Un niño con TDAH tiene un riesgo 3 veces mayor de sufrir un accidente
• El 7% de los niños estudiados tenía TDAH y la mayoría de ellos (menos del 2%) no estaba previamente diagnosticado
• La demora en el diagnóstico y tratamiento puede provocar en el menor un retraso escolar difícil de recuperar y una sensación de fracaso que marcará su futuro
• La investigación, en la que han participado casi 2.000 niños, analiza también el número y tipo de accidentes que sufren los menores y su relación con el TDAH
• El niño con TDAH tiene un riesgo entre dos y cinco veces mayor de sufrir un accidente que un niño sin este trastorno
• El estudio ha detectado niños con TDAH sin diagnosticar que con menos de 14 años ya acumulan cinco fracturas o hasta tres hospitalizaciones por accidentes
• El TDAH es un trastorno crónico que si se detecta y trata a tiempo tiene un pronóstico favorable en el 70% de los casos
Un estudio realizado en Andalucía revela que el 7% de los niños presenta un Trastorno de Hiperactividad y Déficit de Atención (TDAH) y la mayoría de ellos no está diagnosticado. Además los que sufren este trastorno tienen un riesgo entre dos y cinco veces mayor de sufrir un accidente respecto al resto. Así lo demuestra esta investigación* diseñada para determinar la prevalencia y características de los menores (6-14 años) con TDAH. Este trabajo también ha identificado la frecuencia y características de los accidentes que presentan los escolares de esta región y su relación con el TDAH y el Trastorno Negativista Desafiante (TND). Los resultados se han presentado en el XVI Congreso de WONCA Europa que, organizado por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), arranca hoy en Málaga hasta el sábado con el lema Medicina de Familia del futuro: mezclando salud y culturas. La reunión se celebra de forma conjunta con el Congreso de la Sociedad Andaluza de Medicina de Familia y Comunitaria (SAMFyC).
La directora del estudio, la doctora Alfonsa Lora Espinosa, que trabaja en el centro de salud Puerta Blanca de Málaga, advierte que en Andalucía existe un problema claro de infradiagnóstico. "Estudiamos 1963 niños y de ellos el 7%, es decir 138, fueron finalmente diagnosticados. Antes del estudio sólo lo estaban 39 (menos del 2%). Debemos ser conscientes de que la demora en el diagnóstico y por tanto en el tratamiento puede provocar un retraso escolar difícil de recuperar y sobre todo una sensación de fracaso en el niño que marcará su conducta y vida futuras".
Diagnóstico correcto
Esta especialista aclara que este trastorno requiere un diagnóstico correcto porque no todo niño movido o inatento que no rinde en el colegio o que molesta por su conducta en el colegio o en casa tiene TDAH. "Es imprescindible que al menor lo vea un profesional cualificado, que cumpla los criterios de calidad en el diagnóstico y tratamiento basándose en las Guías de Práctica Clínica. Los procedimientos diagnósticos se basan en la sintomatología y deben realizarse fielmente y no confirmar o descartar el diagnóstico arbitrariamente por la subjetividad de uno de los implicados, es decir médicos, profesores o padres. El diagnóstico, claro está, lo hace el médico pero docentes y psicólogos juegan un papel básico en su sospecha y aportan su valoración", asegura.
El estudio presentado en Málaga cuenta con una beca de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía y forma parte del programa de prevención enmarcado en el Plan Integral de Atención a la Accidentabilidad de Andalucía 2007-2012 dirigido a identificar patrones de riesgo, para poder diseñar y realizar intervenciones efectivas. En él han participado estudiantes de primaria y secundaria de Málaga, Sevilla, Cádiz, Jaén, Huelva, Córdoba, Almería y Granada.
TDAH
Se trata de un trastorno de origen neurobiológico, resultado de la interacción de factores biológicos con otros ambientales. Los menores afectados arrastran dificultades de atención, exceso de actividad y un escaso control de su impulsividad. Todo ello les ocasiona alteraciones a nivel clínico, cognitivo y de conducta. "Hablamos de tres subtipos de TDAH porque hay niños en los que predomina el déficit de atención, en otros es la hiperactividad-impulsividad, y habría un tercer grupo en el que se combinan estas dos sintomatologías", comenta la doctora Lora Espinosa.
Según esta experta, para entender a los estudiantes afectados hay que hablar básicamente de tres carencias: un déficit en la inhibición que les impide frenar el impulso de actuar y se ven incapaces de aplazar una respuesta. "No pueden parar de hacer lo que están haciendo y no pueden evitar distraerse porque no pueden protegerse de las interferencias", comenta. Luego hay un déficit de atención que les impide retener información en la memoria o cambiar su capacidad de atención de un foco de interés a otro. El tercer déficit es lo que los expertos llaman de funcionamiento ejecutivo. Aquí se ven alteradas la automotivación, la planificación, la adaptación de la conducta a una meta, etc. Como dice la responsable del estudio, "el TDAH no es tanto un problema de conocimiento como de saber usar lo aprendido; es un problema, para entendernos, que se localiza en el punto de ejecución".
