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Verónica Casado: “De las pasiones una no se jubila y yo voy a seguir siendo médica de familia hasta que me muera”

Verónica Casado: “De las pasiones una no se jubila y yo voy a seguir siendo médica de familia hasta que me muera”

Si hablamos de Medicina de Familia y Comunitaria en España, pocas figuras han dejado una huella tan profunda y transformadora como Verónica Casado. Este año, su dedicación y extraordinaria trayectoria han sido reconocidas con el Premio semFYC a la Trayectoria Profesional en Medicina de Familia 2024, un galardón que celebra décadas de contribuciones que han moldeado el presente y el futuro de esta especialidad.

Tiempo de lectura: 20 minutos
Fecha de publicación: 21 de noviembre de 2024

Posiblemente era el único reconocimiento de la especialidad que le falta. Con una pasión inquebrantable y una visión integral de la Atención Primaria, Verónica Casado no solo ha sido pionera en la implementación de programas educativos, el desarrollo de competencias y la gestión sanitaria, sino que también ha inspirado a generaciones de profesionales y estudiantes. 

En esta entrevista, reflexiona sobre los hitos que marcaron su carrera, los desafíos y avances en la especialidad, y su visión para el futuro de la Medicina de Familia. Desde la creación de modelos formativos innovadores hasta el fortalecimiento de la Atención Primaria como pilar del sistema sanitario, su legado trasciende fronteras y generaciones. 

¿Qué significa para ti recibir el Premio Segovia de Arana de semFYC a la Trayectoria Profesional en Medicina de Familia 2024? 

Para mí, recibir el premio Segovia de Arana a la trayectoria profesional de semFYC es muy especial. La semFYC es la sociedad científica a la que pertenezco desde sus inicios, más de 40 años, ya que, con otros 17 residentes y médicos de familia jóvenes, constituimos en Salamanca la Sociedad Castellano y Leonesa de Medicina Familiar y Comunitaria. Cuando me decían tú eres “de Semfyc”, yo siempre contestaba: “yo soy semFYC” porque soy una médica de familia de los miles que la constituyen. Mi relación con semFYC ha sido desde el prisma que comentaba Kennedy: “En vez de pensar qué puede hacer tu país por ti, piensa que puedes hacer tú por tu país”. Y por eso he dedicado mucha energía, mucha pasión y muchas horas a semFYC, pero quiero decir que mi sociedad me lo ha devuelto con creces. No sólo por los premios que me ha concedido a la labor universitaria, a la labor docente, a la impregnación de la Medicina de familia en la Universidad, o por defender mi candidatura a los premios WONCA Europa, WONCA CIMF y WONCA mundial; sino porque ha constituido “mi red científica y mi red social”, la red donde he encontrado referentes, conocimiento y energía por trabajar `por esta especialidad tan clave en nuestro sistema sanitario y que semFYC defendió, apoyó y desarrolló desde el inicio, siendo inicialmente su razón de ser. Por todos estos motivos, este premio en estos momentos de mi vida es tan especial para mí y me emociona tanto. 

A lo largo de tu carrera, ¿cuáles crees que han sido los momentos más significativos que han marcado tu trayectoria en la Medicina de Familia? 

Hay muchos momentos significativos en mi relación con la medicina familiar y comunitaria, empezando por el hecho ya de haberla elegido en 1983 (soy de la 5ª promoción de MFyC vía MIR de este país) en un momento de gran incertidumbre ya que no existían los centros de salud y éramos más de 30000 para 1800 plazas. Y a estas alturas puedo afirmar rotundamente que repetiría esta decisión un millón de veces. Pero si tuviera que reducir a dos los momentos más significativos, diría que uno fue la aprobación del programa de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria en el año 2005. En el año 1999, cuando aún no era la presidenta de la Comisión Nacional pero sí vocal de la misma, dirigí los trabajos iniciales para implementar un nuevo programa de la especialidad y lo defendí como presidenta desde 2003, con la máxima intensidad. Este programa tenía una doble dificultad. Por una parte, pasar de 3 a 4 años de formación y por otra parte ser un programa basado no sólo en conocimientos sino en competencias y configurándose como el primer programa de especialidad por competencias en España. Fue importante porque fue muy consensuado, contó con la estructura de los grupos de trabajo semFYC y con la estructura docente, jefes de estudios, técnicos de salud y tutores y fue innovador porque fijó nuestro perfil, definió valores, definió las competencias a adquirir, con niveles de prioridad y de responsabilidad, los lugares de aprendizaje y los sistemas de evaluación. En 2002, el 22 de diciembre fue aprobado en la comisión nacional de la especialidad, pero no conseguimos su aprobación hasta 2005, año en el que salió publicado en el BOE. En reuniones previas los responsables del Ministerio nos decían que se aprobaría sin problemas si era de 3 años y recuerdo que algunas personas relevantes de nuestra sociedad me decían no se va a aprobar y yo contestaba siempre lo mismo (jajaja): delante de mí, nadie va a decir que no lo vamos a conseguir.  

