Actualidad
Sanidad actualiza su estrategia de prevención de la fragilidad con la participación de la semFYC
Fecha de publicación: 03 de junio de 2022
El Ministerio de Sanidad ha publicado la Actualización del Documento de Consenso sobre Prevención de la Fragilidad en la Persona Mayor, aprobado por la Comisión de Salud Pública el pasado 5 de mayo de 2022 y que no se actualizaba desde 2014.
Este documento, con formato de guía, detalla que España tiene una de las esperanzas de vida más elevadas del mundo, lo que comporta un incremento de las situaciones de dependencia y fragilidad.
Con este contexto, el objetivo principal del documento es que la longevidad de la población esté acompañada de buena salud y se disminuyan los procesos de dependencia o discapacidad.
La guía está impulsada por el Grupo de trabajo para la prevención de fragilidad y caídas de la Estrategia de Promoción de la Salud y Prevención en el Sistema Nacional de Salud (SNS), formado por todas las Comunidades y Ciudades Autónomas (CCAA), y sociedades profesionales, entre las cuales se encuentra la semFYC, con representación de Iñaki Martín Lesende, con el que conversamos sobre este nuevo documento.
El documento es una actualización de un consenso de 2014. ¿Qué ha cambiado en el contexto respecto al escenario de 15 años atrás?
Es un documento bastante similar al que proponíamos en 2014, en el que se sigue considerando a la población de 70 o más años, sin una alteración importante en actividades básicas de la vida diaria, con un Barthel de 90 o más puntos. A estas personas, se les practicarán pruebas de ejecución para determinar aquellos que probablemente son frágiles.
Las pruebas que se recomiendan son el SPPB (relacionado con la movilidad) o el test de velocidad en la marcha, que son las dos principales, aunque también cabe la posibilidad de realizar otros test de ejecución.
Cuando se determina que una persona es frágil o tiene una alta probabilidad de ser frágil, se pasa a la fase de intervención, que consiste en una valoración geriátrica integral en Atención Primaria, que nos va a indicar y ayudar a individualizar las actividades que se van a recomendar, que, básicamente, son los ejes principales de ejercicio físico multicomponente (aquel que combina la actividad aeróbica, de resistencia o fuerza, el equilibrio y la flexibilidad); dieta saludable y revisión de la medicación. Unas intervenciones que han demostrado efectividad.
Tal vez la novedad, en este nuevo consenso es que cabe la posibilidad de, a través de la Escala Frail, desde el medio extra asistencial, como puede ser el medio comunitario —farmacias, centros de día o hogares de jubilados, por ejemplo— se haga una detección de probable fragilidad. Lo que determina ahora el documento es que aquellos que presenten un Frail de 1 o más puntos se deberían derivar al centro de salud para incluirlos en una estrategia de detección de fragilidad más estandarizada a través de las pruebas de ejecución.
Y en materia de evidencia, ¿se han producido novedades?
La fragilidad sigue siendo un síndrome geriátrico prevalente, muy asociado a la pérdida de función y a sufrir eventos adversos, y sobre todo a una discapacidad futura. Sin embargo, hay evidencia de que detectando precozmente esta discapacidad o pérdida de función en sus primeros estadíos se consigue alterar o revertir la fragilidad, así como modificar el deterioro o curso adverso posterior, en base a las intervenciones que más evidencia han demostrado, como son, tal y como apuntábamos, el ejercicio multicomponente, una dieta adecuada y la revisión de la medicación.
¿Qué diferencias en el abordaje de las personas mayores frágiles plantea el documento con respecto a protocolos precedentes?
Como hemos comentado, el protocolo es muy parecido al que había anteriormente. Por otro lado, va en la línea de lo que recomienda la Joint Action Advantage (Acción Conjunta Europea sobre Fragilidad), que sitúa las pruebas de ejecución como prioritarias para hacer una detección de fragilidad.
En la revisión del documento, se debatió si tal vez debiéramos diagnosticar la fragilidad a través del fenotipo de Fried, pero el hecho de requerir un dinamómetro para realizarlo, fundamentalmente en AP, donde no suele estar disponible, o bien el encontrar una escala suficientemente validada en nuestro medio, nos hizo descartar esta opción.
También cabe destacar que este consenso llevará asociada una evaluación de resultados y del proceso, lo que contribuirá a controlar que el nuevo protocolo se aplica en todas las comunidades autónomas.
¿El hecho de que nuestro país sea uno de los referentes mundiales en esperanza de vida implica que los protocolos que desarrollamos aquí sean un referente en el que se miran otros sistemas de salud?
Nuestro sistema de salud es de referencia para muchos otros., sobre todo por la universalidad y el desarrollo que ha tenido la AP. De hecho, cuando se ha elaborado el documento sobre fragilidad para implantarlo en los diferentes países de la UE, España ha sido un referente en la organización y en las estrategias a seguir.
También vinculada a esta idea de elevada esperanza de vida y fragilidad ¿el reto es que la larga esperanza de vida progrese y se mantenga, pero la calidad de vida en los últimos años sea mayor y, por tanto, tengamos menos mayores frágiles o con elevado deterioro funcional?
