semFYC rechaza el Real Decreto de Receta Médica y Orden Hospitalaria de Dispensación
La sociedad Científica de Medicina de Familia y Comunitaria rechaza el conjunto del Real Decreto de Receta Médica y Orden Hospitalaria de Dispensación por considerar que no recoge las recomendaciones que desde diferentes vías se han hecho llegar al Ministerio de Sanidad.
Entre las alegaciones presentadas destaca la apuesta de esta sociedad científica por una receta multiprescripción que agrupe los distintos tratamientos que requiere un paciente. Además, y respecto a la receta electrónica, la semFYC considera que a pesar de que desarrolla unas ideas generales que parecen válidas, ésta debería utilizar términos más concretos y modificar algún modelo ya existente en alguna comunidad autónoma.
Por otro lado, el presidente de la semFYC, Luis Aguilera, destaca que el Real Decreto no hace mención expresa a lo que considera “prescriptores del Sistema Nacional de Salud” y alega que el documento “debería hacer mención expresa al derecho y obligación de todos los médicos que trabajan en los diferentes ámbitos del SNS, Atención Primaria, el Hospital, así como Servicios de Urgencias Hospitalarios y de Atención Primaria de realizar la correspondiente receta oficial a cualquier persona a la que ha visitado, bajo su responsabilidad”.
Además, la semFYC considera que la similitud entre la receta vigente en la generalidad del Sistema y la que se propone en este Real Decreto es tal, que hace difícil observar ventajas y sí se aprecian mayores dificultades como la existencia de diversos modelos y colores o la imposibilidad de prescripción de más de un envase a todos los medicamentos.
“En resumen –concluye Aguilera- no se observan diferencias entre las recetas en papel propuestas en el Real Decreto con las actualmente vigentes, por lo que se echan en falta las aportaciones sobre lo ya existente”.
El modelo que la semFYC propone apuesta por la multiprescripción con el objeto de una mayor contribución en la salud de los ciudadanos. Este sistema les facilitaría el acceso a la medicación que necesitan y ayudaría a realizar un uso racional de los medicamentos, entendiendo éste como la prescripción de un fármaco bien documentado, a una dosis óptima, junto con una correcta información y un precio asequible. Además descargaría de burocracia a las consultas de los médicos de Atención Primaria, lo que permitiría optimizar la atención de calidad que debe recibir la población.