El año 2005 también fue muy especial porque partiendo del grupo de pregrado de semFYC constituimos la Academia de Medicina de Familia de España (AMFE semFYC) y trabajamos mucho hasta llegar el hito que supuso 2014 por la influencia del Espacio Europeo de Educación Superior (1999) y el Plan Bolonia (firmado en 1999 para ser implementado en 2010-2011) que propició que se publicara el libro blanco de los decanos (2011) en el que aparecía la Medicina Familiar y Comunitaria como disciplina académica. Y algunos decanos empezaron a hacer encargos docentes a los médicos de familia. En mi caso el profesor Ricardo Rigual, entonces decano de la Facultad de Medicina de Valladolid y presidente de la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina de España, me trasladó el encargo docente de que la asignatura optativa que había implementado en la Facultad pasara a ser obligatoria con 3 ECTS, que creara la asignatura de prácticas tuteladas de sexto con 6 ECTS y que diseñara la ECOE como prueba de fin de todas las prácticas tuteladas de sexto de la facultad de Medicina de Valladolid. 

¿Qué te motivó a dedicarte a la Medicina de Familia y cómo ha evolucionado tu pasión por esta especialidad a lo largo de los años? 

A pesar de la incertidumbre que generaba elegir una especialidad que todavía no estaba desarrollada y cuya función debería ser trabajar fuera de los hospitales era complicado porque en el momento que yo elegí la especialidad todavía no existían ni la Atención Primaria ni los centros de salud como tal. Pero lo cierto es que lo que me atraía de esta especialidad, aun sin saber muy bien qué derroteros iba a seguir, era la cercanía con las personas y la globalidad es decir la posibilidad de abordar a una persona como un todo y a lo largo del tiempo y tratarla en su contexto y eso era lo que a mí me generaba mayor atracción. A lo largo de los años esta pasión evidentemente se ha consolidado y se ha tornado mucho más eficiente dadas las enormes evidencias científicas que demostraban que lo que inicialmente nos podría parecer una utopía y una filosofía se convertía en una gran estrategia para la salud de las poblaciones. 

¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de tu carrera que consideres fundamentales para el éxito en la Medicina de Familia? 

He aprendido que, aunque sean muchas veces desatendidas, es importante contar con evidencias científicas que demuestran que quien tiene adscrito un médico de familia que coordina su salud tiene mayor esperanza de vida, que los países que tienen una Atención Primaria sólida y solvente tienen mejores niveles de salud, menos hospitalizaciones innecesarias y menos mortalidad y mayor calidad de vida, que los países que tienen más médicos de familia tienen mayores posibilidades de que sus indicadores de morbimortalidad evitable imputable a la atención primaria sean mejores y últimamente la investigación de Sandvik en el año 2021,  que, por cierto, debería de haber abierto todos los telediarios de este planeta,  demostraba que aquellos pacientes que tenían durante más de 15 años al mismo médico de familia precisaban un 30% menos de atenciones en urgencias, un 28% menos de hospitalizaciones innecesarias y una disminución del 26% de su mortalidad. Este importante estudio se realizó con 4 millones de personas en un país, Noruega, que tiene 5 millones y medio de habitantes. Por lo tanto, ir confirmando a lo largo de los años que la accesibilidad, la globalidad y la longitudinalidad son claves, científicas, de lo que puede hacer la medicina familiar y comunitaria y los equipos de atención primaria han blindado siempre mi defensa de nuestra especialidad. 

¿Qué logros o proyectos de tu carrera te generan mayor orgullo y por qué? 

A lo largo de toda mi carrera yo me he dedicado a las cuatro áreas que creo que puede y debe, si las condiciones se lo permiten, desarrollar un médico de familia, que es la asistencia, la docencia, la investigación y la gestión. Yo me he dedicado a las cuatro esferas y en las cuatro creo que he conseguido cosas que han sido importantes. Por una parte, mi dedicación a mi cupo de pacientes durante 35 años con algunos momentos de dedicación inicial a la gestión y al final de mi carrera. Creo que esta asistencia mantenida y a la que siempre he vuelto hiciera lo que hiciera, me ha ido demostrando con la práctica lo importante que es el ejercicio de esta especialidad para la salud biopsicosocial de las personas que están a nuestro cargo. Para ellos somos el médico con mayúsculas y nos abren la puerta de sus vidas y de sus familias en las que entramos para intentar “curar a veces, aliviar en ocasiones y consolar siempre”, tal como nos decía Hipócrates y la especialidad en la que más se desarrolla este aspecto es en nuestra especialidad. Pero también he pensado que siendo nuclear la asistencia lo que nos propulsa hacia el futuro es la docencia y la investigación y, por otra parte, la gestión tanto la micro como la meso y la macro son absolutamente trascendentes para el correcto desarrollo de la misma.  

