquier trimestre de la gestación, e incluso hasta los seis meses después del parto, siempre y cuando no se hayan vacunado durante el embarazo.

Las personas convivientes de personas con situación de riesgo también deben vacunarse con el fin de protegerlos; así como todo el personal trabajador de centros sanitarios y sociosanitarios, incluso estudiantes de ciencias de la salud y personas que trabajan en servicios públicos esenciales, como pueden ser las fuerzas de seguridad del Estado, bomberos o protección civil.

Vacuna covid

Respecto a la vacuna de la covid, Ana Pilar Javierre recuerda que “hay estudios que demuestran que la efectividad vacunal de la vacuna frente a la covid decae con el tiempo. Aunque no disminuye de la misma forma según se evalúe la protección frente a infección sintomática o frente a hospitalizaciones y muerte. Afortunadamente, la protección frente a hospitalizaciones y muerte es algo más duradera en el tiempo. Se estima que la inmunidad puede mantenerse de 4 a 6 meses, pero puede decaer antes en el caso de la variante Omicron. Por esta razón, se recomienda la vacunación en esta temporada de las personas de 60 y más años y en las menores con condiciones de riesgo. La vacuna de este año está adaptada a las subvariantes de ómicron predominantes actuales XBB.1.5”.

La diferencia respecto a la vacuna de la gripe es que no es estacional, de modo que está indicada su vacunación en cualquier momento del año, siempre que hayan pasado “al menos tres meses tras una infección previa o tras una dosis previa de vacuna frente a la covid”.

Es interesante también tener en cuenta que es posible administrar la vacuna de gripe junto con la vacuna de la covid “en el mismo acto vacunal, aunque en dos localizaciones anatómicas distintas. Se ha demostrado que no hay una disminución de la inmunidad de ninguna de ellas ni aumentan la reactividad o efectos adversos de ninguna de ellas. Es una coadministración de ambas vacunas segura y eficaz”, afirma Javierre.