
El nuevo programa “robusto” de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria
El ámbito de la Medicina Familiar y Comunitaria en España se encuentra en un punto de inflexión con la reciente aprobación de un renovado Programa Oficial de la Especialidad, POE. Este programa, que surge como respuesta a las cambiantes necesidades del sistema sanitario y de la sociedad, promete una transformación profunda en la formación de los futuros médicos y médicas de familia. Para entender mejor esta evolución, conversamos con dos figuras clave: Ana Arbáizar, presidenta de la Comisión Nacional de Medicina Familiar y Comunitaria, y Elena Polentinos, vicepresidenta de la misma comisión.
Desafíos y retos en el desarrollo del nuevo programa
Ana Arbáizar destaca que uno de los principales retos fue la creación de un programa que reflejara la identidad de los profesionales de Medicina de Familia y Comunitaria, adaptándose a las necesidades del sistema y de las personas.
"Queríamos un programa robusto en la definición de competencias específicas, que impulsara nuestro perfil profesional en los ámbitos asistencial, docente, investigador y de gestión en atención primaria de salud, orientada a la comunidad y con un fuerte compromiso con las personas", señala Arbáizar.
El objetivo era avanzar respecto al programa de 2005, incorporando mejoras y adaptaciones a la realidad actual, incluyendo nuevas tecnologías diagnósticas y competencias digitales.
Por su parte, Elena Polentinos resalta la responsabilidad y el reto que supuso actualizar un programa que llevaba en vigor casi 20 años. "Ha sido un proceso más largo de lo que pensábamos, con algunos momentos complicados, pero ahora miramos hacia adelante con mucha ilusión", comenta Polentinos. La actualización del programa busca reflejar los cambios en la práctica médica y las necesidades emergentes de la población.
El nuevo programa se ha alineado con el plan estratégico para la mejora de la Atención Primaria del Ministerio de Sanidad. Arbáizar explica que se han actualizado las competencias clínicas para abordar problemas complejos y enfermedades comunes, como resultado del envejecimiento y los determinantes sociales. Además, se han incorporado competencias avanzadas en comunicación y gestión clínica poblacional, formación, docencia e investigación, manteniendo siempre los valores nucleares de la Medicina de Familia y Comunitaria.
Polentinos subraya la integración de cinco grandes grupos de competencias específicas, incluyendo competencias clínicas para el diagnóstico y tratamiento de patologías, atención a grupos específicos de pacientes, atención a la familia, gestión clínica poblacional y atención comunitaria, y competencias en docencia, formación, investigación e innovación.
"Queremos que los centros de salud docentes sean excelentes en actividades comunitarias, trabajando con un enfoque salutogénico y directamente con la población, siempre teniendo en cuenta valores como la equidad", añade Polentinos.
Calidad y adecuación del plan de estudios
Para asegurar la calidad y adecuación del plan de estudios, se realizó un análisis exhaustivo de las necesidades del sistema sanitario y de la población, incluyendo aportaciones de profesionales y pacientes, estudios epidemiológicos, y datos poblacionales y de morbilidad. Arbáizar destaca que el desarrollo del programa fue un proceso colaborativo, con la participación de comisiones nacionales, sociedades científicas y expertos de diversas áreas, garantizando un programa robusto y alineado con las necesidades actuales.
Participación de los profesionales en activos
La opinión de los profesionales en activo ha sido fundamental en el diseño del nuevo currículum. Polentinos resalta la colaboración con especialistas en Medicina de Familia y Comunitaria, incluyendo presidentes de comisiones nacionales anteriores, unidades docentes, jefes de estudios, técnicos de salud y residentes. También se contó con la participación de grupos de trabajo de la semFYC, quienes aportaron valiosas perspectivas y recomendaciones. "Ha sido un proceso participativo con la visión de muchos profesionales y personas individuales que nos hicieron llegar sus aportaciones", afirma Polentinos.
Implementación y próximos pasos
Con la aprobación del programa, se inicia una etapa dinámica y de compromiso para su implantación y desarrollo. Arbáizar y Polentinos coinciden en que la clave para el éxito radica en la colaboración de tutores, unidades docentes, la Comisión Nacional y todos los actores involucrados. Uno de los cambios significativos será el aumento del tiempo de los residentes en Atención Primaria, con al menos el 70% del tiempo en este ámbito.
Polentinos destaca que se facilitarán vías de comunicación para la difusión del programa y su implementación efectiva. Además, se establecerán mecanismos de evaluación continua para detectar necesidades y proponer mejoras de manera dinámica y participativa.
Impacto en la formación de futuros médicos y médicas de familia
El nuevo programa aspira a poner en valor el rol de la Medicina de Familia y Comunitaria en el Sistema Nacional de Salud y la Atención Primaria. Arbáizar espera que el programa forme profesionales comprometidos con las personas y la sociedad, capacitados para resolver una amplia variedad de problemas de salud, trabajar en equipo, coordinarse con otros profesionales, y utilizar nuevas tecnologías e investigación para mejorar la práctica clínica diaria.
Polentinos, por su parte, enfatiza el compromiso con los valores de la especialidad y la sociedad. "Queremos que nuestros futuros especialistas en Medicina de Familia estén preparados para contribuir a la salud de nuestra población e impulsar la Medicina de Familia con excelencia", concluye.