VIH-sida
21.5. VIH-sida
El
sida
,
síndrome de inmunodeficiencia adquirida, es la etapa final de una enfermedad causada por el virus de la
inmunodeficiencia humana (VIH). Este daña el sistema inmunitario y ello hace que la persona tenga un mayor riesgo de
contraer infecciones graves y distintos tipos de cáncer. No todas las personas con VIH desarrollan sida. A pesar de las medidas
de prevención e información, continúan existiendo nuevos casos. Inicialmente, los síntomas pueden ser similares a los de otras
enfermedades y la persona puede pasar mucho tiempo infectada sin saberlo hasta que aparecen síntomas graves o se práctica
un análisis por cualquier otro motivo. El diagnóstico se efectúa mediante prueba rápida en muestras de sangre (punción en
dedo) o secreción bucal, que determina la presencia de anticuerpos frente al VIH (elaborados por el cuerpo en respuesta a la
infección); no obstante, al principio pueden no detectarse porque el sistema inmunitario necesita tiempo para producirlos.
Esta prueba no es útil en menores de
18
meses por el paso de anticuerpos de la madre con VIH al bebé de forma pasiva,
existiendo otras pruebas de laboratorio que detectan el material genético del virus en sangre extraída en vena. En la actualidad
no hay cura ni vacuna para VIH/sida, pero sí hay opciones de tratamiento efectivas que pueden mantener la infección de VIH
bajo control y ayudar a prevenir el sida. Las personas con VIH que reciben tratamiento antirretroviral y han suprimido su carga
vírica no transmiten el virus a su pareja sexual no infectada.
¿Qué puede hacer?
La
prevención
es siempre la mejor opción. Estar
informados
y
evitar
comportamientos o situaciones de riesgo.
O
El VIH se encuentra en sangre, tejidos, órganos y ciertos
fluidos corporales (semen, fluido vaginal, mucosa anal).
Las formas más comunes de trasmisión son:
– Relaciones sexuales con penetración (anal, vaginal u
oral) sin preservativo. Tener múltiples parejas sexuales,
relaciones con trabajador/a sexual o usuarios de drogas
intravenosas. Los hombres que tienen sexo con hombres
y las personas que tienen sexo anal corren más riesgo de
infectarse. También en niños y adolescentes, inicio del
sexo precoz o tener pareja sexual mayor.
– Es más fácil si se tienen infecciones de transmisión
sexual (ITS), como herpes, sífilis, clamidias, gonorrea,
virus del papiloma humano, hepatitis y tricomonas.
– Compartir jeringas, agujas, otro material de inyección
o cualquier instrumento cortante que haya estado en
contacto con sangre infectada.
– Pincharse con una aguja u otro objeto punzante
contaminado por VIH. Este riesgo en trabajadores
sanitarios y socio-sanitarios.
– Transmisión de madre a hijo durante el embarazo, parto
o lactancia.
– Excepcional en
España por
recepción de
órganos
trasplantados
infectados o
hemoderivados,
debido al análisis
riguroso al que son
sometidos los mismos.
O
Para
evitar
contraer la
infección:
–
Practicar sexo seguro.
Utilizar preservativo (masculino/
femenino) de forma correcta cada vez que vaya a tener
relación sexual con penetración con personas infectadas
o de las que desconoce si lo están.
– No compartir
nunca
agujas ni jeringas.
– Realización de tatuajes, acupuntura,
piercing
o
perforación de orejas en lugares
autorizados
y
controlados
sanitariamente.
– Existe
tratamiento
para
prevenir
el VIH. Previo a la
exposición al VIH (personas que no tienen el VIH, pero
que tienen un elevado riesgo de contraerlo) o posterior
a la exposición (personas que con elevada probabilidad
han estado expuestas al VIH). En el primer caso, se
tomará a diario el tratamiento y puede reducir el riesgo
y, en el segundo caso, se administrará dentro de las
72
horas posteriores a la posible exposición.
O
No hay evidencia
de que el VIH se contagie por el
contacto con lágrimas, saliva, sudor, heces, orina,
estornudos, compartir cubiertos o vajilla, toallas, ropa de
cama, manteles, alimentos, objetos de uso común en la
vida escolar, familiar, laboral o social, duchas, piscinas,
lavabos, inodoros, instalaciones deportivas, darse la
mano, abrazarse o besarse con la boca cerrada. Tampoco
por picaduras de mosquitos u otros insectos, animales
domésticos ni por donar sangre.