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Abordar la violencia hacia las mujeres: un imperativo en la atención sanitaria

Abordar la violencia hacia las mujeres: un imperativo en la atención sanitaria

En el Día Mundial contra la Violencia de Género, el Grupo de Trabajo de Atención a la Mujer de la semFYC ha querido hacer destacar la importancia de abordar de manera activa y sistemática la violencia hacia las mujeres en la consulta médica. 

Tiempo de lectura: 3 minutos
Fecha de publicación: 25 de noviembre de 2024

Este fenómeno no solo es un grave problema social, sino también una cuestión de salud pública que afecta a mujeres de todas las edades, clases sociales, etnias y religiones, con consecuencias devastadoras para su bienestar físico, mental y social.

La magnitud del problema
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de una cuarta parte de las mujeres de entre 15 y 49 años han sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja al menos una vez en su vida. Las estadísticas globales reflejan una alarmante prevalencia de violencia de pareja, con cifras que varían según las regiones: en África y Asia Sudoriental, alcanza hasta el 33%, mientras que en Europa y América se reporta entre el 22% y el 25%.

En España, las cifras son igualmente preocupantes. Desde 2003, se han registrado 1.284 muertes de mujeres a manos de sus parejas o exparejas. En lo que va de 2024, ya se han reportado 40 víctimas mortales, además de 8 menores de edad asesinados. La violencia también deja huérfanos: desde 2013, 463 menores han perdido a su madre debido a la violencia machista. Esta situación sigue siendo alarmante, con más de 584.000 órdenes de protección interpuestas desde 2009.

Consecuencias para la salud de las mujeres
Las consecuencias de la violencia hacia las mujeres son profundas y afectan a diferentes niveles:

1.    Salud mental: muchas mujeres víctimas de violencia de género sufren trastornos como el trastorno por estrés postraumático, depresión, ansiedad, y disociación. La violencia puede llevar incluso al suicidio, además de contribuir a la adicción y a la patología dual, donde se combinan trastornos mentales con abuso de sustancias.

2.    Salud física: las lesiones físicas pueden ser mortales o no mortales, pero las consecuencias a largo plazo son igualmente graves. Las mujeres víctimas de violencia son propensas a sufrir dolor crónico, trastornos gastrointestinales, problemas de sueño, y un aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes. Además, se encuentran en mayor riesgo de infecciones y coerción reproductiva, situaciones que ponen en peligro su salud física y emocional.

3.    Salud social: la violencia de género afecta gravemente la vida social y económica de las mujeres. Muchas se ven forzadas a aislarse, perder su empleo o sufrir absentismo laboral. Además, en muchos casos se ven obligadas a cambiar de domicilio para protegerse, lo que agrava aún más su situación de vulnerabilidad.

La necesidad de una atención integral
El reconocimiento temprano de la violencia de género en el entorno sanitario es crucial para romper el ciclo del maltrato. La detección de estas situaciones por parte del personal sanitario es el primer paso para que las mujeres se sientan escuchadas y apoyadas, lo que facilita su proceso de recuperación. Sin embargo, el no reconocimiento de la violencia de género como causa de los problemas de salud puede llevar a una victimización secundaria y a la cronificación de la violencia.

Las necesidades de estas mujeres son multidimensionales, por lo que es esencial que la intervención sanitaria sea integral. No se trata solo de abordar los síntomas físicos, sino también de tratar las secuelas psicológicas y sociales del maltrato. Para ello, es fundamental la implicación activa de todo el personal de salud, desde médicos y enfermeras hasta psicólogos, trabajadores sociales, matronas y fisioterapeutas. Este enfoque integral permitirá ofrecer un apoyo adecuado y garantizar el bienestar de las mujeres víctimas de violencia.

Un modelo de atención integral
El Grupo de Trabajo de Atención a la Mujer de la semFYC aboga por un modelo de atención integral que tenga en cuenta todos los aspectos biológicos, psicológicos y sociales de la violencia hacia las mujeres. Esta intervención debe estar respaldada por protocolos claros y actualizados, como el Protocolo Común para la Actuación Sanitaria ante la Violencia de Género del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, y los Cuadernos para la Salud de las Mujeres del Instituto Andaluz de la Mujer. Dichos documentos proporcionan las herramientas necesarias para que los profesionales sanitarios puedan actuar de forma eficaz ante situaciones de violencia de género.

La sensibilización y formación del personal sanitario son claves para abordar este problema de forma efectiva. Es necesario que se promuevan espacios de reflexión y formación continua en los servicios sanitarios para que todos los profesionales involucrados en la atención de las mujeres sean capaces de identificar, intervenir y ofrecer el apoyo necesario para prevenir y tratar la violencia de género.

Abordar la violencia de género desde la consulta médica es una responsabilidad de todos los profesionales de la salud. No se trata solo de tratar las lesiones visibles, sino de entender el impacto profundo y multidimensional de la violencia en la vida de las mujeres. Es fundamental que el sistema sanitario se convierta en un espacio seguro para ellas, donde puedan encontrar el apoyo y la atención integral que necesitan. Solo así podremos avanzar en la erradicación de la violencia hacia las mujeres y garantizar su derecho a vivir una vida libre de maltrato.

Fuentes:
•    Organización Mundial de la Salud (OMS) - Violence Against Women Fact Sheet
•    Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad - Protocolo Común para la Actuación Sanitaria ante la Violencia de Género, 2012
•    Instituto Andaluz de la Mujer - Cuadernos para la salud de las Mujeres Nº2.