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Emociones sanas en cuerpo sano

Emociones sanas en cuerpo sano

M. cogió su bolsa de deporte y se dirigió a su aula. Un día más, una clase más que ella convierte en única. En su sala reúne alumnos de todas las edades y distintas circunstancias, y con ese grupo heterogéneo... ella se maneja ¡y brilla! De forma mágica llega a todos, anima, exige, refuerza, no permite zona confort, y va logrando ese esfuerzo individual, el de cada uno, personalizando dentro de una clase grupal. Le apasiona su trabajo, imposible ocultarlo, y al final de sus clases siempre se oyen los mismos murmullos (” ¡qué bien me siento!”, “¡a mí me ayuda a tranquilizar la cabeza!”, “¡es mi momento y me olvido de todo!”,” he mejorado físicamente, pero sobre todo mi ánimo”) …

M. consigue que la gente se sienta bien emocionalmente, aunque no sea ese su objetivo... ¿o quizá sí?

Ella es emoción a través del ejercicio.

Fecha de publicación: 14 de octubre de 2024

La influencia de la actividad deportiva sobre la salud física y mental es perfectamente conocida, existiendo una relación positiva entre ejercicio y menor riesgo de padecer algunas enfermedades; pero también es demostrado que mejora las capacidades cognitivas, estado de ánimo, habilidades sociales y resiliencia, repercutiendo en el bienestar psicosocial.

La OMS, en 2001, destacó la importancia a la actividad física y deporte en la mayoría de los países como promotores de la salud, la longevidad y la calidad de vida; y planteó como objetivo incentivar su práctica de forma moderada o regular. A nivel fisiológico, el ejercicio mejora el funcionamiento del sistema cardiovascular, respiratorio, digestivo y endocrino, fortalece el sistema osteomuscular, disminuye niveles séricos de colesterol, triglicéridos, glucosa, … Pero, también ayuda a adoptar hábitos saludables, genera efecto tranquilizante y antidepresivo, regula los ciclos de sueño, disminuye la percepción de riesgo de enfermar, aumenta la autoestima, facilita la socialización; puede convertirse en factor protector de trastornos de personalidad, estrés laboral o académico, ansiedad social, e incluso disminuir el impacto del estrés postraumático. La actividad física favorece el desarrollo personal y social independientemente de su utilidad en rehabilitación o prevención de enfermedades, siendo importante tanto a nivel terapéutico como preventivo. (1)

Las investigaciones realizadas en los últimos años demuestran el comportamiento del músculo como órgano endocrino sintetizador de miocinas en respuesta a las contracciones musculares determinadas por un ejercicio continuado en el tiempo; estas citocinas liberadas a la sangre tienen influencia en el metabolismo de órganos como cerebro, páncreas, intestino, hígado, tejido adiposo, hueso, sistema cardiovascular, incluso con efecto positivo sobre algunos tipos de tumores (2). A nivel de hipocampo, además de neuroprotección, pueden mediar funciones neurológicas como el desarrollo cognitivo, el estado de ánimo, la capacidad de aprendizaje y memoria (3). Todos estos resultados plantean “muchas posibilidades” en cuanto a individualizar programas de entrenamiento y ejercicio físico para la salud.

Así mismo, el simple hecho de hacer ejercicio sin relación con la intensidad con que se realiza produce liberación de endorfinas que actúan directamente sobre el cerebro determinando sensación de bienestar y relajación inmediata; inhiben fibras nerviosas que transmiten el dolor, generando analgesia y sedación. Por otro lado, favorece la liberación de neurotransmisores como la serotonina y dopamina, íntimamente relacionados con las emociones: la dopamina es el neurotransmisor del placer, se asocia con la sensación de relajación, y tiene efecto antidepresivo; la serotonina (“hormona de la felicidad”) actúa en el sistema nervioso central aumentando los niveles de bienestar, provoca estados de euforia, y es posible que disminuya la irritabilidad, el estrés y ansiedad. (4)

Los beneficios del ejercicio son potencialmente visibles en cualquier etapa de la vida:

  • En las personas mayores permite una mejora de su calidad de vida. El ejercicio ayuda a los ancianos a mantener su autonomía e independencia, a estar más activos reduciendo así el riesgo de caídas, además de favorecer su salud mental y los contactos sociales; incluso diferentes investigaciones han mostrado que está inversamente asociado con el deterioro mental sugiriendo que las personas que han realizado ejercicio habitual tendrán menos riesgo de deterioro cognitivo en la vejez. La práctica de actividad física regular puede ser un hábito agradable que distrae la mente del anciano de pensamientos o acontecimientos negativos que conducen a estados de ánimo depresivos. (5)
     
  • En jóvenes y adolescentes, practicar deporte conlleva un mejor desarrollo en aspectos como la inteligencia emocional y el control de las emociones; así como un incremento de habilidades intra e interpersonales (autoconciencia emocional, empatía, automotivación, habilidades sociales, …). El ejercicio físico es un desencadenante de emociones positivas originadas por el continuo contacto con los compañeros, facilita el sentimiento de bienestar psicológico y contribuye a la recuperación de estados emocionales negativos, proporcionando capacidad para afrontar las adversidades académicas y los problemas de forma sencilla. (6)
     
  • En mujeres en edad de menopausia, donde la pérdida de estrógenos se relaciona con peor estado de ánimo y calidad de vida, el ejercicio aeróbico regular presenta beneficios al disminuir tensión, depresión y ansiedad.(7) Las mujeres con edades comprendidas entre 45 y 54 años manifiestan un mayor nivel de ansiedad que parece tener relación con esos cambios fisiológicos naturales (menopausia) y otras actividades (cambio de actividad física o sedentarismo); mientras que en edades más jóvenes reconocen menores niveles de ansiedad, siendo el ejercicio un posible factor protector.(8)


