Las médicas y los médicos de familia, esenciales en la detección y el abordaje de la violencia de género
Por la integralidad en el abordaje, la accesibilidad del servicio que proporcionan, la continuidad en la atención sanitaria y las múltiples posibilidades de establecer relaciones de confianza con las mujeres, las médicas y los médicos de familia, en el marco de la Atención Primaria de Salud, tienen un papel clave en la detección y erradicación de la violencia contra las mujeres. Una lacra que se estima que afecta a una de cada dos mujeres mayores de 16 años residentes en España.
Además, sólo una de cada tres de dichas mujeres ha llegado a pedir ayuda formal, y entre quienes llegaron a hacerlo, el 27%, el dato más alto, optó por recurrir a profesionales sanitarios.
Con estas cifras, que son altamente preocupantes a nivel social, y en el marco de la semana en la que se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25/11), la semFYC ha hablado con tres médicas de familia expertas en este ámbito, que aportan sus conocimientos y recomendaciones para hacer frente a este problema que, sólo en España, cada año supone el asesinato de decenas de mujeres a manos de un hombre.
Entre las reflexiones de estas especialistas, hay una en común de alto valor: “La violencia de género nunca está justificada y se puede salir de ella”.
La detección precoz y la intervención en consulta, claves
“Por nuestro conocimiento experto y por nuestra responsabilidad ética y social como profesionales de la salud, tenemos un papel muy importante en la sensibilización social respecto al problema de la violencia contra las mujeres. ¿Cómo? Hablando, comunicando en los medios de comunicación, trasmitiendo mensajes hacia las mujeres, hacia la sociedad y también hacia nuestro propio colectivo sanitario, dando a conocer los servicios que prestamos, participando en actividades comunitarias con hombres y mujeres, por ejemplo”, expresa la Dra. María del Carmen Fernández Alonso, especialista en Medicina de Familia, coordinadora de grupo de Violencia de Género de Socalemfyc, miembro del Special Interes Familiy Violence WONCA Group y del Observatorio de Salud y Género de SocalemFyC.
En cuanto a la detección precoz de la violencia de género, la médica de familia y especialista también en violencia de género Alicia Diaz Revilla, sostiene que “es crucial, porque el daño físico y psíquico será menor y la capacidad de recuperación será mejor”. No obstante, señala algunas dificultades en este sentido: “El discurso de las mujeres, que en la mayoría de las ocasiones porque sienten miedo, culpa o vergüenza no acuden al centro de salud, y si lo hacen no lo revelan fácilmente; nuestro posicionamiento, ya que tenemos una serie de obstáculos que hacen difícil la detección, ya sean personales, o sociales, o de agenda, tiempo, por ejemplo; y la invisibilidad de la violencia de género, que puede estar normalizada, legitimada o banalizada”.
Además, esta médica de familia de Madrid asegura que “para poder detectar hay que preguntar; debe existir una postura activa de búsqueda ante signos de sospecha y factores de vulnerabilidad y una formación con enfoque de género” y añade que “es fundamental una entrevista facilitadora, intervenir y apoyar según las fases de cambio en la que se encuentre la mujer, no juzgar y sobre todo asegurar la confidencialidad y garantizar la continuidad”.
Por su parte, Consuelo Corrionero, apunta que “lo importante es abordar el tema con sensibilidad y respeto y, ante demandas inespecíficas o hiperfrecuencia en las visitas, debemos pensar en la posibilidad de que exista violencia de género, y preguntar por ello a la mujer.
Desde hace poco tiempo, diciembre de 2021, a la vista de la magnitud del problema y de la importancia de la detección, se aprobó en el Consejo Interterritorial de Salud aplicar un nuevo instrumento para detectar de forma precoz la violencia de género desde las consultas médicas. Son tres preguntas basadas en el cuestionario WAST (Woman Abuse Screening Tool) y el cuestionario AAS (Abuse Assessment Screen) “que no se ha divulgado suficientemente y debemos conocer porque puede ayudar en este trabajo”, puntualiza Fernández Alonso.
Por otro lado, existen múltiples protocolos que orientan a profesionales sanitarios acerca de cómo preguntar, cómo actuar ante los distintos tipos de violencia de género; los pasos a dar, las herramientas a utilizar, como coordinarse y los recursos disponibles. El protocolo del Ministerio de Sanidad 2012; el reciente documento de apoyo para la detección del Ministerio (2021), así como protocolos y guías de las CCAA. “Hoy pretendemos ir caminando hacia modelos de atención integral y prestación de servicios integrados, que aseguran la mejor respuesta a las víctimas”, detalla Fernández Alonso, quien también cita como ejemplo “la guía de atención a la violencia contra la mujer por su pareja y el proceso de atención integrada a las agresiones sexuales de Castilla y León”.