Todas estas alteraciones se traducen en problemas concretos. En el estudio presentado en este congreso Wonca Europa el 60,2% de los niños diagnosticados de TDAH presentan dificultades para leer siendo diferentes los perfiles lectores según el subtipo de TDAH, el 72% para escribir y el 60% con las matemáticas. El riesgo relativo de tener dificultades con la lectura en el niño con TDAH es ocho veces mayor que en el resto. También son altos los porcentajes de los que no siguen bien las instrucciones en clase (66%), los que no completan los trabajos asignados en el aula (75%) y el de aquellos a los que cuesta organizarse (81%). Los TDAH subtipo hiperactivo-impulsivo y combinado tienen dificultades con sus iguales y alteran la dinámica de la clase hasta en un 82% de los casos.
Accidentes en menores
El estudio coordinado por la doctora Lora Espinosa también ha investigado la frecuencia y características de los accidentes y su relación con el TDAH. El resultado muestra que los niños sufren más accidentes que las niñas. Los más comunes son, por este orden, heridas abiertas, quemaduras, fracturas, traumatismos dentales con rotura o pérdida de piezas, atragantamiento con cuerpo extraño, caída de bicicleta con herida abierta o fractura, atropello, semiahogamiento e intoxicación.
Los autores del estudio observaron que los niños con TDAH tienen dos veces más posibilidades de padecer accidentes que el resto y este riesgo aumenta con el número de accidentes, siendo de 3 a 5 veces mayor el riesgo de tener 3 o más accidentes. "Resulta realmente preocupante que menores con TDAH sin diagnosticar y que aún no han cumplido 14 años tengan ya un historial de hasta cinco fracturas, o siete heridas que hayan precisado sutura o hasta tres hospitalizaciones por accidentes", alerta la doctora Lora Espinosa. El déficit que tienen estos niños para frenar sus impulsos está considerado el mayor predictor temperamental de los accidentes. "Con el tratamiento podemos reducir ese riesgo, pero para eso antes hay que reducir el alto infradiagnóstico".
Medicación
La disponibilidad de tratamientos para mejorar la situación de estos niños no significa que se les esté medicando en exceso. Según la doctora Lora Espinosa, "existe el mito de que hay un sobrediagnóstico y de que se les trata demasiado. En nuestro estudio estaban previamente diagnosticados solo 39 niños y de ellos sólo la mitad, 22, tomaba fármacos. El problema sería quizá en el sentido contrario: hay muchos niños con sintomatología y fracaso escolar que pueden ser minimizados con tratamiento farmacológico, conductual y pedagógico. Es un error pensar que padres, profesores o médicos, influenciados por las farmacéuticas, optamos por el camino más fácil. El TDAH es un trastorno crónico, reconocido por la comunidad científica, que si se detecta y trata a tiempo tiene un pronóstico favorable en más del 70% de los casos".
Por trabajar en el primer nivel asistencial los médicos de familia y pediatras son los profesionales más próximos a las familias y su entorno y también los más cualificados para identificar el trastorno, junto con los profesores. "Hemos observado que éstos últimos detectan en un gran porcentaje de casos el problema conductual o académico del niño, pero luego no avanzan en la búsqueda de la causa. Es necesario comunicarlo a la familia y, sin demora, al equipo de orientación educativa del centro", comenta la principal investigadora del estudio.
La doctora Lora Espinosa también admite que en el manejo del TDAH es clave mejorar la comunicación de los facultativos de primaria con los centros escolares y las unidades de salud mental. "En los centros de salud se puede atender perfectamente a estos pacientes con determinadas excepciones como cuando hay dificultades diagnosticas, la evolución es insatisfactoria o el caso reviste especial gravedad por la presencia de algunos trastornos asociados".
Metodología del estudio
El estudio presentado en el Congreso de Wonca se hizo en dos fases. En la primera los autores obtuvieron el consentimiento informado de padres y profesores de 71 centros escolares de Andalucía, se entregaron cuestionarios con los criterios diagnósticos del Trastorno por déficit de atención con/sin hiperactividad (TDAH) y Trastorno negativista desafiante (TND), rendimiento académico y social de Vanderbilt y cuestionario sobre accidentabilidad. En la segunda fase de entrevistas y exploración individualizadas se invitó a participar a los niños que cumplían criterios para padres, profesores, ambos y aquellos niños que presentaban muy bajo rendimiento académico.