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Manejo de situaciones de violencia hacia las mujeres en la consulta de Atención Primaria

Manejo de situaciones de violencia hacia las mujeres en la consulta de Atención Primaria

Bajo el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el Grupo de Trabajo de Atención a la Mujer de la semFYC reafirma la importancia de que los profesionales sanitarios, especialmente aquellos que trabajan en Atención Primaria, se encuentren preparados para identificar y abordar la violencia de género en sus consultas. La violencia hacia las mujeres no solo tiene repercusiones en su salud física y mental, sino que también afecta profundamente su bienestar social, por lo que la detección temprana y la intervención efectiva son fundamentales para mejorar sus condiciones de vida. 

Tiempo de lectura: 5 minutos
Fecha de publicación: 25 de noviembre de 2024

// Reconocer indicadores de sospecha de violencia 

La identificación de signos de maltrato en mujeres que acuden a consulta es crucial para interrumpir el ciclo de violencia. Existen diversos indicadores que pueden alertar al profesional sanitario sobre la posibilidad de que una mujer esté sufriendo violencia de género: 

// Lesiones físicas 

Las lesiones físicas son uno de los primeros signos visibles de violencia y pueden presentarse en diversas formas: 

  • Hematomas y contusiones en zonas sospechosas como la cara, cabeza, brazos o muslos. 
  • Lesiones defensivas en los antebrazos. 
  • Lesiones en distintas etapas de evolución, lo que puede indicar violencia prolongada. 
  • Lesiones en el área genital, especialmente preocupantes si la mujer está embarazada. 
  • Rotura de tímpano, que puede ser signo de violencia física. 

// Actitudes y comportamientos de la mujer 

Es importante prestar atención a las actitudes y comportamientos de la mujer, ya que pueden reflejar su vulnerabilidad: 

  • Comportamiento temeroso, evasivo o incómodo: La mujer puede mostrarse nerviosa y alterarse incluso al abrir la puerta. 
  • Síntomas de depresión o ansiedad: La mujer puede expresar tristeza, desmotivación, baja autoestima, sentimientos de culpa o vergüenza, y dificultad para mantener contacto visual. 
  • Ropa que intenta ocultar lesiones: Puede usar prendas largas o ajustadas para tapar moretones o heridas. 
  • Justificación de las lesiones: La mujer a menudo minimiza la gravedad de sus heridas o las justifica. 

// Actitudes de la pareja 

La conducta de la pareja también es una señal clave para identificar situaciones de violencia: 

  • La pareja puede ser excesivamente controladora, insistiendo en estar presente en todas las consultas o respondiendo en lugar de la mujer. 
  • A veces se muestra despectiva, colérica u hostil hacia la mujer y/o hacia la profesional de salud. 
  • En ocasiones, la pareja puede adoptar una actitud sobreprotectora, lo que puede impedir que la mujer hable libremente. 

// Reconocer indicadores de riesgo extremo 

Existen factores que aumentan el riesgo de que la mujer esté en una situación de violencia extrema, lo que pone en peligro su vida. Algunos de estos indicadores incluyen: 

  1. La mujer declara temer por su vida o expresa amenazas de muerte. 
  2. La violencia aumenta en frecuencia y gravedad, especialmente si se manifiesta de forma sexual o durante el embarazo. 
  3. Intentos de suicidio previos o historial de violencia en procesos de separación. 
  4. La presencia de armas en el hogar o el conocimiento del agresor sobre que la mujer ha solicitado ayuda. 
  5. El uso de drogas o alcohol por parte del agresor, que puede intensificar la violencia. 

// Herramientas para la detección y valoración del riesgo 

Los profesionales sanitarios cuentan con diversas herramientas para detectar y evaluar el riesgo de violencia de género en las mujeres: 

Cribado Activo: Cuestionarios como el WAST-Versión corta permiten identificar sospechas de maltrato. 

Abuse Assessment Screen (AAS): Ayuda a detectar los malos tratos en las mujeres. 

Danger Assessment (DA): Proporciona una evaluación del riesgo de violencia extrema. 

// Puntos clave en la comunicación: el modelo ANIMA (OMS) 

  • La comunicación con la mujer debe ser siempre empática, activa y respetuosa. Los profesionales deben: 
  • Escuchar activamente sin interrumpir ni juzgar. 
  • Validar las emociones de la mujer, entendiendo su situación sin emitir juicios. 
  • Informarse sobre sus necesidades y preocupaciones, ofreciendo un espacio seguro para que se exprese. 
  • Valorar su seguridad: Evaluar su red de apoyo y ayudarla a establecer un plan de emergencia o seguridad. 
  • Apoyar sin ser paternalista, respetando su autonomía y fomentando la toma de decisiones propias. 

// Lo que NO se debe hacer en situaciones de violencia de género 

  • Es fundamental que los profesionales sanitarios conozcan qué actitudes evitar para no agravar la situación de la mujer: 
  • No juzgarla ni culparla por la violencia que está viviendo. 
  • No dejarla sola ni desprotegida, ya que muchas veces las mujeres no buscan ayuda por miedo a represalias. 
  • No patologizar el maltrato, ni minimizar el daño psicológico y físico que provoca. 
  • No justificar la violencia ni caer en mitos que restan gravedad a la situación. 
  • No prescribir fármacos sin considerar los riesgos específicos para la mujer, ya que esto podría enmascarar la problemática subyacente. 
  • No rechazar sus decisiones o forzarla a tomar acciones que no desea. 

// Necesidad de una respuesta integral 

El Grupo de Trabajo de Atención a la Mujer de la semFYC destaca la importancia de una respuesta integral frente a la violencia de género, donde la salud de la mujer debe ser tratada desde una perspectiva global, teniendo en cuenta los aspectos físicos, psicológicos y sociales de la violencia. La formación continua y el uso adecuado de herramientas de cribado son esenciales para que los profesionales sanitarios puedan identificar y actuar frente a esta problemática. 

La detección temprana y la intervención oportuna son claves para salvar vidas y ofrecer a las mujeres el apoyo necesario para salir de situaciones de violencia. Los profesionales de la salud deben ser agentes activos en la lucha contra la violencia de género, promoviendo espacios seguros, accesibles y respetuosos para todas las mujeres que necesiten ayuda. 

Fuentes: 

Xunta de Galicia - Violencia de Género, Procedimiento de intervención en salud 

OMS - Comunicación efectiva para la atención a la violencia de género (Modelo ANIMA) 

Cuestionarios de cribado para la violencia de género: WAST, AAS, DA