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Haciendo que la acción global sea efectiva
Fecha de publicación: 21 de septiembre de 2018
Durante mi carrera he desempeñado diversos puestos de responsabilidad y liderazgo – incluyendo el hecho de ser directora y propietaria de un Centro de Salud entre 1984 y 2001, coordinar una formación médica durante 4 años (entre 2004-2008), trabajar como Adjunta de Administrativa en el Real Colegio de Médicos de Familia entre 2009-2015, y presidir la WONCA entre 2016 y 2018. El rango de estas posiciones se mueve desde el nivel más micro a la posición de responsabilidad más macro, y es por eso que “la cadena de mando” es mucho menor como más se sube, y las herramientas de trabajo se vuelven más complejas a medida que esta escala de responsabilidad aumenta.
De hecho, la WONCA es una red de organizaciones, cada una de ellas autónoma, que escoge de forma libre si quieren unirse o no a la WONCA, de manera que la figura del Presidente o de la Presidenta es, de hecho, meramente representativa y tiene una función más bien simbólica que puede ayudar a animar en el sentido de dirigir y transmitir experiencia pero no puede reclamar, mandar ni obligar a que haya un cambio específico concreto.
El tema sobre cómo conseguir un amplio consenso para garantizar que una acción se cumpla, en caso de ser necesaria, es ante todo una cuestión compleja en una organización como WONCA. Esta complejidad se ha visto reflejada en el momento en que las Naciones Unidas han tenido que tomar pasos efectivos en las crisis del Yemen y Siria y, también, más recientemente, en nuestra experiencia compartida en el proceso de la Organización Mundial de la Salud hacia los actos de celebración del 40 Aniversario de la Declaración de Alma Ata. En ese sentido, acordamos hacer una Declaración global para instar a que los acuerdos se implementasen a nivel de los países, y para lograr este texto, hubo una ronda de consultas muy amplia, un desarrollo de argumentario de soporte y una “invitación individualizada” a participar en el encuentro de Astana, con la clara intención de involucrar a los diversos actores internacionales necesarios. Estos actores imprescindibles son, evidentemente, los Estados miembro, las organizaciones no-Estatales registradas (NSAs, como por ejemplo la propia WONCA), las organizaciones de la sociedad civil, los contribuyentes y algunos expertos “elegidos”. La tercera versión de la Declaración en este momento se encuentra en el proceso de ser refrendada en los diversos países que han participado, y muchos de los preparativos se están desarrollando de forma intensa. Otro de los grandes retos es el de juntar todos estos elementos juntos y garantizar que todos y todas nos sintamos copropietarios y copropietaras de la iniciativa.
La mayoría de los asistentes que vendrán en el encuentro de Astana tienen que cargar con los gastos de trayecto y alojamiento con sus propios recursos, así que existe un riesgo importante de que ciertos colectivos y grupos queden excluidos del encuentro y que, por otro lado, esta misma situación beneficie a otros. Todo esto, claro está, a menos que este proceso no se dirija de forma correcta. Algunas de las plazas libres se han designado para aquellas personas que han sido consideradas como prioritarias – por ejemplo, aquellas plazas que vienen de países con menos recursos (low and miffle income countries, LMICs), o los médicos más jóvenes.
La WONCA es consciente de que es muy necesario garantizar que la voz de la Medicina de Familia es escuchada en el debate sobre cómo fortalecer la Atención Primaria para llegar a una cobertura universal de salud como objetivo global absolutamente prioritario, y... ¡nos han invitado! Así que nos hemos puesto de acuerdo para aprovechar esta ocasión y financiar la asistencia de cinco representantes – lo que representa un compromiso presupuestario importante, y cuyos resultados evaluaremos más adelante.
