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AEP y semFYC alertan de que estamos en ‘código rojo’ para un futuro saludable

AEP y semFYC alertan de que estamos en ‘código rojo’ para un futuro saludable

Fecha de publicación: 05 de noviembre de 2021

Ambas sociedades científicas se unen al llamamiento de la comunidad sanitaria mundial por un clima saludable coincidiendo con la COP26



AEP y semFYC alertan de que estamos en ‘código rojo’ para un futuro saludable e instan a la ‘Naturalización’ de la Salud, a conseguir la neutralidad de carbono en el sector sanitario en España en 2035 y a prescribir en consulta acciones de mitigación del cambio climático.



Cada décima de grado por encima del incremento de 1,5° C de temperatura global tendrá un grave efecto en la vida y la salud las personas. Un tercio de las muertes por la contaminación atmosférica de partículas producidas por el hombre es atribuible de forma directa del uso de combustibles fósiles. Los menores de 5 años son el 8,5% de la población mundial y el 36% de su carga global de enfermedad es atribuible a factores ambientales. El cambio climático contribuye al aumento de las enfermedades crónicas, especialmente cardiorrespiratorias, de la prematuridad, del bajo peso al nacimiento, de los déficits nutricionales, además de desórdenes emocionales.



Justo en el ecuador de la convocatoria de la vigesimosexta Conferencia Mundial del Clima, la COP26, que estos días se celebra en Glasgow (Escocia), la Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC) hacen un llamamiento conjunto a los líderes españoles y representantes mundiales reunidos en este foro para que asuman las medidas oportunas y necesarias dirigidas a limitar el calentamiento global a 1,5°C y eviten la “inminente catástrofe sanitaria” integrando la salud humana y la equidad como ejes fundamentales en todas las acciones y políticas de mitigación del cambio climático y de adaptación al mismo. 



La Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC) son las dos sociedades médicas españolas adheridas a la carta del clima saludable. Se trata de un posicionamiento de la comunidad sanitaria mundial promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Alianza Global del Clima y la Salud (GCHA, por sus siglas en inglés) dirigido a los líderes y delegaciones nacionales participantes en la COP26. 



Ambas organizaciones, hacen un llamamiento al resto de las sociedades médico-científicas y a los profesionales sanitarios españoles a que se unan a la movilización con el objetivo de impulsar a los representantes nacionales e internacionales a adquirir un compromiso con la salud medioambiental global. Se trata de una cuestión que se abordará mañana, 6 de noviembre, en el transcurso de la sesión monográfica Conferencia Global 2021 sobre Salud y Cambio Climático y que debe desembocar en la presentación de un paquete de compromisos en el marco del Programa de Salud de la COP26 por parte de los países participantes, el 9 de noviembre.



A ojos de la semFYC y la AEP los profesionales sanitarios tienen ahora una oportunidad única de brindar aportaciones decisivas en favor de la salud medioambiental. “El 90% de los profesionales de la salud creen que deben alzar la voz para exigir acción climática. La COP26 es la primera cumbre mundial de Naciones Unidas sobre el clima desde que empezó la pandemia y se celebra en un momento en el que la salud es una de las prioridades del programa político”, subraya Juan Antonio Ortega, pediatra y coordinador del Comité de Salud Medioambiental de la AEP



“La crisis climática es una amenaza real para la salud a la que se enfrenta la humanidad. Como médicos reconocemos nuestra obligación ética de pronunciarnos sobre esta crisis de rápido crecimiento que será mucho más catastrófica y duradera que la pandemia de la COVID-19”, asegura Salvador Tranche, presidente la semFYC. Los médicos de familia y pediatras nos encontramos en la primera línea en la protección de la salud, es importante que reconozcamos las conexiones existentes entre el cambio climático y sus consecuencias en la salud, añade. 



Instamos al gobierno de España y a sus representantes a estar a la altura de sus responsabilidades protegiendo a sus ciudadanos y a las generaciones futuras de la crisis climática”, apostillan los representantes de ambas sociedades científicas.



Consecuencias para la salud del calentamiento global



En el Acuerdo de París de 2015, los gobiernos se comprometieron a tomar las medidas para paliar el deterioro medioambiental y fijaron como objetivo reducir el incremento de la temperatura del planeta a 1,5°C, para 2050. Ese es el límite de calentamiento que las evaluaciones científicas más recientes dejan claro que es necesario para evitar efectos catastróficos en la salud y prevenir millones de muertes por motivo del cambio climático. Pero el mundo se dirige actualmente hacia un calentamiento de 2,7-3,1° C solo en este siglo. 



