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Salud mental en Atención Primaria: Nuevas perspectivas en la atención a adolescentes, emociones y demencias

Salud mental en Atención Primaria: Nuevas perspectivas en la atención a adolescentes, emociones y demencias

Expertos en medicina de familia exploran durante el congreso anual de la semFYC, el sufrimiento emocional en adolescentes, así como las técnicas no farmacológicas en el abordaje de las demencias, haciendo énfasis en la empatía y el respeto hacia los pacientes.

Tiempo de lectura: 4 minutos
Fecha de publicación: 15 de noviembre de 2024

Uno de los temas clave del XLIV Congreso de la semFYC ha sido el abordaje de la salud mental desde la Atención Primaria, y lo ha hecho con diversas ponencias caracterizadas por un enfoque innovador en la forma de manejar el sufrimiento emocional, las emociones en la práctica clínica y los trastornos psicoconductuales en pacientes con demencia. 

La primera ponencia, “El sufrimiento emocional en los adolescentes ¿por dónde empezamos?”, presentada por Elena Díaz Crespo, María Elisa Torres Tejera, María Fernández de Paúl y Víctor Expósito Duque, ha abordado las complejidades del sufrimiento emocional en adolescentes. Durante la charla, han discutido los efectos de diferentes factores a los que están sometidos actualmente como son las redes sociales, el estrés académico y la soledad no deseada, y cómo estos aspectos pueden influir en el bienestar emocional de los jóvenes, un tema que preocupa tanto a las médicas como a los padres. Según el Informe “Rayadas” de la Fundación Manantial, las chicas hacen una valoración peor de su salud mental que los chicos. En concreto, el 60% de los chicos valoran su salud mental como buena o muy buena, frente al 39,5% de las chicas. 

En este sentido, Víctor Expósito Duque ha explicado que el insomnio, las autolesiones, la soledad, el nerviosismo o la ansiedad, son indicadores del malestar emocional que pueden alertar a los profesionales y a los adultos cuando tratan con personas jóvenes. Y al mismo tiempo se debe tener en cuenta la presión social a la que están sometidos, así como el ciberacoso. Es por eso que las expertas han planteado que los cambios sociales que se han producido en los últimos años también hace que propuesto una aproximación no medicalizadora para tratar estos problemas, basada en la empatía y la comprensión generacional, con el objetivo de ofrecer un apoyo respetuoso tanto en la consulta como en la comunidad.

La segunda ponencia, “Eficacia emocional. Lecciones de Mafalda”, que ha realizado María Jesús Fernández Lerones y Stella Maris Méndez Iglesias, ha introducido el concepto de "eficacia emocional", entendida como la capacidad de gestionar las emociones de forma adaptativa en la vida cotidiana. Con la metáfora del personaje de Mafalda, las ponentes han invitado a las y los profesionales asistentes a reflexionar sobre cómo las dificultades de la práctica médica pueden transformarse en oportunidades de crecimiento personal y profesional. 

El enfoque propuesto en la ponencia ha buscado mejorar no solo la satisfacción del personal sanitario, sino también la calidad de la atención a los pacientes, promoviendo una gestión emocional que favorezca tanto al profesional como a la persona atendida. Es por eso que las médicas han utilizado el símil del iceberg para explicar que “todo lo negativo no nos deja ver lo que hay debajo. Todo lo que hay debajo son nuestros valores como #MFyC y que nos permitirán conectar por la profesión". "La buena noticia es que ya estamos conectados, si no, no estaríamos en este evento. Los profesionales de la salud estamos muy acostumbrados a dar a otros, pero a nosotros no", ha afirmado Stella Maris Méndez. 

Por último, “Trastornos Psicoconductuales en demencias. Mucho más que fármacos", que ha sido presentada por Rosa Ana García Pliego, ha destacado la importancia de las intervenciones no farmacológicas en el tratamiento de los trastornos psicoconductuales en pacientes con demencia. García Pliego ha explicado cómo estas alteraciones del comportamiento, como la agresividad o la apatía, son algunas de las manifestaciones más difíciles de manejar tanto para los cuidadores como para los profesionales de salud. Durante la charla, ha dado algunas pautas para comunicarse con una persona con demencia tales como hacer preguntas sencillas, utilizar un lenguaje simplificado, no intentar razonar ni discutir, no dar lecciones o ignorar, así como evitar frases como “ya te dije” o “¿no te acuerdas?”, y, sobre todo, cambiar el “no puedes” por el “haz lo que puedas”. 

La médica de familia ha propuesto técnicas individualizadas y respetuosas con la persona, basadas en sus gustos y su historia de vida, como complemento a los tratamientos farmacológicos. Adaptar su entorno, así como proponerles actividades distractoras y físicas, hacerlos sentirse útiles e importantes, o realizar terapias con muñecos, animales y música, o incluso el contacto intergeneracional es un enfoque pone de relieve la necesidad de tratar a los pacientes con demencia con dignidad, evitando la infantilización y promoviendo una atención centrada en la persona.