Meritxell Sánchez-Amata reflexiona sobre la incorporación de nuevos perfiles profesionales en la revista Atención Primaria
Sánchez-Amata plantea las siguientes cuestiones de cara a incorporar nuevos perfiles a la atención primaria:
- Las necesidades que se quieren cubrir: son necesidades de la población o son necesidades organizativas. A menudo se confunden ambas opciones y se termina por ampliar la cartera de servicios cuando los básicos no están garantizados.
- Si en los equipos de Atención Primaria hay profesionales que puedan cubrir estas necesidades ampliando sus competencias.
- ¿Aprueban el test primarista? En qué medida las nuevas figuras mejoran o dificultan la accesibilidad a los profesionales de referencia, promueven o debilitan la longitudinalidad, fragmentan la atención o mantienen la integralidad, potencian el rol coordinador de la atención primaria.
- ¿Hay evidencia sobre sus beneficios? Si los hay, ¿los resultados son aplicables a nuestra realidad?
- ¿Entrañan riesgos? Por ejemplo, el coste de oportunidad o integración en los equipos en función de un modelo de sustitución y no colaborativo.
- Deben depender del equipo orgánica y funcionalmente para alinear su actividad con sus objetivos.
- Planificar pruebas piloto y evaluarlas antes de generalizarlas, con indicadores de resultados en salud y no de proceso.
Sí apuesta la autora por potenciar el perfil del personal administrativo:
“Sus atribuciones se han multiplicado en cantidad y complejidad en los últimos años y se pueden ampliar, son una figura clave para los equipos y la población, pero sin reconocimiento ni formación. Se necesita un plan formativo específico para el personal que ya está en los equipos y una apuesta decidida para compensar retributivamente este cambio de rol”.
Y finaliza aclarando que la innovación no es buena en sí misma, sino cuando es necesaria y permite mejorar la atención a la población.
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