La práctica de deporte requiere decisión y voluntad, intención de cumplir metas y plantearse objetivos, adaptarse a distintos ambientes y cambios. Por tanto, resulta lógico pensar que las personas activas tendrán mejor regulación emocional, mayores habilidades intrapersonales y, en definitiva, mejores mecanismos de afrontamiento a las dificultades, e incluso mayores niveles de inteligencia emocional puesto que las oportunidades sociales que ofrece también pueden actuar como motivador. (9)

El deporte es una forma de relajación, de enfrentarse a retos, una oportunidad de trabajar en equipo, o una competición con uno mismo. Muchas de sus herramientas son comunes a la inteligencia emocional, y tienen la característica de ser útiles en su aplicación para la vida diaria. Aquellas personas que hacen ejercicio habitualmente muestran mayor capacidad para definir, distinguir y describir las emociones, así como para modificar las más desagradables en favor de las más positivas. (10)

La prescripción de ejercicio no debería dirigirse solo a la mejora de objetivos en el manejo terapéutico de algunos trastornos psicológicos o condiciones médicas, sino que debe plantearse también como promotor de emociones positivas en la población general sana, con posible repercusión en la reducción de conductas de enfermedad (quejas somáticas, consumo de fármacos, bajas laborales, …) y en el incremento de indicadores de salud (optimismo, autoestima, funcionamiento laboral, …). (11)

La actividad física debe ser recomendación imprescindible en el propósito de conseguir una buena salud emocional, valorando sus beneficios tanto a nivel social como a nivel neurofisiológico y biológico. (12)


M. Jesús Fernández Lerones

GdT Salud Basada en las Emociones SemFyC


Bibliografía

(1) Granados, S. H. B., & Cuéllar, Á. M. U. (2018). Influencia del deporte y la actividad física en el estado de salud físico y mental: una revisión bibliográfica. Katharsis: Revista de Ciencias Sociales, (25), 141-160. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6369972

(2)León-Ariza, H. H., Mendoza-Navarrete, M. P., Maldonado-Arango, M. I., & Botero-Rosas, D. A. (2018). Miocinas y regulación metabólica, una revisión sistemática. Apunts Sports Medicine, 53(200), 155-162.

(3)Vargas-Pacheco, A., & Correa-López, L. E. (2022). El ejercicio como protagonista en la plasticidad muscular y en el músculo como un órgano endocrino: Implicaciones en las enfermedades crónicas. Revista de la Facultad de Medicina Humana,22(1), 181-192. http://dx.doi.org/10.25176/rfmh.v22i1.4129.

(4) Salud N. Regula tu estado emocional con un potente fármaco: “La actividad física” [Internet]. Norte Salud Nutrición. 2016. Disponible en: https://nortesalud.com/regula-tu-estado-emocional-con-un-potente-farmaco-la-actividad-fisica/

Actividad física en la tercera edad: Análisis de sus relaciones con la inteligencia emocional percibida y los estilos de respuesta a la depresión. Ansiedad y estrés, 12. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2244270

(6) Puertas-Molero, Pilar; González-Valero, Gabriel; Sánchez-Zafra, María. (2017). Influencia de la práctica físico-deportiva sobre la Inteligencia Emocional de los estudiantes: Una revisión sistemática. ESHPA - Education, Sport, Health and Physical Activity. 1(1): 10-24. doi: http://hdl.handle.net/10481/48957

(7) GIL, María Concepción Robles, et al. Efectos de un programa de ejercicio aeróbico sobre el estado de ánimo de mujeres menopáusicas. Kronos: revista universitaria de la actividad física y el deporte, 2008, vol. 7, no 14, p. 55-58.

(8) Olmedilla Zafra, A.; Ortega Toro, E. y Madrid Garrido, J. (2008). Variables sociodemográficas, ejercicio físico, ansiedad y depresión en mujeres: un estudio correlacional. Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte vol. 8 (31) pp. 224-243
Disponible en: http://cdeporte.rediris.es/revista/revista31/artansiedad92.htm

(9) Ozcorta, Eduardo José Fernández; Torres, Bartolomé Jesús Almagro; Buñuel, Pedro Sáenz-López. Inteligencia emocional percibida y el bienestar psicológico de estudiantes universitarios en función del nivel de actividad física. Cultura, ciencia y deporte, 2015, vol. 10, no 28, p. 31-39. Disponible en: https://www.redalyc.org/pdf/1630/163036903007.pdf

(10) Antúnez-Vílchez JM, Navarro-Humanes JF, Adan-Puig A. Influencia del ejercicio físico en la inteligencia emocional percibida. 2014. Disponible en: https://riuma.uma.es/xmlui/handle/10630/8277?show=full

(11) Jiménez, Manuel G., et al. Bienestar psicológico y hábitos saludables: ¿están asociados a la práctica de ejercicio físico?. International journal of clinical and health psychology, 2008, vol. 8, no 1, p. 185-202.
Disponible en: https://www.redalyc.org/pdf/337/33780113.pdf

(12) Semfyc.es. Cuídate cuidando tu salud emocional: 10 recomendaciones para potenciarla [Internet]. Fecha de publicación: 19 October 2023.Disponible en: https://www.semfyc.es/actualidad/cuidate-cuidando-tu-salud-emocional-10-recomendaciones-para-potenciarla