España tiene una de las tasas de esperanza de vida más altas del mundo. De hecho, se dice que en poco tiempo seremos, después de Japón, el país con la esperanza de vida más elevada. Sin embargo, cuando se hacen los análisis respecto a la situación de otros países, se observa que España no está en los primeros puestos de esperanza de vida libre de discapacidad, es decir, que cuando una persona, a nivel poblacional, de los 65 años o más, el periodo que se vive con una mala salud, con una discapacidad o con una pérdida de la funcionalidad, es relativamente importante en la supervivencia. Por este motivo la fragilidad es tan importante, porque trata de aumentar el mayor periodo posible la esperanza libre de discapacidad.
¿Hasta qué punto es clave el papel del conjunto de especialistas en MFyC en este contexto?
El medio asistencial prioritario reconocido en el grupo de trabajo, en el Ministerio de Sanidad y en las comunidades autónomas para el despliegue de la estrategia de atención y manejo de la fragilidad es la AP, y hay que subrayar que los profesionales de este nivel asistencial son fundamentales en esta estrategia; fundamentalmente lo son las enfermeras, pero también las y los médicos de familia.
La semFYC, como sociedad científica, fue seleccionada por el recorrido que tenemos con los Grupos de Atención al Mayor, y porque es una organización altamente reconocida por las instituciones sanitarias.
Además, es interesante añadir que el consenso irá acompañado de una actividad de formación que se elaboró en el Ministerio de Sanidad y que ya cuenta con la participación de miles de profesionales. Se trata de un curso on line en fragilidad y caídas, que hemos desarrollado dos profesionales de AP del País Vasco, un médico y una enfermera.
Asimismo, hemos desarrollado, des del País Vasco, una herramienta informática libre, https://www.valintan.com/, basada en ítems de valoración geriátrica integral que se asocian con la pérdida de funcionalidad o que se relacionan con la fragilidad, y que tienen diagnósticos asociados e intervenciones concretas que han demostrado efectividad.
¿Quieres añadir algo más?
Me gustaría remarcar el buen hacer que ha tenido todo el grupo del Ministerio de Sanidad del consenso de fragilidad, la comprensión y el trabajo en equipo de diferentes estamentos profesionales, con representación de los servicios sanitarios, de las comunidades autónomas y de las sociedades científicas. Hay un gran trabajo detrás y podemos decir que es un muy buen documento y estrategia a seguir.
CONSULTA AQUÍ LA ACTUALIZACIÓN DEL DOCUMENTO DE CONSENSO SOBRE PREVENCIÓN DE LA FRAGILIDAD EN LA PERSONA MAYOR [+]
Este documento, con formato de guía, detalla que España tiene una de las esperanzas de vida más elevadas del mundo, lo que comporta un incremento de las situaciones de dependencia y fragilidad.
Con este contexto, el objetivo principal del documento es que la longevidad de la población esté acompañada de buena salud y se disminuyan los procesos de dependencia o discapacidad.
La guía está impulsada por el Grupo de trabajo para la prevención de fragilidad y caídas de la Estrategia de Promoción de la Salud y Prevención en el Sistema Nacional de Salud (SNS), formado por todas las Comunidades y Ciudades Autónomas (CCAA), y sociedades profesionales, entre las cuales se encuentra la semFYC, con representación de Iñaki Martín Lesende, con el que conversamos sobre este nuevo documento.
El documento es una actualización de un consenso de 2014. ¿Qué ha cambiado en el contexto respecto al escenario de 15 años atrás?
Es un documento bastante similar al que proponíamos en 2014, en el que se sigue considerando a la población de 70 o más años, sin una alteración importante en actividades básicas de la vida diaria, con un Barthel de 90 o más puntos. A estas personas, se les practicarán pruebas de ejecución para determinar aquellos que probablemente son frágiles.
Las pruebas que se recomiendan son el SPPB (relacionado con la movilidad) o el test de velocidad en la marcha, que son las dos principales, aunque también cabe la posibilidad de realizar otros test de ejecución.
Cuando se determina que una persona es frágil o tiene una alta probabilidad de ser frágil, se pasa a la fase de intervención, que consiste en una valoración geriátrica integral en Atención Primaria, que nos va a indicar y ayudar a individualizar las actividades que se van a recomendar, que, básicamente, son los ejes principales de ejercicio físico multicomponente (aquel que combina la actividad aeróbica, de resistencia o fuerza, el equilibrio y la flexibilidad); dieta saludable y revisión de la medicación. Unas intervenciones que han demostrado efectividad.
Tal vez la novedad, en este nuevo consenso es que cabe la posibilidad de, a través de la Escala Frail, desde el medio extra asistencial, como puede ser el medio comunitario —farmacias, centros de día o hogares de jubilados, por ejemplo— se haga una detección de probable fragilidad. Lo que determina ahora el documento es que aquellos que presenten un Frail de 1 o más puntos se deberían derivar al centro de salud para incluirlos en una estrategia de detección de fragilidad más estandarizada a través de las pruebas de ejecución.