Cada décima de grado por encima de 1,5° C de temperatura tendrá un grave efecto en la vida y la salud de las personas. Aunque nadie está a salvo de estos riesgos, los grupos vulnerables serán los más afectados: embarazadas, lactantes, infancia y adolescencia, ancianos, enfermos crónicos y la población en situación de pobreza.  



“La infancia es especialmente vulnerable a los efectos del cambio climático y la contaminación de los ecosistemas”, destaca el doctor Ortega. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que, pese a que los menores de 5 años son sólo el 8,5% de la población, el 36% de la carga de enfermedades es de causa ambiental. De hecho, se estima que de la morbimortalidad atribuida a la emergencia climática hasta un 88% recae en menores de 5 años. 



La contaminación de los ecosistemas y la emergencia climática comparten origen y muchos de los efectos en la salud de las personas. “El 70% de las muertes prevenibles por enfermedades crónicas del adulto (cardiovasculares, respiratorias, neurológicas, renales, digestivas…) tienen su origen en factores de riesgo y exposiciones tempranas en las dos primeras décadas de la vida, desde el embarazo hasta el final de adolescencia, que podrían prevenirse”, advierte Ortega. 



El Grupo de Trabajo en Salud Planetaria de la semFYC y el Comité de Salud Medioambiental de la AEP destacan algunos datos (cifras de 2019) para llamar la atención sobre el impacto en la salud humana: la contaminación del aire mata a 6,8 millones de personas/año (45.000 españoles); las temperaturas no óptimas matan a 2 millones de personas/año; el número de muertes relacionadas con la contaminación del agua potable es de 1,66 millones, la pérdida de biodiversidad incrementa el riesgo de pandemias como la COVID-19; y los eventos climáticos extremos y la escasez de recursos son factores de riesgo para padecer depresiones, desórdenes de estrés postraumático, ansiedad y suicidio.



“Urge la puesta en marcha de un sistema de salud más resiliente. Necesitamos ‘naturalizar’ la salud, para enraizar la salud de las personas con la del planeta, y conseguir una neutralidad de carbono en el sector salud en España para el 2035”, puntualiza el coordinador del Comité de Salud Medioambiental de la AEP. 



Nuevas estructuras y capacidades



La AEP y la semFYC reclaman que parte de los fondos europeos de Resiliencia y Next Generation contribuyan a apoyar y generar nuevas estructuras y nuevas capacidades en un modelo de Salud Medioambiental, ahora ya Global o Planetaria, que den respuesta a la situación de emergencia climática y citan, entre ellas:







  • Crear, al menos, una unidad de salud medioambiental pediátrica en cada comunidad autónoma española. 






  • Desarrollar redes, impulsar la capacitación y formación en salud medioambiental de los profesionales y promover perfiles más “verdes” en el sector salud. 






  • Dar prioridad a los programas y acciones de adaptación y vulnerabilidad al clima en el embarazo, la infancia, la adolescencia y en los enfermos crónicos. 






  • Asegurar la neutralidad de carbono de los sistemas de salud para 2035, no solo de las instalaciones, sino incluyendo la huella de carbono en todos los programas de salud como indicador de control de la salud en la cronicidad e integrando la cartera de servicios de la Naturaleza a los Servicios de Salud. 




La integración de la salud y la equidad en la política climática protege la salud de las personas, maximiza el retorno de la inversión y fomenta el soporte público para las acciones climáticas que se necesitan con urgencia. Un aire y un agua más limpios, suministros de alimentos más saludables y seguros, un sector de la salud resiliente y con bajas emisiones de carbono y un transporte y un diseño comunitario más ecológicos son beneficiosos para las personas, aquí y ahora”, incide el presidente de la semFYC.



Como señalan las dos sociedades científicas, será necesario una redistribución sustancial de los recursos económicos y amplios cambios sociales. “Estos cambios no serán fáciles. Tendrán que superar la fuerte oposición de poderosos intereses creados. Afortunadamente, los avances tecnológicos, las políticas e instituciones necesarias ya están disponibles y la cooperación entre sociedades científicas, gestores y sociedad civil pueden ser importantes herramientas para impulsar progresos. Por nuestra parte, como profesionales sanitarios de confianza para las familias, no queremos eludir nuestra responsabilidad con la salud de las personas y del planeta. Un tercio de las muertes por la contaminación atmosférica de partículas producida por el hombre, son atribuibles de forma directa del uso de combustibles fósiles. Estamos en código rojo para un futuro saludable”, enfatiza Ortega.



Hemos declarado ambas organizaciones la emergencia climática global y con esta declaración reconocemos la amenaza para la salud global que implica el cambio climático”, apostilla el presidente de la semFYC.



 



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