De la misma forma que la WONCA depende de todas sus diversas partes para cumplir con los términos fijados y prepararnos para el Congreso de la WONCA de Seúl, la Organización Mundial de la Salud ha tenido que ordenar las diversas aportaciones de múltiples colaboradores en su versión final de la Declaración. WONCA ha podido añadir sus comentarios en un buen número de documentos, pero estos nos han llegado a menudo con muy poco tiempo para gestionarlos, y, por otro lado, no tenemos garantías de que nuestras sugerencias se lleguen a tomar en consideración. La carga de trabajo que soportan todos aquellos que se encuentran en el núcleo de esta situación ha representado un reto muy grande, pero también lo ha sido para aquellos que se han intentado unir desde fuera a este proceso. A pesar de todo, la gran cuestión no es la implicación presente, si no lo que sucederá tras la conmemoración de los 40 años, mientras vamos entrando en la nueva década.
La intención hecha pública es que haya una fase de implementación, en la que los estados miembro y otras organizaciones serán consultadas para que se comprometan de forma específica a poner en práctica la “promesa” de Astana. Como NSA (National Speakers Association), debemos renovar nuestro programa de trabajo con la Organización Mundial de la Salud de una forma regular, y esto puede que permita a la Organización Mundial de la Salud tenernos en cuenta para nuestra implicación – siempre y cuando los estados miembro estén de acuerdo. La financiación proveniente de la Organización Mundial de la Salud puede, sin duda, ser utilizada como una palanca para cambiar ciertas cosas, pero el tipo de reformas necesarias para conseguir la universalidad no acostumbran a despertar el interés de la OMS a la hora de financiarlas – un buen ejemplo de ello es la crisis del Ébola y la dependencia que suele tener la OMS con respecto a la complejidad de ciertos caminos a tomar (incluyendo la disponibilidad de los contribuyentes y sus expectativas).
De forma que la probabilidad de llegar a acciones concretas se mantendrá siempre y cuando los estados miembro se pongan finalmente de acuerdo en el análisis global de lo que es necesario y el por qué; en realidad, es posible aprovechar recursos para realizar los cambios necesarios, incluida una mejor capacitación del personal sanitario y una mejor inversión en el sector de la Atención Primaria: siempre y cuando las condiciones políticas y económicas se mantengan suficientemente estables para permitir cambios progresivos.
En ese sentido, mi conclusión es que la acción global solo puede ser realmente efectiva si los compañeros y compañeras que constituyen las bases de esta declaración se ponen de acuerdo en el conjunto de las prioridades, y se ponen en una posición de trabajar hacia un cambio compartido. Esto es verdad por parte de la Organización Mundial de la Salud y es también verdad para nosotros. WONCA intenta utilizar todos los recursos económicos que recibe de las organizaciones miembro mediante sus cuotas y otras fuentes para facilitar que se comparta el conocimiento, así como que se realicen comunicaciones efectivas – tanto internamente entre miembros como externamente hacia otros. Nosotros confiamos en cada organización miembro – efectivamente, tenemos plena confianza en cada uno de vosotros – para que continúe poniendo su esfuerzo en los cambios necesarios para nuestros pacientes para que la gente consiga la asistencia sanitaria que se merecen. Creando un momentum entorno a un conjunto de ideas, formalizar una Declaración y compartirla en un encuentro o congreso para explorarla y lanzarla, es una forma comuna de trabajo – ved por ejemplo la Declaración de Delhi que fue publicada por parte del Grupo de Trabajo en Medicina Rural tras su encuentro a principios de este año. Pero una declaración como esta será juzgada realmente por lo sus efectos posteriores.
Así que estamos esperando con mucha ilusión, tanto nuestro encuentro en Seúl como el de Astana. Nosotros también debemos hacer nuestra propia Declaración WONCA en Seúl, y llevar a cabo los compromisos que alcancemos en nuestro próximo bienio, y con la vista puesta en Astana.
