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Las luces y sombras del homo sapiens, en la conferencia inaugural del Congreso de la semFYC
Fecha de publicación: 11 de mayo de 2023
La primera jornada del Congreso de la semFYC en Donostia se ha cerrado con una conferencia inaugural de María Martinón Torres, una doctora europea en Medicina y Cirugía con especialización en Evolución Humana y Antropología Forense, directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana y catedrática honoraria en la University College of London.
Desde 1998, Martinón es miembro del Equipo Investigador de los yacimientos de la sierra de Atapuerca y desde 2019 es la coinvestigadora principal de su proyecto de investigación. Ha publicado más de 100 trabajos científicos y ha recibido la Medalla Rivers Memorial del Royal Anthropological Institute de Gran Bretaña e Irlanda. En 2022, publicó su primer libro de divulgación en solitario, Homo imperfectus.
“La historia de la evolución de la especie humana ha sido narrada con un enfoque triunfalista que destaca los logros y avances de nuestra especie. Sin embargo, desde una perspectiva médica, surge la pregunta sobre dónde está la narrativa de la enfermedad en este relato evolutivo”: así comenzaba Martinón su ponencia. Y seguía explicando que “la enfermedad ha sido un compañero constante del ser humano a lo largo de su historia y ha desempeñado un papel crucial en la evolución biológica de nuestra especie. Por lo tanto, resulta desconcertante que la narrativa de la enfermedad haya sido ignorada en gran medida en la aproximación a la evolución, especialmente considerando su impacto en la supervivencia y el bienestar humano”.
La ponente ha reflexionado alrededor del hecho de que a pesar de su omnipresencia, la enfermedad sigue siendo un enigma para la medicina evolutiva. “Si la evolución es un proceso que selecciona los rasgos más aptos y beneficiosos para la supervivencia y la reproducción, entonces ¿por qué la enfermedad sigue existiendo? Esta pregunta ha desconcertado a los expertos en medicina evolutiva durante mucho tiempo, y aún no se ha llegado a una respuesta clara. Algunos argumentan que la enfermedad es simplemente una consecuencia inevitable del proceso evolutivo y que su presencia puede ser vista como una prueba de la adaptabilidad y resiliencia de la especie humana. Otros sugieren que la enfermedad es el resultado de la interacción entre nuestra especie y el entorno, y que la selección natural sigue en juego para equilibrar las demandas de supervivencia y reproducción con los riesgos de la enfermedad. En cualquier caso, la narrativa de la enfermedad es fundamental para una comprensión completa y realista de la evolución humana y debe ser considerada de manera más prominente en la investigación y la enseñanza de la medicina evolutiva”, detallaba.
“El Homo sapiens ha demostrado ser una especie de éxito desde el punto de vista evolutivo, pero a pesar de ello, la selección natural no ha eliminado la presencia de enfermedades en nuestras vidas. Algunas de las dolencias más comunes, como las cardiopatías, el cáncer, los trastornos de ansiedad y las enfermedades neurodegenerativas, afectan a una gran cantidad de personas en todo el mundo. A pesar de que la medicina moderna ha hecho grandes avances en la prevención y el tratamiento de estas enfermedades, siguen siendo un desafío para nuestra especie” ha expuesto durante su intervención.
La conferencia ha concluido que desde una perspectiva darwiniana, el hecho de que aún suframos estas dolencias plantea interrogantes sobre la evolución de nuestra especie. ¿Somos el resultado de una evolución imperfecta? La respuesta es que, en realidad, la selección natural no tiene como objetivo crear una especie perfecta o libre de enfermedades. La evolución es simplemente un proceso que favorece la supervivencia de aquellos individuos que están mejor adaptados a su entorno. En el caso del ser humano, nuestra capacidad para desarrollar tecnologías avanzadas y para modificar nuestro entorno ha permitido que sobrevivamos en condiciones muy diferentes a las de nuestros antepasados.
