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La semFYC alerta de la importancia de la brecha digital como determinante social en personas mayores y zonas blancas
Fecha de publicación: 06 de julio de 2022
No cabe duda de que la pandemia por COVID19 aceleró la transformación digital, también en la sanidad. Acceso online a citas; videollamadas; consultas telefónicas… Todo ello ha supuesto mayor accesibilidad para un sector importante de la población. Pero no para todos, por supuesto.
Según se trató en la ponencia eSalud: Ventajas, inconvenientes y brecha digital, presentada en el 42º Congreso de la semFYC, que se celebró la semana pasada en Sevilla, las personas mayores y las zonas blancas del territorio, se encuentran en la actualidad en riesgo de exclusión sanitaria por la brecha digital. De este modo, la transformación digital se ha convertido en un determinante más de salud que, además, se superpone a la brecha social: a mayor nivel de exclusión social, mayor brecha digital.
Ejemplo de ello es el hecho de que durante 2020, el 43,2% de las solicitudes de citas en nuestro país se hicieran por vía telemática. Pero sólo uno de cada tres mayores de 65 años estaban entre ellos. “Y precisamente son ellos quienes más lo usan. En mi experiencia, está demostrado que hay una brecha intergeneracional muy grande”, afirmó Sandra Robles, médica de familia en el Centro de Salud Valencia de Don Juan y una de las autoras de la ponencia.
El territorio es otra de las claves para la brecha digital: hay zonas rurales en las que ni siquiera tienen banda ancha y no prevén ponerla en los próximos tres años. Es lo que se denomina zonas blancas: “En todas esas zonas, la única telemedicina a la que aspiramos a nivel de comunicación es el teléfono”
También hay diferencia entre las distintas comunidades. Mientras algunas cuentan con un modelo de telemedicina bastante avanzado, en otras regiones apenas se están empezando a dar los primeros pasos.
Y pone ejemplos como Galicia, Extremadura, Castilla y León, donde afirman que la situación de las zonas rurales es más precaria que en entornos como el de Barcelona, Madrid, Zaragoza, Valencia, Sevilla. “Cuanta más diferencia socioeconómica hay, también más brecha digital hay. Al final las brechas sociales y las digitales se superponen”, concluye Sandra Robles.
Según se trató en la ponencia eSalud: Ventajas, inconvenientes y brecha digital, presentada en el 42º Congreso de la semFYC, que se celebró la semana pasada en Sevilla, las personas mayores y las zonas blancas del territorio, se encuentran en la actualidad en riesgo de exclusión sanitaria por la brecha digital. De este modo, la transformación digital se ha convertido en un determinante más de salud que, además, se superpone a la brecha social: a mayor nivel de exclusión social, mayor brecha digital.
Ejemplo de ello es el hecho de que durante 2020, el 43,2% de las solicitudes de citas en nuestro país se hicieran por vía telemática. Pero sólo uno de cada tres mayores de 65 años estaban entre ellos. “Y precisamente son ellos quienes más lo usan. En mi experiencia, está demostrado que hay una brecha intergeneracional muy grande”, afirmó Sandra Robles, médica de familia en el Centro de Salud Valencia de Don Juan y una de las autoras de la ponencia.
El territorio es otra de las claves para la brecha digital: hay zonas rurales en las que ni siquiera tienen banda ancha y no prevén ponerla en los próximos tres años. Es lo que se denomina zonas blancas: “En todas esas zonas, la única telemedicina a la que aspiramos a nivel de comunicación es el teléfono”
También hay diferencia entre las distintas comunidades. Mientras algunas cuentan con un modelo de telemedicina bastante avanzado, en otras regiones apenas se están empezando a dar los primeros pasos.
“Deberíamos ir todas al mismo ritmo. No puede ser que en una comunidad autónoma el sistema permita diagnosticar un infarto o un Ictus, esté donde esté el profesional sanitario; y en zonas rurales de otras comunidades autónomas no tengan este servicio”, comenta Carmen Saperas.
Y pone ejemplos como Galicia, Extremadura, Castilla y León, donde afirman que la situación de las zonas rurales es más precaria que en entornos como el de Barcelona, Madrid, Zaragoza, Valencia, Sevilla. “Cuanta más diferencia socioeconómica hay, también más brecha digital hay. Al final las brechas sociales y las digitales se superponen”, concluye Sandra Robles.