La semFYC propone que se realice un seguimiento del consumo del cigarrillo electrónico en la Encuesta Nacional de Salud
Josep Basora, Presidente de la semFYC, lamenta que los cigarrillos electrónicos "pese a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha prohibido expresamente que se anuncien como una opción de tratamiento para dejar de fumar, recomiende su regulación para evitar que los jóvenes comiencen a utilizarlos y nuestro Sistema Nacional de Salud estudia desde el año pasado equiparar su uso al del tabaco, se sigan comercializando como un método para dejar de fumar".
El consumo de cigarrillos electrónicos puede ser una puerta de entrada al consumo de tabaco tradicional, sobre todo entre los más jóvenes y el hecho de que haya cerca de 500 marcas diferentes que no se hayan sometido a ensayos científicos refuerza la sensación de falta de control y legislación clara.
En ese sentido, Josep Basora afirma que "debemos ser más estrictos ya que la falta de regulación y control ha facilitado que exista una variabilidad significativa entre los dispositivos y las cantidades de nicotina que llevan, desconociendo el efecto real sobre la salud".
¿Qué son los cigarrillos electrónicos?
Los cigarrillos electrónicos son un producto de consumo que se presenta como de riesgo menor que los productos de tabaco convencionales. Se componen de una batería, un atomizador y un cartucho reemplazable. La mayoría de cartuchos reemplazables contienen nicotina suspendida en propilenglicol o glicerina y agua, pero algunos también contienen componentes potencialmente peligrosos (formaldehído, acetaldehído, acroleína, nitrosaminas y metales pesados) con variaciones importantes entre los diferentes modelos y marcas. Todos los componentes de los cigarrillos electrónicos compartes niveles de toxicidad que suponen un riesgo para la salud. Por otro lado, ningún organismo alimentario ni sanitario puede garantizar el contenido real del líquido de los cartuchos reemplazables y el hecho de que la nicotina se inhale en las vías aéreas directamente refuerza el riesgo de adicción.
Otro de los factores por los que desde la semFYC quiere lucharse contra la implementación de estos dispositivos es por el hecho de que su consumo y propagación puedan volver a normalizar el tabaquismo en la sociedad.
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