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"En las facultades se enseñan prácticamente el resto de las especialidades en profundidad pero no se habla apenas de la MFyC", entrevistamos a Pablo Martín García, el MIR con nota más alta que ha elegido Medicina de Familia y Comunitaria este 2016

Fecha de publicación: 15 de mayo de 2016

En primer lugar, desde la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, queríamos felicitarte por tu buen resultado en las pruebas MIR. En general, ¿esperabas obtener un buen resultado como éste o ha sido una buena noticia que ha llegado de forma inesperada?


Muchas gracias. La verdad que con los resultados que iban saliendo en las pruebas de examen que hacíamos cada semana parecía que el resultado iba a ser bueno, pero no esperaba que fuera tan bueno ni muchísimo menos. Sin duda, para mí ha sido una sorpresa.


A grandes rasgos, ¿Cómo describirías la preparación del MIR?


Es una carrera de fondo, una maratón en la que muchos factores, además del estudio, cuentan e influyen de un modo importante: la gente que te apoya en esos meses y sale a tomarse algo contigo por la tarde para descansar, la motivación que tengas con lo que viene después y que te permite mirar más allá del estudio…


Son meses en los que pasa de todo en tu mundo interior aunque exteriormente, por desgracia, no pasen grandes cosas. A veces no te da tiempo a acabar el temario y hay muchos días en que no sales de casa… Te planteas el porqué de estos meses de estudio más de una vez. Pero si eres capaz de relativizar toda esa tormenta de incertidumbres y miedos y te centras en lo que toca, al final todas esas dudas existenciales acaban por resolverse prácticamente solas y todo cobra sentido.


Son meses difíciles a priori pero se pueden hacer bastante llevaderos (aunque tampoco los mejores de tu vida) si sabes cómo enfocarlos y en quién apoyarte.



¿Hay algún consejo que crees que podrías dar a los futuros aspirantes?


Obviamente las horas y la calidad del estudio son muy importantes pero hay que saber controlarse. Bajo mi punto de vista la preparación del MIR se cimienta en otros aspectos, el más importante, una “higiene mental” adecuada. Con esto me refiero a dormir bien, no pensar demasiado en situaciones hipotéticas del futuro sin que nunca pasen, saber dejar de estudiar cuando toca y saber cerrar el libro y salir a la calle a despejarte. También, el poder tener la suerte de tener esos meses una vida personal más o menos estable sin grandes cambios ni novedades (sobre todo si son negativas). Sin esa base de cimientos sólidos por mucho que construyas con el estudio el edificio del MIR se tambaleará.


También en tantos meses hay momentos de euforia y momentos de bajón. Asignaturas que te encantan y otras que se te dan fatal. Por eso creo que hace falta mantener una “homeostasis” en la que los momentos lúdicos, las motivaciones fuera del mundo médico y las personas que te acompañan sean capaces de ayudarte a regular esa montaña rusa de situaciones y emociones. Por último pero no menos importante está el control del estrés. Es verdad que yo quería hacer MFyC y eso me aportaba la tranquilidad de poder sacar un MIR no muy bueno, pero sé que ha sido uno de los puntos clave en la puntuación final.


Entrando ya más en el terreno de la Medicina Familiar y Comunitaria, ¿Por qué has elegido la especialidad?


La verdad que no tuve clara la especialidad hasta el último año de carrera. En las facultades se enseñan prácticamente el resto de las especialidades en profundidad pero no se habla apenas de la MFyC ni de la Medicina Paliativa entre otras.


La idea me surgió cuando me di cuenta de que el Centro de Salud, la comunidad y el domicilio del paciente eran lugares en los que la relación paciente-profesional sanitario podía gozar de una intimidad, confianza y seguimiento mucho mayor. Vi que el conocimiento del paciente, su entorno y su familia permitían al profesional no sólo abordar la patología con más conocimientos de lo que pueda haberla causado sino abordar a la persona en todos sus aspectos de un modo integral y con diversos profesionales (enfermer@s, trabajador@s sociales, médic@s, administrativ@s, psicólog@s, fisioterapeutas…).


También me llevó a elegir la MFyC la importancia (o la que debería tener) de la Atención Primaria en la sanidad española. Una buena Atención Primaria podría ayudar a reducir pruebas diagnósticas de elevado coste, consultas con especialistas e incluso procedimientos invasivos con sus posibles complicaciones.


El ser “mi médico” de un paciente, la persona de referencia con quien cultivar una relación profesional pero a la vez humana.


¿Crees que es una elección más vocacional que otras?


No lo creo. Es cierto que hay otras especialidades que pueden aportar otras ventajas que la MFyC no tiene y que pueden ser atractivas, pero no creo que sea más vocacional que otras. La vocación es a lo que uno se siente llamado, y según su historia podrá sentirse llamado a trabajar en Atención Primaria y otro en un quirófano.


¿En algún momento has tenido dudas respecto a la especialidad que ibas a escoger o ya habías tomado la decisión desde el principio?


Nunca supe realmente qué especialidad escoger hasta 6º. Antes tuve dudas con la Obstetricia y Ginecología, con la Medicina Interna, incluso con la Microbiología, pero desde que conocí de verdad la Familiar y Comunitaria no he vuelto a tener dudas al respecto.


¿La localización donde poder hacer la Residencia ha sido un factor que considerarías determinante?


No creo que sea un factor determinante. Allá donde haya grandes profesionales sanitarios, con buenos conocimientos de Medicina y comprometidos con sus pacientes como personas y con sus residentes seguro que aprenderemos a ser excelentes profesionales y personas.



Finalmente, suponemos que tras haber hecho y superado el MIR puedes ver tu futuro profesional de forma distinta ya que ahora se te abren muchos escenarios, en ese sentido, ¿cuáles crees que serán los cambios más importantes en el Sistema Nacional de Salud que afecten a la Medicina de Familia y Comunitaria en los próximos años?


Parece que en estos últimos años la tendencia es a aportar algo más de peso a la Atención Primaria. Aunque sea muy poquito a poco creo que es lo más coherente y eficiente tanto para el SNS como para los pacientes y los profesionales sanitarios. Debemos seguir empoderando a los Centros de Salud con medios para poder desarrollar una Atención Primaria de calidad y resolver la mayoría de los problemas gracias a profesionales bien formados en esta especialidad con la ayuda de ecógrafos, quirófanos, posibilidad de hacer controles del embarazo, presencia de trabajador@s sociales en los CS, etc.


Me gustaría trabajar para implementar las actividades que pretenden mejorar la salud de las poblaciones con intervenciones comunitarias, uno de los ámbitos clave y no muy desarrollados. Comienzo la residencia con muchas ganas de poder aportar mi granito de arena en este cambio tan necesario para llevar al SNS a cubrir las necesidades de SALUD (que no sólo médicas) de TOD@S de un modo más eficaz, eficiente y humano.


Quisiera añandir también una reflexión acerca de la necesidad de trabajar en las facultades de carreras sanitarias ciertos temas con los alumnos de un modo mucho más enérgico como son la humanización de la salud, la bioética (pero de un modo práctico y no tan teórico) y el conocimiento de la MFyC y sus posibles vertientes.


Creo que todos los profesionales sanitarios deberíamos tener como parte de la formación alguna experiencia de meses de duración en algún ámbito que nos haga trabajar la empatía, la eliminación de prejuicios, la solidaridad, el servicio… Como podrían ser experiencias de cooperación, voluntariados en centros de personas con discapacidad o de personas con VIH avanzado, centros de drogodependientes…


Creo que pueden aportar una formación clave y esencial a estos futuros profesionales para el trabajo en hospitales, CS o comunidades.