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#HemosLeído: “Racismo y salud: Evidencia y necesidades en investigación”
Fecha de publicación: 09 de septiembre de 2019
En diciembre de 2018 se publica: Racism and Health: Evidence and Needed Research en el Annual Review of Public Health. En el artículo se da una visión sobre la evidencia publicada que correlaciona el racismo en sus diferentes niveles con resultados en salud.
Según el artículo, el racismo se puede definir como un sistema social en el que un grupo racial, basado en una ideología de inferioridad, clasifica a otro y le otorga un estatus social. Este grupo racial “dominante” usa su poder para devaluar y redistribuir con inequidad recursos sociales y oportunidades. El racismo actúa y afecta a la salud en varios dominios:
La segregación por barrios afecta a la salud en múltiples formas al influir en múltiples determinantes para la salud. Es un factor crítico que determina el estatus socioeconómico. El acceso a una educación de calidad es más difícil, así como oportunidades de empleo no precario (1). La administración y los sectores privados muestran desinterés en estas comunidades lo que se manifiesta en barrios donde se concentra la pobreza y viviendas de baja calidad. En general, el acceso a activos de salud en estos barrios es una tarea difícil que repercute en la salud de quienes los habitan (2).
El racismo cultural puede crear sesgos “inconscientes” en los actos clínicos y en la comunicación con los pacientes. Según la evidencia pacientes pertenecientes a minorías ante cualquier diagnóstico y tratamiento reciben menos y peores cuidados que pacientes de raza caucásica (3).
Otros estudios analizan cómo los estereotipos generan en la población estigmatizada ansiedad, malestar psicológico, mayores tasas de consumo de alcohol, obesidad y peor adherencia a tratamientos (4).
Según un metaanálisis publicado en 2015 con más de 300 artículos la discriminación tiene un efecto mayor sobre la salud mental que sobre la física (5). En esta línea, un estudio realizado en Reino Unido pone en evidencia la relación entre vivir experiencias discriminatorias con el deterioro de la salud. Se evidenció un deterioro en salud mental a partir de dos experiencias discriminatorias (6).
La discriminación también está unida a factores de riesgo cardiovascular. Varias revisiones observan peores índices de masa corporal, hipertensión y aumento de cifras tensionales durante el sueño, consumo de tabaco y alcohol en personas que sufren discriminación (7).
Como médicas y médicos de familia debemos esforzarnos por eliminar el racismo y sus consecuencias de nuestro día a día. Las iniciativas comunitarias y la formación en competencias culturales pueden ser nuestras mejores aliadas para eliminar el racismo y con ello mejorar la salud en nuestros barrios. El racismo no tiene cabida ni en la sociedad ni en la medicina actual.
Juan Antonio Castillo Serrano
GdT en Inequidades en Salud y Salud Internacional
Bibliografía
Según el artículo, el racismo se puede definir como un sistema social en el que un grupo racial, basado en una ideología de inferioridad, clasifica a otro y le otorga un estatus social. Este grupo racial “dominante” usa su poder para devaluar y redistribuir con inequidad recursos sociales y oportunidades. El racismo actúa y afecta a la salud en varios dominios:
- Racismo estructural: Se refiere a leyes, políticas o prácticas institucionales que oprimen o perjudican a un grupo racial considerado como inferior. El racismo estructural es del que más evidencia disponemos sobre como afecta a la salud, sobretodo subrayar la segregación por barrios.
La segregación por barrios afecta a la salud en múltiples formas al influir en múltiples determinantes para la salud. Es un factor crítico que determina el estatus socioeconómico. El acceso a una educación de calidad es más difícil, así como oportunidades de empleo no precario (1). La administración y los sectores privados muestran desinterés en estas comunidades lo que se manifiesta en barrios donde se concentra la pobreza y viviendas de baja calidad. En general, el acceso a activos de salud en estos barrios es una tarea difícil que repercute en la salud de quienes los habitan (2).
- Racismo cultural: es la instauración de una ideología de inferioridad a través de la creación de estereotipos, esto se hace a través del lenguaje, simbología… Gracias al racismo cultural florece un ambiente propicio que sostiene el racismo institucional y la discriminación a nivel individual.
El racismo cultural puede crear sesgos “inconscientes” en los actos clínicos y en la comunicación con los pacientes. Según la evidencia pacientes pertenecientes a minorías ante cualquier diagnóstico y tratamiento reciben menos y peores cuidados que pacientes de raza caucásica (3).
Otros estudios analizan cómo los estereotipos generan en la población estigmatizada ansiedad, malestar psicológico, mayores tasas de consumo de alcohol, obesidad y peor adherencia a tratamientos (4).
- Discriminación: puede existir en dos formas: una en la que individuos o instituciones tratan deliberadamente de manera distinta a grupos raciales diferentes; esto resulta en un acceso no equitativo a oportunidades y recursos. Otra manera de discriminación es la auto-percibida por sujetos individuales, estas experiencias son estresores que tienen impacto sobre la salud.
Según un metaanálisis publicado en 2015 con más de 300 artículos la discriminación tiene un efecto mayor sobre la salud mental que sobre la física (5). En esta línea, un estudio realizado en Reino Unido pone en evidencia la relación entre vivir experiencias discriminatorias con el deterioro de la salud. Se evidenció un deterioro en salud mental a partir de dos experiencias discriminatorias (6).
La discriminación también está unida a factores de riesgo cardiovascular. Varias revisiones observan peores índices de masa corporal, hipertensión y aumento de cifras tensionales durante el sueño, consumo de tabaco y alcohol en personas que sufren discriminación (7).
Como médicas y médicos de familia debemos esforzarnos por eliminar el racismo y sus consecuencias de nuestro día a día. Las iniciativas comunitarias y la formación en competencias culturales pueden ser nuestras mejores aliadas para eliminar el racismo y con ello mejorar la salud en nuestros barrios. El racismo no tiene cabida ni en la sociedad ni en la medicina actual.
Juan Antonio Castillo Serrano
GdT en Inequidades en Salud y Salud Internacional
Bibliografía
- Williams DR, Collins C.2001.Racial residential segregation: a fundamental cause of racial disparities in health. Public Health Rep. 116:404–16.
- White K, Borrell LN. 2011.Racial/ethnic residential segregation: framing the context of health risk and health disparities. Health Place 17:438–48
- Smedley BD, Stith AY, Nelson AR. 2003. Unequal treatment: confronting racial and ethnic disparities in health care. Rep., Natl. Acad. Press, Washington, DC.
- Spencer SJ, Logel C, Davies PG.2016.Stereotype threat. Annu.Rev. Psychol.67:415–37
- Paradies Y, Ben J, Denson N, Elias A, Priest N, et al. 2015.Racism as a determinant of health: a systematic review and meta-analysis. PLOS ONE 10: e0138511
- Wallace S, Nazroo J, Bécares L. 2016.Cumulative effect of racial discrimination on the mental health of ethnic minorities in the United Kingdom. Am. J. Public Health 106:1294–300
- Lewis TT, Williams DR, Tamene M, Clark CR.2014.Self-reported experiences of discrimination and cardiovascular disease. Curr. Cardiovasc. Risk Rep. 8:365.