En docencia me centré en dos aspectos fundamentales: la formación especializada y la formación de grado. Yo creo que la contribución de la que me siento más orgullosa es el programa de la especialidad del año 2005 y de la formación en el grado de Medicina Familiar y Comunitaria como disciplina académica. En gestión también he conseguido algunos aspectos como  cuando era gerente de Atención Primaria de Valladolid Este me designaron un área en la que había un solo centro de salud y poco tiempo después había 17 centros de salud y en mi tiempo como consejera, mi equipo y yo además de gestionar la pandemia, hemos dejado muchos documentos que espero que algún día se implementen como son la financiación de la atención primaria, el plan de reordenación y refuerzo de la atención primaria, el plan de TICs, el plan de sistemas de información, el plan de ordenación de profesionales, el plan integral de Urgencias y el plan de reordenación de la Atención Hospitalaria y múltiples actividades que fueron reconocidas también con varios premios a la gestión.  

También me siento muy orgullosa de las publicaciones realizadas con semFYC ediciones como el Tratado de la Especialidad o el libro de Exploración Física basada en la persona, en el síntoma y en la evidencia. 

¿Cómo ha influido tu trabajo en la formación de nuevos profesionales de la Medicina de Familia y qué consejo les darías a quienes están comenzando en esta especialidad? 

La formación de estudiantes y la formación de residentes ha sido clave para mí. Siempre he considerado que la docencia nos hace mejores, y que “enseñando, aprendemos” y que esa relación profesor/tutor es absolutamente especial. Para mí es un gran motivo de orgullo cuando los alumnos, año tras año, desde que la asignatura es obligatoria, me incorporan a su orla o varios de mis estudiantes pasado el tiempo se acercan a mí y me dicen “por tu culpa soy médico de familia” y me lo dicen con una gran sonrisa. A los que comienzan en esta especialidad decirles que han elegido la mejor especialidad del mundo, la más importante para la salud de la población que va a estar a su cargo, pero también la más compleja y la más difícil. Cuando se dice que la complejidad está en la tecnología o en la súper especialización yo siempre pienso que no hay nada más complejo que un ser humano y abordarle como un todo es un gran reto. Que se enamoren de esta especialidad, que la disfruten y que sean felices desarrollándola. Y, como decía el lema del Congreso semFYC de este año “somos la esencia, lideremos el futuro”. 

¿Cómo has visto evolucionar la Medicina de Familia desde que comenzó tu carrera hasta hoy? 

La he visto crecer en contenidos y en competencias. Desde un momento inicial en el que no se sabía muy bien qué era la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria la vi diseñarse, reformularse, crecer. Hay que recordar que en sus inicios la primera comisión de la especialidad constituida por grandes  internistas y salubristas de nuestro país se intentaba configurar por una parte como la Medicina Interna extra hospitalaria y por otra parte como una especialidad salubrista pero en este punto se incorporaron personas que defendían la especialidad con otra mirada de más globalidad y con una orientación propia, en la que influyeron aquellas primeras promociones de residentes que hicieron el diseño del primer programa de la especialidad y que fueron definiendo lo que debería de ser nuestra especialidad. Los posteriores programas desarrollados por la Comisión Nacional de la especialidad fueron definiendo qué era la especialidad. Ha evolucionado también como disciplina académica, aunque estamos muy lejos de la visión que tenemos de lo que debería de ser en la Universidad española, pero vamos dando ya grandes pasos para que nuestra presencia sea tan importante como lo es en los países de nuestro entorno. Es imposible enamorarse de la Medicina de Familia si no la conoces y si la conoces, aunque no la elijas a lo mejor aprendes a entenderla y a respetarla y luego el tercer elemento es la profesión.  

En este aspecto, no creo que el desarrollo haya sido lo suficientemente importante ni en planificación ni en financiación ni en gestión ni en organización. Hay que huir del hospitalocentrismo financiero, asistencial, docente, investigador, político y mediático. Hay mucho trabajo todavía que hacer para consolidar la atención primaria y nuestra especialidad como el eje central estratégico del sistema sanitario.  

