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Ante la mutilación genital femenina, tolerancia cero

Ante la mutilación genital femenina, tolerancia cero

El 20 de diciembre de 2012, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Resolución para proclamar el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, y desde entonces se celebra el día 6 de febrero.

Tiempo de lectura: 3 minutos
Fecha de publicación: 06 de febrero de 2024

Este año 2024, Naciones Unidas hace un llamamiento internacional para la inversión en iniciativas lideradas por supervivientes de la mutilación genital femenina, que contribuya a crear entornos en los que se respeten los derechos de las niñas y las mujeres, promoviendo su bienestar y una vida más saludable.

La mutilación genital femenina incluye procedimientos que alteran o dañan intencionalmente los órganos genitales femeninos sin que ello responda a razones médicas. Se calcula que más de 200 millones de niñas y mujeres que viven hoy en día han sido víctimas de la mutilación genital femenina en 30 países de África, Oriente Medio y Asia, donde se concentra esta práctica.

La mutilación genital femenina (en adelante MGF) es una violación de los derechos fundamentales de las mujeres y una de las formas de violencia contra las mujeres reconocida por múltiples las organizaciones y convenios internacionales, incluido el Convenio de Estambul. Su práctica puede tener secuelas graves a corto y largo sobre la salud de las niñas y mujeres, incluso consecuencias sobre su salud mental, así como importantes costos para las comunidades y economías de los países por la pérdida de salud de las víctimas y por los costes sanitarios que genera.

La lucha contra la mutilación genital femenina ha ido ganando terreno en los últimos años a nivel internacional, y su prevalencia ha ido disminuyendo en los últimos 25 años, según Naciones Unidas. Sin embargo, su práctica sigue vigente en muchos países a pesar del avance legislativo en algunos de ellos, y de las campañas de sensibilización y prevención. En los países como el nuestro, donde residen algunas de las poblaciones migradas que tradicionalmente la siguen practicando, no existe evidencia de su práctica, siendo el principal problema su realización durante viajes de visita a sus países de origen durante periodos vacacionales.

La prevalencia real en nuestro país no es conocida y se basa en estimaciones a partir de la poblacional femenina de origen de países donde se practica la MGF. La población residente en España procedente de los países donde se practica la MGF, es originaria fundamentalmente de Senegal, Nigeria, Mali y Gambia.

Abordaje en el primer nivel asistencial

En España contamos con el Protocolo común para la actuación sanitaria ante la Mutilación Genital Femenina, editado por el Ministerio de Sanidad en el año 2015. Dicho protocolo describe actuaciones a diferentes niveles preventivos para niñas y mujeres de poblaciones de países de origen de esta dañina práctica.

En este sentido los y las profesionales de Atención Primaria tenemos un importante papel y responsabilidad a la hora de prevenir y detectar posibles situaciones de riesgo para la MGF. Para ello, es fundamental establecer relaciones de confianza y respeto con las poblaciones migradas donde se practica la MGF, desde un enfoque de interculturalidad, con una aproximación no estigmatizadora de su cultura, aunque siempre dejando claro la no tolerancia hacia este tipo de prácticas.

Desde las consultas de pediatría y medicina o enfermería de Atención Primaria es fundamental conocer las situaciones de riesgo para las niñas y adolescentes, especialmente en momentos previos a viajes de visita a su país de origen. Aprovechar e incluso proponer visitas de seguimiento a las menores y sus familias en el periodo previo para investigar acerca de las creencias de la familia, la práctica de la mutilación entre las madres puede darnos pistas para la detección de situaciones de riesgo inminente y ajustar la intervención preventiva. En esta línea, es fundamental el trabajo en equipo y en red con entidades especializadas que puedan aconsejarnos sobre el abordaje del caso.

Según el protocolo nacional, no es conveniente hablar del tema en la primera consulta, sino esperar a que se haya creado una relación de confianza para orientar la historia clínica hacia la MGF, así como sus complicaciones y secuelas. Se debe elegir cuidadosamente la terminología, evitando connotaciones que criminalicen o que denoten rechazo, ya que este tipo de aproximaciones pueden resultar en una pérdida de confianza de la familia y pérdida de seguimiento.

Una vez establecido este clima de confianza, se podrá introducir a las familias la firma del compromiso preventivo, especialmente ante indicadores de riesgo y previsión de un viaje inminente a su país de origen. El compromiso preventivo es un documento desarrollado para que los progenitores de la niña/joven menor de edad puedan utilizarlo en el viaje a su país de origen como elemento de apoyo en su decisión de que su hija no sea mutilada. Permite también conocer el posicionamiento de la familia ante la práctica de la mutilación. Además, su firma, y el archivo de una copia en la historia clínica, permite dejar constancia de que los profesionales sanitarios, ante el conocimiento de una situación de riesgo, han realizado la actuación preventiva y han informado a los progenitores de las consecuencias para la salud de la menor y de las consecuencias legales que lleva aparejada la práctica de la MG documento mediante el cual las familias se comprometen a no realizar la MGF durante el viaje.

En mujeres mayores, tanto durante las visitas de seguimiento el embarazo como las efectuadas en planificación familiar o ginecológicas, así como cuando las mujeres acuden a consulta a demanda por temas que pueden tener relación por síntomas o signos susceptibles de poder estar producidos por MGF, se debe introducir en la anamnesis las preguntas adecuadas, siempre respetando los tiempos y la intimidad de las mujeres. Las mujeres mutiladas pueden y deben beneficiarse cuanto antes y en la medida de lo posible de una acción terapéutica reparadora del daño causado, en la medida de lo posible en cada caso.

Como profesionales sanitarios/as es nuestro deber evitar que se continúe con esta práctica perjudicial y garantizar el derecho a la restauración de la salud de las mujeres que la sufren, desde un enfoque holístico.

Para ampliar información, recomendamos consultar:

Protocolo común para la actuación sanitaria ante la Mutilación Genital Femenina (MGF)

LA MUTILACIÓN GENITAL FEMENINA EN ESPAÑA. Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género.

Mapa de la Mutilación Genital Femenina en España 2021. Fundación Wassu-UAB.