A pesar de ello, nuestra biología sigue siendo imperfecta. Nuestra especie no ha evolucionado para ser inmune a las enfermedades, y en muchos casos, nuestra forma de vida moderna puede incluso empeorar nuestra salud. La comprensión de cómo la evolución ha moldeado nuestra biología y nuestra forma de vida puede ayudarnos a encontrar soluciones más efectivas para prevenir y tratar las enfermedades que aún nos afectan
Desde 1998, Martinón es miembro del Equipo Investigador de los yacimientos de la sierra de Atapuerca y desde 2019 es la coinvestigadora principal de su proyecto de investigación. Ha publicado más de 100 trabajos científicos y ha recibido la Medalla Rivers Memorial del Royal Anthropological Institute de Gran Bretaña e Irlanda. En 2022, publicó su primer libro de divulgación en solitario, Homo imperfectus.
“La historia de la evolución de la especie humana ha sido narrada con un enfoque triunfalista que destaca los logros y avances de nuestra especie. Sin embargo, desde una perspectiva médica, surge la pregunta sobre dónde está la narrativa de la enfermedad en este relato evolutivo”: así comenzaba Martinón su ponencia. Y seguía explicando que “la enfermedad ha sido un compañero constante del ser humano a lo largo de su historia y ha desempeñado un papel crucial en la evolución biológica de nuestra especie. Por lo tanto, resulta desconcertante que la narrativa de la enfermedad haya sido ignorada en gran medida en la aproximación a la evolución, especialmente considerando su impacto en la supervivencia y el bienestar humano”.
La ponente ha reflexionado alrededor del hecho de que a pesar de su omnipresencia, la enfermedad sigue siendo un enigma para la medicina evolutiva. “Si la evolución es un proceso que selecciona los rasgos más aptos y beneficiosos para la supervivencia y la reproducción, entonces ¿por qué la enfermedad sigue existiendo? Esta pregunta ha desconcertado a los expertos en medicina evolutiva durante mucho tiempo, y aún no se ha llegado a una respuesta clara. Algunos argumentan que la enfermedad es simplemente una consecuencia inevitable del proceso evolutivo y que su presencia puede ser vista como una prueba de la adaptabilidad y resiliencia de la especie humana. Otros sugieren que la enfermedad es el resultado de la interacción entre nuestra especie y el entorno, y que la selección natural sigue en juego para equilibrar las demandas de supervivencia y reproducción con los riesgos de la enfermedad. En cualquier caso, la narrativa de la enfermedad es fundamental para una comprensión completa y realista de la evolución humana y debe ser considerada de manera más prominente en la investigación y la enseñanza de la medicina evolutiva”, detallaba.
“El Homo sapiens ha demostrado ser una especie de éxito desde el punto de vista evolutivo, pero a pesar de ello, la selección natural no ha eliminado la presencia de enfermedades en nuestras vidas. Algunas de las dolencias más comunes, como las cardiopatías, el cáncer, los trastornos de ansiedad y las enfermedades neurodegenerativas, afectan a una gran cantidad de personas en todo el mundo. A pesar de que la medicina moderna ha hecho grandes avances en la prevención y el tratamiento de estas enfermedades, siguen siendo un desafío para nuestra especie” ha expuesto durante su intervención.
La conferencia ha concluido que desde una perspectiva darwiniana, el hecho de que aún suframos estas dolencias plantea interrogantes sobre la evolución de nuestra especie. ¿Somos el resultado de una evolución imperfecta? La respuesta es que, en realidad, la selección natural no tiene como objetivo crear una especie perfecta o libre de enfermedades. La evolución es simplemente un proceso que favorece la supervivencia de aquellos individuos que están mejor adaptados a su entorno. En el caso del ser humano, nuestra capacidad para desarrollar tecnologías avanzadas y para modificar nuestro entorno ha permitido que sobrevivamos en condiciones muy diferentes a las de nuestros antepasados.
A pesar de ello, nuestra biología sigue siendo imperfecta. Nuestra especie no ha evolucionado para ser inmune a las enfermedades, y en muchos casos, nuestra forma de vida moderna puede incluso empeorar nuestra salud. La comprensión de cómo la evolución ha moldeado nuestra biología y nuestra forma de vida puede ayudarnos a encontrar soluciones más efectivas para prevenir y tratar las enfermedades que aún nos afectan
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