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La clave, empezar hoy: descubre cómo tratar la artrosis de rodilla

La clave, empezar hoy: descubre cómo tratar la artrosis de rodilla

En un nuevo artículo del blog de la Guía Terapéutica, María Jesús González Moneo, miembro del comité editorial de esta publicación, ofrece recomendaciones y presenta novedades para abordar este problema de salud que se puede sobrellevar con pequeños avances día a día, sin cambios drásticos, según las estrategias que propone la Liga Europea de Enfermedades Reumatológicas (EULAR). 

Tiempo de lectura: 4 minutos
Fecha de publicación: 01 de abril de 2025

El texto ahonda en diversos mitos y verdades sobre la artrosis de rodilla. En este sentido, en primer lugar, destaca que el grueso de la evidencia científica indica que el tratamiento de elección debe ser la actividad física. Además, resalta un metanálisis reciente que comparó el ejercicio con los antinflamatorios orales y el paracetamol en la artrosis de rodilla o cadera y determinó que moverse activamente tiene efectos similares a estos fármacos.  

Sin embargo, González Moneo apunta a que esto no anula la necesidad de medicamentos en fase aguda dolorosa y hasta que el ejercicio físico surta efecto, pero sí convierte el ejercicio en la primera opción terapéutica y la única que quita el dolor a largo plazo. Así, el ejercicio debería ser considerado en especial en poblaciones con mayor riesgo de eventos adversos relacionados con analgésicos como los antinflamatorios y el paracetamol. 

Sobre esta cuestión, Liga Europea de Enfermedades Reumatológicas (EULAR) más reciente sugiere cinco estrategias clave para el manejo de la artrosis sin necesidad de fármacos. La primera sería la intervención individualizada, teniendo en cuenta la persona y sus circunstancias. Esto es, adaptar a la situación personal del paciente todo el resto de las medidas, con objetivos a largo plazo y refuerzo por los pequeños pasos alcanzados. La medicina de familia ocupa un lugar privilegiado para ayudar al paciente en sus retos por su conocimiento longitudinal del paciente a lo largo de la vida. 

Ejercicio físico sí, pero bajo supervisión  

La segunda recomendación EULAR es que el ejercicio debería ser supervisado. Al menos hasta que se convierta en rutina saludable. Además, este debe integrar la fuerza, la actividad aeróbica y la movilidad; e informar a los y las pacientes sobre estrategias para el manejo de las cargas articulares. Por ejemplo, dividir una tarea en ratos de tres cuartos de hora con descanso de unos veinte minutos entre ellas, y así se distribuye la actividad física a lo largo del día para no sobrecargar la articulación. 

La pérdida de peso: difícil pero no imposible  

La cuarta estrategia (y, seguramente, la más compleja de alcanzar) EULAR es la pérdida de peso. Se ha comprobado que reducir 15 kilos en pacientes con artrosis y sobrepeso puede eliminar el dolor por completo, mientras que perder solo 10 kilos mejora considerablemente el dolor en la artrosis de rodilla, hasta tal punto que ya no es necesario usar analgésicos. Aunque este objetivo debe alcanzarse en un año, lo importante es comenzar, ya que cada pequeño esfuerzo hoy acerca a un futuro sin dolor. No obstante, resulta curioso que, al acudir a un especialista por dolor de rodilla, se termine recibiendo una dieta. La pérdida de peso es un objetivo a largo plazo, y aunque es deseable perder hasta 10 kilos, esto no será una solución inmediata para el dolor agudo. Es necesario contar con apoyo, seguimiento, y también con medidas para controlar el dolor tanto a corto como a medio plazo. 