Y en materia de evidencia, ¿se han producido novedades?
La fragilidad sigue siendo un síndrome geriátrico prevalente, muy asociado a la pérdida de función y a sufrir eventos adversos, y sobre todo a una discapacidad futura. Sin embargo, hay evidencia de que detectando precozmente esta discapacidad o pérdida de función en sus primeros estadíos se consigue alterar o revertir la fragilidad, así como modificar el deterioro o curso adverso posterior, en base a las intervenciones que más evidencia han demostrado, como son, tal y como apuntábamos, el ejercicio multicomponente, una dieta adecuada y la revisión de la medicación.
¿Qué diferencias en el abordaje de las personas mayores frágiles plantea el documento con respecto a protocolos precedentes?
Como hemos comentado, el protocolo es muy parecido al que había anteriormente. Por otro lado, va en la línea de lo que recomienda la Joint Action Advantage (Acción Conjunta Europea sobre Fragilidad), que sitúa las pruebas de ejecución como prioritarias para hacer una detección de fragilidad.
En la revisión del documento, se debatió si tal vez debiéramos diagnosticar la fragilidad a través del fenotipo de Fried, pero el hecho de requerir un dinamómetro para realizarlo, fundamentalmente en AP, donde no suele estar disponible, o bien el encontrar una escala suficientemente validada en nuestro medio, nos hizo descartar esta opción.
También cabe destacar que este consenso llevará asociada una evaluación de resultados y del proceso, lo que contribuirá a controlar que el nuevo protocolo se aplica en todas las comunidades autónomas.
¿El hecho de que nuestro país sea uno de los referentes mundiales en esperanza de vida implica que los protocolos que desarrollamos aquí sean un referente en el que se miran otros sistemas de salud?
Nuestro sistema de salud es de referencia para muchos otros., sobre todo por la universalidad y el desarrollo que ha tenido la AP. De hecho, cuando se ha elaborado el documento sobre fragilidad para implantarlo en los diferentes países de la UE, España ha sido un referente en la organización y en las estrategias a seguir.
También vinculada a esta idea de elevada esperanza de vida y fragilidad ¿el reto es que la larga esperanza de vida progrese y se mantenga, pero la calidad de vida en los últimos años sea mayor y, por tanto, tengamos menos mayores frágiles o con elevado deterioro funcional?
España tiene una de las tasas de esperanza de vida más altas del mundo. De hecho, se dice que en poco tiempo seremos, después de Japón, el país con la esperanza de vida más elevada. Sin embargo, cuando se hacen los análisis respecto a la situación de otros países, se observa que España no está en los primeros puestos de esperanza de vida libre de discapacidad, es decir, que cuando una persona, a nivel poblacional, de los 65 años o más, el periodo que se vive con una mala salud, con una discapacidad o con una pérdida de la funcionalidad, es relativamente importante en la supervivencia. Por este motivo la fragilidad es tan importante, porque trata de aumentar el mayor periodo posible la esperanza libre de discapacidad.
¿Hasta qué punto es clave el papel del conjunto de especialistas en MFyC en este contexto?
El medio asistencial prioritario reconocido en el grupo de trabajo, en el Ministerio de Sanidad y en las comunidades autónomas para el despliegue de la estrategia de atención y manejo de la fragilidad es la AP, y hay que subrayar que los profesionales de este nivel asistencial son fundamentales en esta estrategia; fundamentalmente lo son las enfermeras, pero también las y los médicos de familia.
La semFYC, como sociedad científica, fue seleccionada por el recorrido que tenemos con los Grupos de Atención al Mayor, y porque es una organización altamente reconocida por las instituciones sanitarias.
Además, es interesante añadir que el consenso irá acompañado de una actividad de formación que se elaboró en el Ministerio de Sanidad y que ya cuenta con la participación de miles de profesionales. Se trata de un curso on line en fragilidad y caídas, que hemos desarrollado dos profesionales de AP del País Vasco, un médico y una enfermera.
Asimismo, hemos desarrollado, des del País Vasco, una herramienta informática libre, https://www.valintan.com/, basada en ítems de valoración geriátrica integral que se asocian con la pérdida de funcionalidad o que se relacionan con la fragilidad, y que tienen diagnósticos asociados e intervenciones concretas que han demostrado efectividad.
¿Quieres añadir algo más?
Me gustaría remarcar el buen hacer que ha tenido todo el grupo del Ministerio de Sanidad del consenso de fragilidad, la comprensión y el trabajo en equipo de diferentes estamentos profesionales, con representación de los servicios sanitarios, de las comunidades autónomas y de las sociedades científicas. Hay un gran trabajo detrás y podemos decir que es un muy buen documento y estrategia a seguir.
CONSULTA AQUÍ LA ACTUALIZACIÓN DEL DOCUMENTO DE CONSENSO SOBRE PREVENCIÓN DE LA FRAGILIDAD EN LA PERSONA MAYOR [+]