La semFYC pide que la nueva regulación del tabaco calentado se extienda a todas formas de consumo de tabaco
La normativa aprobada en el Consejo de Ministros sigue una Directiva europea que se tendría que haber aplicado en junio de 2023. El consumo de cigarrillos electrónicos está más extendido en los jóvenes, con el consiguiente riesgo para su salud
La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) a través de su Grupo de trabajo Abordaje al Tabaquismo celebra que el Ministerio de Sanidad haya aprobado la modificación del Real Decreto que regula la fabricación, presentación y comercialización de los productos del tabaco y relacionados, así como la prohibición de que contenga aromas, ya que implica conseguir una equiparación del tabaco calentado con el cigarrillo tradicional, pero considera que, además de llegar tarde, la medida se queda corta y es necesario que se aplique también a los cigarrillos electrónicos (vapeo) y desechables.
En este sentido, desde el Grupo de trabajo Abordaje al Tabaquismo de la semFYC se insta a avanzar hacia la equiparación integral de todas las formas de consumo lo que pasa por aumentar impuestos, estandarizar diseños y aromas, incluir advertencias sanitarias, prohibir su consumo en lugares de ocio y su publicidad en internet.
Trasposición de una Directiva europea
El cambio normativo responde a la trasposición de la Directiva Delegada, de 9 de junio, que modifica la Directiva 2014/40/UE en lo que respecta a la retirada de determinadas excepciones aplicables a los productos de tabaco calentado, con el objetivo de equipararlo a los cigarrillos convencionales.
Desde la semFYC se aplaude la iniciativa ya que modifica la puesta en marcha de esta nueva legislación, que era mucho más suave que la aplicada al tabaco convencional. Esta regulación afectará especialmente a las imágenes y mensajes del empaquetado, que partir de ahora avisarán de los efectos dañinos de ambos tipos de tabaco por igual. “El objetivo de la nueva ley es acabar con la percepción de que el tabaco calentado es menos dañino para la salud de las personas, cuando no es cierto” explica el coordinador del grupo de trabajo de Abordaje al Tabaquismo de la semFYC, Vidal Barchilón.
El tabaco calentado es un producto generalmente usado por adultos, y lo único que hace esta directiva es alinear la normativa a los productos de tabaco tradicional, con lo que es normal que tengan las mismas advertencias sanitarias. “Pero no incluye al cigarrillo electrónico y vapers, cuyo uso está más extendido en los menores y más jóvenes, con el consiguiente riesgo para la salud de los más jóvenes. Consideramos que es necesario que se haga extensiva también a esta forma de consumo”, añade Barchilón.
Exposición al tabaco
La semFYC, como sociedad científica impulsora de la lucha contra el tabaquismo, convoca anualmente desde hace 24 años la principal iniciativa nacional dirigida a incentivar el abandono del consumo de tabaco: la Semana sin Humo. Según los datos de la encuesta anual sobre tabaquismo, presentados en el último encuentro de la organización, cada vez existe una mayor concienciación sobre el perjuicio del tabaco y apoyo para su restricción de su consumo en lugares públicos (el 84,9% de los no fumadores y el 71,2% de los exfumadores). Del mismo modo, más del 90% de los encuestados está a favor de ampliar los espacios libres de humo, dato que supera el 85,6% de la anterior edición de la Semana Sin Humo.
Igualmente, el grado de exposición al Humo Ambiental (HAT) sigue siendo elevado en España, como demuestra que el 84,7% de los encuestados manifiesta estar expuesto al humo ambiental de tabaco en diferentes situaciones de su vida diaria como en terrazas (74,4%), actividades lúdicas al aire libre (45,8%), cuando esperan en la parada del autobús (34,3%), en la cola para acceder a algún local (36,7%), en los alrededores de centros educativos (13,6%) y en los coches (7%).
Si consideramos la exposición al HAT por grupos de edad, llama la atención que son los jóvenes de entre 19 a 34 años los que manifiestan mayor exposición (93,2%). Mayoritariamente en terrazas de restauración (85,2%) y otras actividades lúdicas al aire libre (62%). Además, el 22,4% de los adolescentes (entre 14 y 18 años) encuestados se exponen al HAT en los accesos a los centros educativos y el 11,2% en los coches.
Podemos destacar por tanto que los jóvenes, y especialmente los adolescentes, constituyen un grupo vulnerable por el daño que supone para su salud la exposición al HAT y por la normalización que perciben del consumo de productos relacionados con el tabaco, lo que sin duda facilita que se inicien en el uso de estos productos. Por este motivo, consideramos necesario intensificar las medidas destinadas a prevenir la exposición y el consumo de productos relacionados con el tabaco en este grupo de edad.