La importancia de una formación específica para un problema complejo
“Desde el primer año de especialidad, debería darse una formación y sensibilización transversal y obligatoria en violencia de género”, expone la médica de familia Eva Pasamón, que aduce que “también es fundamental que las direcciones y los gestores apoyen con un compromiso real esta formación y sensibilización en violencia hacia la mujer en todos los estamentos de la Atención Primaria (desde administración a dirección de zona)” y aboga por “la creación de comisiones interdisciplinarias en las áreas de salud en materia de violencia de género (en Ibiza la tenemos desde el año 2005 y es el eje de la formación a profesionales”.
Sobre este tema, Carmen Fernández Alonso, incide en el hecho de que “hay contenidos básicos que todo profesional debe conocer: cómo preguntar a la mujer de forma segura; cómo hacer la entrevista clínica ante la sospecha de maltrato; qué hacer si se detectan riesgos o si se detecta maltrato actual (5 actuaciones básicas recomendadas por la OMS); el acrónimo LIVES las recoge (escucha con respeto y empatía, pregunta por sus necesidades, valida sus experiencias, evalúa su seguridad y el riesgo, oferta los servicios sociales y canaliza a otros recursos que prefiera la mujer); detectar necesidades y canalizar las demandas respetando las opciones de la mujer, asi como apoyar, acompañar y hacer el seguimiento de su proceso, es función del profesional de Atención Primaria.
Además, esta especialista en Medicina Familiar y Comunitaria concluye que “abordar casos de violencia de pareja o sexual no es fácil, por ello es tan importante la formación. Y si el médico o la médica de familia no se considera suficientemente capacitado, puede derivar a otro recurso, pero siempre ofrecer una respuesta. En la mayor parte de los casos, se puede realizar seguimiento de forma compartida o coordinada con otros profesionales y recursos. También llevamos reivindicando desde que iniciamos los planes de formación contar con una figura experta que dé apoyo a los y las profesionales y a veces para la supervisión de casos complejos. Lamentablemente, en la mayoría de CCAA no se cuenta con este recurso”.
Un mensaje de optimismo
“El silencio, en determinados momentos de la Historia, no es apropiado”: “Es una cita de la premio Nobel de Literatura Annie Ernaux que aprovecho para destacar con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”, afirma Alicia Díaz Revilla, que recuerda que “nos queda mucho por conseguir, pero avanzamos. Yo llevo mucho tiempo dando cursos de formación y puedo decir que tenemos más conocimientos y medios que hace años; además, se detecta y aborda mejor el problema, que no es sólo médico (en nuestras manos no están todas las soluciones). En este sentido, vamos entendiendo que es una cuestión de todos y todas, que acabar con esta lacra nos hará más iguales y menos violentos y violentas, y eso será un avance enorme como sociedad”.
En tono reivindicativo, Consuelo Corrionero destaca que “la violencia hacia la mujer sigue siendo una lacra muy arraigada en nuestro medio, a pesar de ser mucho más visible que hace años, no por ello ha desaparecido y es responsabilidad de todos y todas combatirla, desde la educación, lo social, la justicia, la sanidad y la política”.
Siguiendo la línea de Corrionero, Carmen Fernández Alonso subraya que “acabar con la violencia de género es posible, pero es una carrera de fondo en la que hay que tener claro el horizonte” y añade que “estamos asistiendo a la aparición de un movimiento reactivo a este progreso: el postmachismo o neomachismo, que utilizando argumentos falaces de seudoigualitarismo pretenden confundir, sobre todo a los y las jóvenes haciéndoles creer que la igualdad es algo conseguido. Pero solo hay que buscar cifras y datos objetivos para desmontar estos argumentos. Pues, aunque las leyes han cambiado, la realidad es que las desigualdades entre hombres y mujeres por razón de sexo persisten (brecha salarial, laboral, corresponsabilidad en la crianza y cuidados). Reconocemos los avances, pero aún estamos lejos del objetivo. Dicen estos movimientos, que el feminismo está contra los hombres; ningún feminismo está contra los hombres; el feminismo no es cosa de mujeres. es cosa de derechos humanos y de justicia, que defienden hombres y mujeres, y en los que el compromiso de los hombres es imprescindible y, afortunadamente cada vez son más los hombres comprometidos en la causa de la igualdad y contra la violencia machista”.
Esta semana, coincidiendo con la celebración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25/11), la semFYC apuesta por visibilizar y sensibilizar sobre la lacra social que supone la violencia de género, así como por proporcionar herramientas a las médicas y los médicos de familia para abordar este problema en las consultas de Atención Primaria.