Los bastones, aliados  

Los bastones han demostrado ser efectivos para aumentar la distancia caminada sin dolor, incluso en un 50%. Por ejemplo, si una persona con dolor en las piernas puede caminar 50 metros antes de que el dolor se haga presente, al usar bastones podría recorrer hasta 100 metros sin experimentar dolor. Esto se debe a que los bastones distribuyen el peso del cuerpo sobre las caderas, reduciendo el esfuerzo de las piernas. Al usar un bastón, el peso que soportan las piernas se reduce en un 50%, y con dos bastones, esta carga disminuye hasta un 75%. Por lo tanto, la quinta y última recomendación de EULAR es el uso de dispositivos de apoyo. 

Paliar el dolor con medicamentos de uso tópico  

En el tratamiento de la artrosis, se pueden utilizar tanto medicamentos antiinflamatorios orales como tópicos, en forma de geles, cremas y parches. La recomendación aboga por el uso de antiinflamatorios tópicos, además de los orales, especialmente para la artrosis de rodilla. Diversos metanálisis han comparado la eficacia de ambos tratamientos, y los resultados indican que no hay diferencias significativas en cuanto a la mejora del dolor y la función física entre los antiinflamatorios orales y los tópicos, ya que las diferencias de medias estandarizadas son muy pequeñas. Esto sugiere que ambos tratamientos ofrecen beneficios similares para los pacientes. 

En cuanto a la seguridad, los antiinflamatorios tópicos presentan un menor riesgo de efectos adversos gastrointestinales en comparación con los orales, lo cual es relevante para personas con problemas gástricos. Aunque no se ha demostrado si los antiinflamatorios tópicos tienen menos efectos secundarios cardiovasculares, se cree que es probable. Además, los parches de flubiprofeno y ketoprofeno han mostrado resultados similares a los tratamientos orales en estudios recientes sobre el dolor de rodilla, lo que refuerza su efectividad como alternativa tópica. Sin embargo, los efectos de las cremas pueden depender de su aplicación correcta, ya que es necesario aplicarlas en capas gruesas para obtener resultados visibles. 

¿Daño en el estómago? No siempre 

Aunque se aceptaba tradicionalmente que los síntomas gastrointestinales durante el uso de antiinflamatorios indicaban posibles úlceras, un estudio reciente ha demostrado que, en el caso del naproxeno, dichos síntomas no siempre están relacionados con daño en el estómago. Sin embargo, se identificaron varios factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar úlceras gastrointestinales al tomar antiinflamatorios. Entre estos factores se incluyen lesiones gastrointestinales previas, el uso de ciertos medicamentos como inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina o corticosteroides, antecedentes de úlceras, el uso de aspirina en dosis bajas y la edad superior a los 65 años

A pesar de estos factores de riesgo, el estudio también encontró que el 25% de las personas sin estos antecedentes experimentaron efectos secundarios gastrointestinales. Esto resalta la importancia de tener en cuenta las características individuales de cada paciente al planificar la prevención de úlceras y otros problemas gastrointestinales durante el tratamiento con antiinflamatorios. 

La popularidad de la glucosamina  

En la lista Prescrire 2025 de fármacos con perfil beneficio/riesgo desfavorable se incluyen las glucosaminas, ya que no muestran efectos superiores al placebo y conllevan riesgos de efectos adversos graves, como hepatitis y reacciones alérgicas. A pesar de su popularidad, los estudios no han demostrado un beneficio clínico significativo de la glucosamina y, por el contrario, se han identificado potenciales riesgos

La glucosamina, que se convierte en glucosa en el hígado, tiene una baja biodisponibilidad, ya que solo alrededor del 25% llega a la sangre. Además, su absorción en el cartílago podría verse reducida en personas con niveles altos de glucosa en sangre, como en la diabetes. Dado que los cartílagos se nutren del líquido sinovial, y este depende del ejercicio, las personas que hacen ejercicio podrían absorber más glucosamina en sus articulaciones. Sin embargo, debido a las dificultades para hacer ejercicio durante los episodios agudos de artrosis de rodilla, esto podría explicar la limitada eficacia clínica de la glucosamina. 

 

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