Estoy segura de que la nueva Ejecutiva de WONCA presidida por el Doctor Li continuará sirviendo a la misión de la WONCA de la mejor manera de la que serán capaces. Esperemos que todas las organizaciones miembro se sientan parte de este esfuerzo compartido, y que pongan en común sus puntos de vista y acciones para lograr nuestro objetivo – “para mejorar la calidad de la vida de los pueblos del mundo… mediante la promoción de altos estándares de la asistencia en la Medicina de Familia”.
Muchas gracias a todos y a todas,
Amanda Howe
Presidenta de WONCA
De hecho, la WONCA es una red de organizaciones, cada una de ellas autónoma, que escoge de forma libre si quieren unirse o no a la WONCA, de manera que la figura del Presidente o de la Presidenta es, de hecho, meramente representativa y tiene una función más bien simbólica que puede ayudar a animar en el sentido de dirigir y transmitir experiencia pero no puede reclamar, mandar ni obligar a que haya un cambio específico concreto.
El tema sobre cómo conseguir un amplio consenso para garantizar que una acción se cumpla, en caso de ser necesaria, es ante todo una cuestión compleja en una organización como WONCA. Esta complejidad se ha visto reflejada en el momento en que las Naciones Unidas han tenido que tomar pasos efectivos en las crisis del Yemen y Siria y, también, más recientemente, en nuestra experiencia compartida en el proceso de la Organización Mundial de la Salud hacia los actos de celebración del 40 Aniversario de la Declaración de Alma Ata. En ese sentido, acordamos hacer una Declaración global para instar a que los acuerdos se implementasen a nivel de los países, y para lograr este texto, hubo una ronda de consultas muy amplia, un desarrollo de argumentario de soporte y una “invitación individualizada” a participar en el encuentro de Astana, con la clara intención de involucrar a los diversos actores internacionales necesarios. Estos actores imprescindibles son, evidentemente, los Estados miembro, las organizaciones no-Estatales registradas (NSAs, como por ejemplo la propia WONCA), las organizaciones de la sociedad civil, los contribuyentes y algunos expertos “elegidos”. La tercera versión de la Declaración en este momento se encuentra en el proceso de ser refrendada en los diversos países que han participado, y muchos de los preparativos se están desarrollando de forma intensa. Otro de los grandes retos es el de juntar todos estos elementos juntos y garantizar que todos y todas nos sintamos copropietarios y copropietaras de la iniciativa.
La mayoría de los asistentes que vendrán en el encuentro de Astana tienen que cargar con los gastos de trayecto y alojamiento con sus propios recursos, así que existe un riesgo importante de que ciertos colectivos y grupos queden excluidos del encuentro y que, por otro lado, esta misma situación beneficie a otros. Todo esto, claro está, a menos que este proceso no se dirija de forma correcta. Algunas de las plazas libres se han designado para aquellas personas que han sido consideradas como prioritarias – por ejemplo, aquellas plazas que vienen de países con menos recursos (low and miffle income countries, LMICs), o los médicos más jóvenes.
La WONCA es consciente de que es muy necesario garantizar que la voz de la Medicina de Familia es escuchada en el debate sobre cómo fortalecer la Atención Primaria para llegar a una cobertura universal de salud como objetivo global absolutamente prioritario, y... ¡nos han invitado! Así que nos hemos puesto de acuerdo para aprovechar esta ocasión y financiar la asistencia de cinco representantes – lo que representa un compromiso presupuestario importante, y cuyos resultados evaluaremos más adelante.
De la misma forma que la WONCA depende de todas sus diversas partes para cumplir con los términos fijados y prepararnos para el Congreso de la WONCA de Seúl, la Organización Mundial de la Salud ha tenido que ordenar las diversas aportaciones de múltiples colaboradores en su versión final de la Declaración. WONCA ha podido añadir sus comentarios en un buen número de documentos, pero estos nos han llegado a menudo con muy poco tiempo para gestionarlos, y, por otro lado, no tenemos garantías de que nuestras sugerencias se lleguen a tomar en consideración. La carga de trabajo que soportan todos aquellos que se encuentran en el núcleo de esta situación ha representado un reto muy grande, pero también lo ha sido para aquellos que se han intentado unir desde fuera a este proceso. A pesar de todo, la gran cuestión no es la implicación presente, si no lo que sucederá tras la conmemoración de los 40 años, mientras vamos entrando en la nueva década.