En tu opinión, ¿cuáles son los mayores desafíos que enfrenta actualmente la Medicina de Familia y cómo crees que se pueden superar? 

Cómo he dicho antes los mayores de desafíos están alineados en tres espacios. El primer espacio es el del grado, la disciplina de Medicina Familiar y Comunitaria. Si la Atención Primaria debe ser el eje estratégico del sistema sanitario, la Medicina Familiar y Comunitaria debería ser el eje estratégico de la formación en nuestras facultades de Medicina. Debe contar con una asignatura propia específica. En   este congreso semFYC de 2024, hemos presentado la asignatura de 12 créditos ECTS, pero además vamos a construir una asignatura de prácticas tuteladas de primero a sexto curso, así como su presencia transversal a lo largo de los 6 años. De esta manera se conseguirá que el generalísimo impregne de verdad a las facultades de Medicina que no deben de olvidar que este es su objetivo fundamental. Formar médicos generalistas que luego después puedan construir sobre una sólida base sus diferentes especialidades: medicina familiar y comunitaria, cirugía, medicina interna y sus subespecialidades... 

En el marco de la formación especializada, es importante el desarrollo que los propios programas de especialidad de 18 especialidades que hagan real su estancia formativa de estos especialistas no médicos de familia en Atención Primaria. Deben de conocer de primera mano cuáles son los problemas más prevalentes de la población y cuál es el papel que ellos pueden y deben desarrollar con el desarrollo de su especialidad. La especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria debería ser un tronco importante del que salieran otras especialidades. Asimismo, se debe reconducir la planificación de las plazas MIR. A lo largo de los años ha habido múltiples estudios de necesidades de especialistas a los que no se les ha prestado la suficiente atención por lo que sigue habiendo, según las comunidades autónomas, entre 11 y 19 especialidades en precario, algunas especialidades adecuadas a las necesidades y múltiples especialidades en superávit. Si esto no se reconduce seguirá habiendo especialidades en superávit en detrimento y dejando plazas vacantes para la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria. Me preocupa enormemente que asumamos que solo el 26% de las plazas MIR sean para Medicina Familiar y Comunitaria. Si las recomendaciones internacionales de múltiples investigadores y de la OMS nos dicen que al menos el 50% de los médicos que trabajan en el sistema sanitario deberían ser médicos de familia esta distorsión de número de plazas va a ser fundamental para la no consecución de este objetivo. Cuando se inició la reforma sanitaria más del 40% de los médicos trabajábamos en Atención Primaria y sin embargo en la actualidad estamos poco más del 30% y si la formación especializada sigue en esa trayectoria, las posibilidades de que decaiga el número de médicos de familia es importante. Y si no hay suficientes médicos de familia se hace peligrar la Atención Primaria y si peligra la Atención Primaria peligra la Atención Hospitalaria. 

Por otra parte, es fundamental mejorar las condiciones laborales y de estabilidad de los médicos de familia. Si se precariza la Medicina Familiar y Comunitaria va a dejar de ser global, va a dejar de ser accesible y va a dejar de ser longitudinal y esto hace peligrar las características que hacen que la Atención Primaria sea una inversión en salud. Por lo tanto, creo que ya hay que dejar de hacer documentos y lo que hay que hacer es implementar acciones. 

Se debe mejorar la financiación mucho, mejorar la planificación, mejorar la gestión de la Atención Primaria y se debe mejorar su organización tanto externa como interna. Los caminos están definidos, sabemos lo que hay que hacer, ahora toca hacerlo. 

Te acabas de jubilar ¿Qué te gustaría que los pacientes cuenten de ti a la persona que va a llevar el peso de tu consulta del centro de salud Parquesol? 

Ya se lo están contando y la verdad es que es una médica absolutamente magnífica y yo estoy encantada de que ella se haya hecho cargo de mi cupo, pero creo que es duro para ella por los comentarios: Verónica me hacía esto, Verónica me decía esto otro… Yo creo que cada uno tiene que hacer lo que considere que debe hacer y yo creo que ella lo hará magníficamente bien. Y lo que ellos dicen, me lo dijeron en una magnífica despedida que me hicieron en el centro cívico de Parquesol en Valladolid en el que muchos de mis pacientes se congregaron para despedirse de mí en un acto precioso y al acabar se hizo una larga cola en la que cada uno quería plasmar su agradecimiento y darme abrazos incluso muchos de ellos llorando. Las reacciones más habituales eran ¿por qué nos dejas? ¿por qué te vas? y ahora ¿qué va a ser de mí? aunque muchos decían te lo mereces, has trabajado mucho, que seas feliz. Yo también les deseo a ellos todo lo mejor y también que sean felices. De hecho, una de mis frases finales al despedirme de ellos en cada consulta, era que “seas feliz por prescripción facultativa” porque eso es lo mejor para la salud. 

