¿Y tú, te vacunas?: Evitar, Proteger, Inmunizar
Estamos próximos a celebrar la Semana Europea de la Vacunación (EIW) que como todos los años tiene lugar en la última semana del mes de abril, este 2016, concretamente del 24 al 30. Se celebra conjuntamente con la Semana Mundial de la Inmunización. El objetivo de las jornadas es el de aumentar la concienciación sobre la importancia de las vacunas para la salud y el bienestar de los seres humanos. Las actividades de esta edición, que es la undécima desde su inicio, se centrarán en dar a conocer los progresos realizados y los objetivos/retos a cumplir, como el de la erradicación del sarampión y la rubeola en la región europea. Pone especial énfasis en la necesidad de la imnunización a lo largo de todas las etapas de la vida (1).
El lema de este año es “Evitar, Proteger, Inmunizar”
La vacunación es reconocida como la medida de salud pública disponible más coste-efectiva y uno de los grandes avances de la Medicina en cuanto a prevenir enfermedades y reducir sus complicaciones, discapacidades y muertes.
Existen vacunas efectivas y seguras que protegen frente a más de 20 enfermedades y que tenemos disponibles, y otras muchas nuevas que están en desarrollo.
En los últimos años asistimos a múltiples controversias en cuanto a la vacunación que están poniendo en peligro la protección de toda la población frente a enfermedades que se consideraban prácticamente desaparecidas y que incluso a los sanitarios nos cuesta identificar en la práctica clínica por ser afortunadamente casos excepcionales, de los que sólo se recuerdan los conceptos teóricos.
Todas estas controversias y resistencias de determinados grupos de población ante las vacunas pueden ser debidas a múltiples causas, entre ellas a la aparición de nuevas vacunas, la falta de información o información sesgada transmitida a la población y entre los profesionales sanitarios, o la creencia de que esas enfermedades ya no existen y a la tendencia a minimizar su gravedad y consecuencias o secuelas cuando se padecen.
En realidad no existe la vacuna perfecta, entendiendo por ello una vacuna que sea efectiva al 100% en cuanto a protección frente a la enfermedad, o que con una única dosis proteja del todo y para siempre. Pero las vacunas que disponemos son bastante efectivas y confieren una alta protección. Nuestro sistema inmune va perdiendo “facultades” con los años (la denominada imnunosenescencia) y es por eso que hay que poner dosis de recuerdo. En cuanto a la seguridad, tampoco existe el riesgo cero, al igual que pasa como con casi todo en Medicina, pero cuando una vacuna está disponible para aplicarse a la población, las Agencias reguladoras de aprobar el uso de medicamentos en seres humanos las evalúan y aprueban en función de cumplir criterios estrictos que han sido probados en ensayos clínicos para validar su efectividad y su seguridad. Se le exige más que a cualquier medicamento, ya que la vacuna se va a aplicar en personas sanas, no para curar una enfermedad sino para prevenirla. Al igual que los medicamentos, pueden tener efectos secundarios que suelen ser poco frecuentes y banales, siendo los más frecuentes una reacción local en el lugar de la inyección. Sopesando riesgos/beneficios, la balanza es mucho más favorable a los beneficios. Como dice el Premio Nobel de Medicina de 2011, Jules Hoffmann, “el mayor riesgo de las vacunas es no ponerlas”.
La vacunación en los niños sigue siendo muy aceptada entre la población y mantiene coberturas vacunales elevadas. Las cifras oficiales se sitúan entre 96,2 y 96,9% en 2014 para primovacunación. Cuando se valora la cobertura con dosis de refuerzo hasta los 16 años, la cifra de cobertura vacunal desciende a un 80% (73% en concreto para la vacuna del papiloma humano)(1). Pero la tendencia de la cobertura vacunal en la infancia se muestra en descenso debido a que cada vez hay más padres que deciden no vacunar a sus hijos con el riesgo que ello conlleva para su propia descendencia, y para el resto de la población. Como ejemplo de ello recordamos casos nefastos tanto en España como en otros países.
Respecto a la vacunación en los adultos las coberturas vacunales son más bajas. Los datos estadísticos que disponemos son los de la vacunación antigripal estacional en mayores de 65 años. En la temporada 2104-2015, la cobertura media en España fue de 56,2%. Sin embargo, si observamos la tendencia de los últimos años también se aprecia el descenso desde el 61,9% (2001-2002) al 56,2% actual. (2). Esto es debido a varias causas: percepción limitada del riesgo de enfermar por parte de la propia persona, dudas sobre seguridad y eficacia de algunas vacunas que se generalizan a todas, no disponer de un calendario de vacunación sistemático para adultos unificado e idéntico en todo el Estado e identificar la vacunación como medida preventiva sólo en la infancia tanto por parte tanto de la población como de los profesionales sanitarios.
¿Por qué es importante la vacunación en los adultos?