La intención hecha pública es que haya una fase de implementación, en la que los estados miembro y otras organizaciones serán consultadas para que se comprometan de forma específica a poner en práctica la “promesa” de Astana. Como NSA (National Speakers Association), debemos renovar nuestro programa de trabajo con la Organización Mundial de la Salud de una forma regular, y esto puede que permita a la Organización Mundial de la Salud tenernos en cuenta para nuestra implicación – siempre y cuando los estados miembro estén de acuerdo. La financiación proveniente de la Organización Mundial de la Salud puede, sin duda, ser utilizada como una palanca para cambiar ciertas cosas, pero el tipo de reformas necesarias para conseguir la universalidad no acostumbran a despertar el interés de la OMS a la hora de financiarlas – un buen ejemplo de ello es la crisis del Ébola y la dependencia que suele tener la OMS con respecto a la complejidad de ciertos caminos a tomar (incluyendo la disponibilidad de los contribuyentes y sus expectativas).
De forma que la probabilidad de llegar a acciones concretas se mantendrá siempre y cuando los estados miembro se pongan finalmente de acuerdo en el análisis global de lo que es necesario y el por qué; en realidad, es posible aprovechar recursos para realizar los cambios necesarios, incluida una mejor capacitación del personal sanitario y una mejor inversión en el sector de la Atención Primaria: siempre y cuando las condiciones políticas y económicas se mantengan suficientemente estables para permitir cambios progresivos.
En ese sentido, mi conclusión es que la acción global solo puede ser realmente efectiva si los compañeros y compañeras que constituyen las bases de esta declaración se ponen de acuerdo en el conjunto de las prioridades, y se ponen en una posición de trabajar hacia un cambio compartido. Esto es verdad por parte de la Organización Mundial de la Salud y es también verdad para nosotros. WONCA intenta utilizar todos los recursos económicos que recibe de las organizaciones miembro mediante sus cuotas y otras fuentes para facilitar que se comparta el conocimiento, así como que se realicen comunicaciones efectivas – tanto internamente entre miembros como externamente hacia otros. Nosotros confiamos en cada organización miembro – efectivamente, tenemos plena confianza en cada uno de vosotros – para que continúe poniendo su esfuerzo en los cambios necesarios para nuestros pacientes para que la gente consiga la asistencia sanitaria que se merecen. Creando un momentum entorno a un conjunto de ideas, formalizar una Declaración y compartirla en un encuentro o congreso para explorarla y lanzarla, es una forma comuna de trabajo – ved por ejemplo la Declaración de Delhi que fue publicada por parte del Grupo de Trabajo en Medicina Rural tras su encuentro a principios de este año. Pero una declaración como esta será juzgada realmente por lo sus efectos posteriores.
Así que estamos esperando con mucha ilusión, tanto nuestro encuentro en Seúl como el de Astana. Nosotros también debemos hacer nuestra propia Declaración WONCA en Seúl, y llevar a cabo los compromisos que alcancemos en nuestro próximo bienio, y con la vista puesta en Astana.
Estoy segura de que la nueva Ejecutiva de WONCA presidida por el Doctor Li continuará sirviendo a la misión de la WONCA de la mejor manera de la que serán capaces. Esperemos que todas las organizaciones miembro se sientan parte de este esfuerzo compartido, y que pongan en común sus puntos de vista y acciones para lograr nuestro objetivo – “para mejorar la calidad de la vida de los pueblos del mundo… mediante la promoción de altos estándares de la asistencia en la Medicina de Familia”.
Muchas gracias a todos y a todas,
Amanda Howe
Presidenta de WONCA