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Derribando barreras: por una Atención Primaria sin sesgos de género

Derribando barreras: por una Atención Primaria sin sesgos de género

Lograr que la Atención Primaria esté libre de sesgos de género es una de las misiones de nuestra sociedad científica. Para ello, sabemos que es necesario escuchar las voces expertas en esta materia, que con su trabajo contribuyen a adoptar una visión más justa y equitativa en las consultas del primer nivel asistencial. En esta ocasión, y con el 8M a la vuelta de la esquina, lo hacemos con un reportaje en el que dos especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria, María Teresa Ruiz Cantero y Lydia Salvador Sánchez, brindan sus conocimientos en el ámbito de la perspectiva de género. 

Tiempo de lectura: 3 minutos
Fecha de publicación: 07 de marzo de 2025

El Día Internacional de la Mujer sirve de pretexto ideal para enfocarnos en cómo mejorar la calidad de vida y el bienestar de las mujeres: este debe ser un imperativo para los y las especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria, que acompañan a las personas a lo largo de su trayectoria vital.  

En primer lugar, queremos poner nuestra atención en cómo las responsabilidades domésticas y el rol de cuidadoras, la sobrecarga de trabajo y la falta de conciliación de la vida familiar y laboral son factores que pueden impactar gravemente en la salud de la mujer. Así, ellas son más proclives a desarrollar problemas como la ansiedad y la depresión, y también físicos.  

Sobre esta cuestión, María Teresa Ruiz Cantero indica que “el hecho de que las mujeres sean las que con mayor frecuencia tengan problemas de salud mental es un hándicap conceptual y metodológico, que tiene solución, si se prioriza” y añade que “un desarrollo más personalizado de la conciliación de la vida laboral y familiar, que no acaba de implementarse, puede determinar que la sobrecarga profesional y de cuidados no tenga el impacto que tiene en problemas físicos, como los del aparato locomotor, y de salud psicológica". 

El infradiagnóstico en mujeres y los sesgos en consulta 

"La amplia experiencia internacional y en España indica que múltiples patologías crónicas se infradiagnostican más en mujeres que en hombres; y esto tiene como consecuencia demoras y errores en el diagnóstico”, expresa Ruiz Cantero.  

Para ejemplificar esta casuística, la médica de familia apunta a diversos estudios, como uno realizado en la Universidad de Copenhague en 7.000.000 de hombres y mujeres, pacientes atendidos por su sistema nacional de salud durante 21 años, en el que se observa que se retrasa el diagnóstico en más mujeres que hombres en al menos 700 enfermedades; u otro elaborado en Noruega, que muestra que las mujeres con dolor crónico dan muchas más vueltas por el sistema sanitario que los hombres desde la Atención Primaria hasta llegar a especialistas en rehabilitación

Esta especialista en Medicina Familiar y Comunitaria también sostiene que “muy a menudo, el dolor en las mujeres es minimizado, se le asigna la etiqueta de funcional con mayor frecuencia que a los hombres, así como es más probable el diagnóstico de ansiedad, otros problemas de salud mental, fibromialgia y otros”.  

Además, Ruiz Cantero explica que "el sesgo de género atraviesa otros sesgos denominados cognitivos. La relación médico/a-paciente en Atención Primaria se produce por cortos espacios de tiempo, en los que los y las profesionales, debiendo razonar rápido, realizan atajos mentales para tomar decisiones, lo que aumenta la probabilidad de equivocación. Afortunadamente para las personas atendidas el primer nivel asistencial cuenta con el seguimiento y el propio conocimiento que se va adquiriendo como médico/a de la familia. No obstante, se han identificado sesgos de anclaje (mantener el diagnóstico que inicialmente se sospecha, a partir de la primera pieza de información que le reporta el/la paciente). Este sesgo a menudo va unido al sesgo de confirmación, donde se solicitan pruebas diagnósticas para llegar a un diagnóstico, que en definitiva no es correcto. También, se da el caso de que se realice el diagnóstico bajo la influencia de la experiencia propia. Por ejemplo: buena parte de las mujeres tienen registrada la ansiedad en su historia clínica, y esto conduce a diagnosticar a las mujeres de ansiedad, produciéndose un sesgo de disponibilidad, por el que deja de investigar en qué es lo que tiene, o incluso, busca otras causas que no son las que le llevará al diagnóstico correcto. o bien se produce el sesgo de comisión, y es el de prescribir fármacos incluso antes de realizar pruebas complementarias, o prescribir corticoides si derivar a los especialistas oportunos, lo que supone un sesgo de omisión que lleva a la demora diagnóstica”. 

La importancia de la formación  

Una de las principales recomendaciones de Ruiz Cantero es fomentar la investigación con perspectiva de género para crear conocimiento útil que mejore la atención sanitaria. "El conocimiento basado en la investigación de género tiene el poder de transformar la práctica médica", asegura. Un claro ejemplo de ello es la diabetes gestacional, que aumenta el riesgo de infarto en las mujeres, pero “aún no está completamente integrado en los protocolos y guías clínicas”. 

Además, la especialista resalta la importancia de revisar los puntos de corte de normalidad en las pruebas diagnósticas, pues las diferencias biológicas entre hombres y mujeres deben ser tenidas en cuenta al interpretar los resultados. "Es necesario incorporar este enfoque en las facultades de medicina y en la formación de posgrado para evitar la perpetuación de sesgos que pueden afectar la salud de las mujeres", concluye. 

El potencial de la comunitaria  

Por otro lado, Lydia Salvador Sánchez resalta el potencial de las intervenciones comunitarias: “Las intervenciones comunitarias son un ámbito excelente para trabajar la comprensión de la socialización de género y poder transformarla. Desde los grupos de educación prenatal o crianza, escuela de familias, intervenciones con personas cuidadoras, grupos de promoción de la salud o socioeducativos de hombres y de mujeres…, hasta la educación afectivo sexual en centros educativos".  

La especialista puntualiza que “en todas estas temáticas se debe incorporar transversalmente el enfoque de género, la construcción diferencial de hombres y mujeres para entender aspectos como las sobrecargas de los cuidados en las mujeres o los menores autocuidados en salud de los hombres. Así, se puede promover la corresponsabilidad en los cuidados, los buenos tratos y prevención de violencias y la expresión emocional con los hombres, y trabajar los sentimientos de culpa de las cuidadoras, poder poner límites al sobreesfuerzo y favorecer la autoestima en mujeres”. 

Asimismo, Salvador expresa que “todo ello, como se observa en los estudios, va a favorecer la desmedicalización de los malestares cotidianos sobre todo en mujeres y la participación de la ciudadanía en salud de forma más igualitaria”. 

 

La Medicina Familiar y Comunitaria puede ser el motor de una transformación profunda, y visibilizar las aportaciones de especialistas como María Teresa Ruiz Cantero y Lydia Salvador Sánchez significa un paso más para avanzar en esta dirección.   

En la semFYC, seguiremos luchando a diario para que la atención sanitaria deje atrás los prejuicios y sesgos, en favor de la construcción de una sociedad más justa, igualitaria y saludable para todo el mundo.