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Un editorial de ‘Atención Primaria’ destaca la “luminosa realidad” en la feminización de la medicina rural

Un editorial de ‘Atención Primaria’ destaca la “luminosa realidad” en la feminización de la medicina rural

No es una cuestión anecdótica ni superficial: la feminización de la medicina rural ha dejado de ser una tendencia para convertirse en una realidad que impacta en la forma en la que se ejerce la medicina en la ruralidad. Así lo destaca el editorial de Atención Primaria que, además, nos remite a las últimas jornadas de medicina rural de la semFYC en Trujillo (Extremadura).  

Tiempo de lectura: 2 minutos
Fecha de publicación: 07 de marzo de 2025

Dicha actividad tuvo 13 mujeres en el Comité Científico y Organizador, una muestra de que en el entorno rural hay muchas más médicas que médicos de familia. En este sentido, innumerables mujeres han encontrado en la medicina rural una oportunidad para hacer vales su trayectoria profesional, en un medio que ofrece un vínculo especial con la naturaleza y la comunidad. 

En favor de una atención sanitaria integral 

La presencia de mujeres en la ruralidad aporta diversas ventajas, muchas de ellas relacionadas con un enfoque holístico de la atención sanitaria. Las médicas rurales no solo ejercen la medicina en un sentido técnico, sino que son parte activa de la comunidad. Así, desempeñan roles de liderazgo en la salud pública y contribuyen a la cohesión social de los pueblos. Una capacidad de generar un impacto positivo a escala social que no es casualidad, sino fruto de una visión integral de la salud que, a menudo, incluye factores sociales y económicos difíciles de separar. 

A pesar de las luces que trae consigo la feminización de la medicina rural, también existen algunas trabas, como la falta de apoyo institucional, la escasa atención a los problemas específicos de las mujeres y los estereotipos de género que dificultan la aceptación de la autoridad profesional de las médicas. Estos factores no solo condicionan la adecuada calidad de vida laboral, sino que pueden conducir a un agotamiento profesional y a una alta rotación de personal en un entorno que ya es, por sí mismo, demandante. 

Un nuevo horizonte en este ámbito  

Este editorial se cierra citando la obra Una mujer afortunada: Historia de una médica rural, Polly Morland, quien describe cómo la protagonista enfrenta diversos desafíos en su día a día, desde la escasez de recursos hasta la resistencia de la comunidad. A pesar de todo, la médica encuentra en su labor una fuente de satisfacción al ver el impacto positivo que tiene en la vida de sus pacientes. Esta es también la historia de muchas médicas rurales: una historia de fortaleza, resiliencia y conexión humana. 

La medicina rural ya no es simplemente un territorio de blancos y negros, tal y como destila este artículo, sino un campo lleno de matices y de posibilidades, gracias a la presencia y el compromiso de mujeres que, día tras día, se dedican a mejorar la salud de sus comunidades.  

El futuro se atisba brillante, y, como se desprendió de las VIII Jornadas de la semFYC, la medicina rural es ahora una gama de colores llenos de esperanza y compromiso