Los motivos son diversos:
· No todos los adultos se vacunaron correctamente en la infancia.
· La inmunosenescencia hace que con la edad se vaya perdiendo efectividad protectora de la inmunidad adquirida con la vacunación en la infancia, y los adultos vuelven a ser susceptibles a dichas enfermedades.
· No hay que olvidar que determinados tratamientos como quimioterapia o transplantes entre otros, hacen a la persona de nuevo más vulnerable a enfermedades prevenibles con vacunas, incluso aunque tuviera las dosis correctas de la infancia. Hay que revisar su calendario vacunal y administrar las necesarias incluso antes de iniciar dichos tratamientos.
· Tampoco debemos olvidar la vacunación en adultos de “grupos de riesgo”, entendiendo por grupos de riesgo a la población que padece determinadas patologías crónicas que les hace ser más susceptibles de contraer enfermedades infecciosas prevenibles con vacunas. Debemos protegerles administrando las vacunas correspondientes siguiendo los protocolos establecidos y respaldados por los estudios científicos que avalan la conveniencia de la vacunación.
· Otro grupo de población susceptible de tener actualizado su calendario vacunal del adulto se corresponde con personas potencialmente transmisores de enfermedad al resto de la población, y más aún si están en contacto con personas inmunodeprimidas. En este grupo se encuentra el personal sanitario y no sanitario, y con mayor trascendencia trabajadores en servicios como Oncología, Hematología, Neonatología y otros. También son grupo de riesgo cuidadores de personas susceptibles de enfermar; maestros y docentes de niños en edad escolar; profesionales de servicios públicos y de emergencia. No debemos obviar la responsabilidad profesional de ayudar junto con la de no hacer daño.
· También se incluyen en las vacunas de los adultos las que se precisan cuando vamos a realizar un viaje a zonas del Mundo donde podemos contraer determinadas enfermedades. Son las denominadas vacunas del viajero. En este caso son vacunas demandadas por la población y mucho menos cuestionadas en cuanto a su aplicación. Éste es un buen momento para revisar el calendario vacunal personal de estos viajeros.
Desde la Organización Mundial de la Salud se están coordinando diferentes planes de acción con respecto a la prevención de enfermedades. Uno de ellos es el “European Vaccine Action Plan 2015-2020 (EVAP)” (3). Se trata de un plan de acción aprobado en Dinamarca en Septiembre 2014, para poder implementar en Europa el “Global Vaccine Action Plan 2011-2020 (GVAP)” aprobado por la 65 Asamblea Mundial de la Salud. Dicho Plan tiene los siguientes cinco objetivos:
1. Todos los países establecen la vacunación como una prioridad,
2. Las personas deben entender el valor de la inmunización con vacunas y solicitar dichas vacunas,
3. Extender los beneficios de la vacunación de forma equitativa a todas las personas mediante estrategias innovadoras,
4. Programas de vacunación potentes forman parte de un sistema de salud desarrollado y con buen funcionamiento,
5. Sostenibilidad financiera de los Programas de inmunización.
Este EVAP es un ambicioso plan de trabajo para garantizar protección óptima y equitativa de la población europea frente a enfermedades prevenibles por medio de la vacunación. Las Metas que se propone son:
1. Mantener la región Europea libre de Poliomielitis,
2. Eliminar el Sarampión y la Rubeola antes de 2020,
3. Control de la infección por virus Hepatitis B,
4. Acceso equitativo a las vacunas,
5. Introducción de nuevas vacunas basadas en la evidencia científica.
6. Financiación suficiente y sostenida.
También la National Foundation for Infectious Diseases, desde su página www.adultvaccination.org (4) advierte e informa tanto a los profesionales como al público en general de las recomendaciones de la vacunación como forma de prevención de enfermedades infecciosas. Sus eslóganes “¡Las vacunas no son sólo para niños!” y “Salvar vidas. Integración de las vacunas para adultos en la atención rutinaria”, resumen muy bien su apuesta por la correcta inmunización en adultos.
Como profesionales sanitarios tenemos la obligación de estar informados y de transmitir a nuestra población información veraz y recomendaciones basadas en evidencia, así como la necesidad de determinadas vacunas para la protección personal y por ende, proteger al resto de la población cuando se alcanzan las coberturas vacunales suficientes.
La vacunación es un derecho y la responsabilidad de todos.
Referencias
2. Coberturas de vacunación. Datos estadísticos. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. http://www.msssi.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/vacunaciones/coberturas.htm#sexto
3. European Vaccine Action Plan 2015-2020. World Health Organization. Regional Office for Europe. http://www.euro.who.int/en/health-topics/disease-prevention/vaccines-and-immunization/publications/2014/european-vaccine-action-plan-20152020
4. http://www.adultvaccination.org/informacion-en-espanol/los-profesionales-de-la-salud
Doctora Ana Pilar Javierre
Grupo de Prevención en Enfermedades Infecciosas del PAPPS