En esta etapa que inicias ahora ¿Qué relación tendrá la Verónica Casado jubilada con la Medicina de Familia? 

Teniendo en cuenta que de las pasiones una se no se jubila, yo voy a seguir siendo médica de familia hasta que me muera, mi relación va a seguir manteniéndose con la medicina familiar y comunitaria y por supuesto con la semFYC. Cómo repito muchas veces yo sigo con “mis extraescolares” es decir sigo con la AMFE hasta conseguir que las estrategias despeguen y se vayan implementando en la Universidad española nuestra disciplina. La Academia es un gran reto y creo que en estos 18 meses de nueva etapa hemos hecho ya iniciativas muy importantes como es el Observatorio de la Medicina Familiar y Comunitaria en la Universidad, el diseño de la asignatura de 12 créditos ECTS, la constitución del servicio s-AMFE para la ayuda a la acreditación de los profesores en la Universidad, la constitución del servicio PODs-AMFE para la adaptación de la asignatura de 12 ECTS a lo que pueda hacerse en cada Facultad de Medicina, la creación de las líneas de investigación, la definición del documento de apoyo para los docentes y el desarrollo de la asignatura, los proyectos para la formación de profesores de Medicina Familiar y Comunitaria y la coordinación con otras instituciones tan importantes como la Conferencia Nacional de decanos. Voy a seguir escribiendo libros y artículos y dando conferencias y ponencias allí donde me requieran y hablando básicamente de lo que dice mi amigo Alejandro Merino que siempre hago que es hablar de los vikingos. Si me dicen que hable del cáncer colorrectal hablo de los vikingos, si me dicen que hable de EPOC hablo de los vikingos, si me dicen que hable de sistema sanitario hablo de los vikingos, si me dicen que hable de docencia y formación hablo de los vikingos y quiénes son los vikingos para mí: la medicina familiar y comunitaria y la atención primaria. Creo tan firmemente en la potencia de ambas que siempre y hasta que me muera seguiré defendiéndolas. 

Quiero acabar esta entrevista con el capítulo de agradecimientos. Agradezco enormemente a las médicas y médicos de familia de la sociedad castellano y leonesa, el apoyo que desde sus inicios nos dieron, pasando de ser una sociedad pequeña de 400 socios a 1400 cuando tuve el honor de ser la presidenta de esta. Por supuesto quiero agradecer el apoyo incondicional que los presidentes y juntas directivas de semFYC a todos los proyectos que he liderado y con los que más he trabajado: Asuncion Prieto, José Ramón Vázquez, Albert Planes, Vicenç Thomàs, Luis Aguilera, Josep Basora, María Fernández: Les agradezco mucho su fuerza, su entrega, su trabajo y su pasión. Y voy a hacer referencia a Salvador Tranche por razones obvias. Su presencia, su carisma y su buen hacer han impregnado esta sociedad y fue él el que se empeñó en qué volviera a relanzar AMFE y que la presidiera.  

Me lo pidió en un momento complicado para mí porque acababa de dejar de ser consejera y estaba volviendo a reencontrarme con mis pacientes y con todas mis actividades en la Universidad, pero evidentemente ahí quedó esa propuesta y Remedios Martín actual presidenta retomó este tema. Me dijo lo que esperaban de mí, me dio libertad para configurar una junta rectora y me prometió un apoyo firme por parte de la estructura y no solo ha cumplido su palabra, sino que tanto ella como Susana Aldecoa, vicepresidenta de semFYC, se han implicado personalmente en el trabajo. Hay una Junta rectora magnífica y hay una Secretaría AMFE, Inés Barea, que hace que los proyectos que queremos implementar se vayan haciendo. Y por supuesto quiero hacer referencia a las personas que han configurado mi cupo a lo largo de estos años, que me han enseñado a ser médica de familia asistencial, a todos los residentes y estudiantes que he tenido la suerte de conocer a lo largo de mi carrera, que me han ayudado a entender lo importante qué es la docencia y me han enseñado a ser médica de familia docente.  

A los investigadores con los que he trabajado que me han enseñado a ser médica de familia investigadora y a todos los que me han acompañado en las tareas de gestión y me han enseñado a ser médica de familia gestora. A mis amigos que han estado siempre aquí conmigo y por supuesto a mi familia. A mi marido Daniel y a mi hija Laura, mis rocas, mis refugios, mi red de seguridad. Y a mis padres que ya no están, pero siguen estando y que estarían inmensamente felices con este premio.